Una Sección 1: La novedad
Enviado por John0099 • 20 de Febrero de 2018 • 2.609 Palabras (11 Páginas) • 371 Visitas
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Sección 8: De las pasiones que pertenecen a la sociedad.
Las pasiones pertenecientes a la conservación del individuo se relacionan totalmente con el dolor y el peligro; aquellas que pertenecen a la generación tienen su origen en gratificaciones y placeres; el placer más directamente conectado con este fin es de carácter alegre, entusiasta, violento y realmente el placer de los sentidos más elevado.
Los violentos efectos producidos por el amor, que algunas veces conduce incluso a la locura, no pueden ser objeción a la regla que intentamos establecer. Cuando los hombres han soportado que sus imaginaciones fueran dominadas por una idea durante largo tiempo, esta se apodera de ellos hasta tal punto, que hace desaparecer gradualmente cualquier otra, y elimina toda división de la mente que pudiera limitarla.
Sección 9: La causa final de la diferencia entre las pasiones pertenecientes a la autoconservación y aquéllas relativas a la sociedad de los sexos.
La causa final de la diferencia, en cuento a su carácter, de las pasiones referentes a la autoconservación, y a las que van dirigidas a la multiplicación de las especies. Depende de la vida, y el cumplirlos con energía y eficacia de pende de la salud, todo aquello que amenaza con las destrucción d uno de los dos, nos afecta profundamente.
Vivir y estar sanos, su mero goce no va acompañado de ningún placer real, a menos que, satisfechos con este, nos entreguemos a la indolencia y a la inacción.
La diferencia entre los hombres y los animales, en éste punto, parece notable. Los hombres están siempre casi igualmente dispuestos a los placeres del amor, por que han de guiarse por la razón en el momento en el momento y manera de abandonarse a ellos. Si se desprende un gran dolor del deseo de tal satisfacción, temo que la razón halle grandes dificultades para desempeñar su papel.
Sección 10: De la belleza.
Los animales, cuyas pasiones son más puras, y que persiguen sus objetivos más directamente que nosotros. El objeto de esta pasión mixta, que denominamos amor, es la belleza del sexo. Los hombres, en general, tienden al sexo mismo, y por la ley común de la naturaleza, pero se unen entre sí, por la belleza personal.
La belleza es una cualidad social puesto que allí, mujeres y hombres, y no solo ellos, sino cuando otros animales nos dan una sensación de alegría y placer al contemplarlos.
Sección 11: Sociedad y soledad.
Entre el placer de la sociedad general y el dolor de la absoluta soledad, el dolor es la idea predominante. Pero el placer de cualquier goce social particular vale mucha más que el malestar causado por la falta de aquel goce particular.
La buena compañía, una conversación animada y la ternura de la amistad nos produce un gran placer; una soledad temporal es, por otra parte, agradable de por sí.
La soledad tiene sus placeres como la sociedad; del mismo modo, podemos discernir que una vida entera de soledad contradice la finalidad de nuestra existencia, ya que la misma muerte no es idea que nos produzca apenas más terror.
Sección 12: Simpatía, imitación y ambición.
Bajo esta denominación de la sociedad, las pasiones son complicadas en una variedad de formas, de acuerdo con la variedad de fines que han de servir en la gran cadena de la sociedad.
Sección 13: La simpatía.
La simpatía debe considerar como una especie de sustitución, por la que se nos coloca en un lugar de otro hombre, y nos vemos afectados; la autoconservación, en relación al dolor puede ser una fuerte de lo sublime o dar lugar a ideas de placer.
Es sobre todo según este principio, que la poesía, la pintura y otras artes conmovedoras, transmiten sus pasiones de un pecho a otro, y que, a menudo, son capaces de injertar cierto placer en la desgracia, la miseria y la propia muerte.
La satisfacción comúnmente se ha atribuido primero al alivio que nos aporta considerar que una ficción; y después, a la comprobación de que nos hallamos libres de los males que vemos representados.
Sección 14: Los defectos de la simpatía en los pesares de los demás.
En las verdaderas desgracias y pesares de los demás; dejamos que el afecto sea lo que es en apariencia; si no nos hace esquivar tales objetos, induciéndonos por el contrario a acercarnos a ellos y examinarlos, imagino que, en tal circunstancia, debemos experimentar cierto deleite o placer al contemplar objetos de esta clase.
Nuestro deleite, en semejantes casos, se eleva enormemente, si el que padece es una persona excelente que se hunde bajo una fortuna inmerecida.
El terror es una pasión que siempre produce deleite cuando no aprieta demasiado; y la piedad es una pasión acompañada de placer, por que procede del amor y del afecto social.
Si esta pasión fuera simplemente dolorosa con el mayor cuidado todas las personas y lugares que pudieran excitar tal pasión; como hacen realmente algunos cuya indolencia es tal, que ya no soportan ninguna impresión fuerte.
No es un placer mixto, sino mezclado con un poco de malestar.
Sección 15: De los efectos de la tragedia.
En las miserias imitadas, la única diferencia es el placer resultante de los defectos de la imitación; pues nunca es tan perfecto, como para poder percibir que es una imitación, y de acuerdo con este principio nos complace de algún modo. Efectivamente, en algunos casos, sacamos tanto o más placer de esta fuente de la cosa misma.
Cuanto más se acerca a la realidad, y cuanto más nos aleja de la idea de ficción, más perfecto es su poder.
Creo que esta noción de que la realidad nos causa un simple dolor, y la representación, un deleite, procede del hecho de que no distinguimos suficientemente lo que no haríamos bajo ningún pretexto y lo que anhelaríamos ver si se hiciera en una ocasión, Nos complace ver cosas, que lejos de hacer, desearíamos ardientemente ver corregidas.
Sección 16: La imitación.
La segunda pasión perteneciente a la sociedad es la imitación, o, si se quiere, un deseo de imitar, y, por consiguiente, un placer en ello. Esta pasión nace casi de la misma causa que la simpatía. Pues como la simpatía hace que nos preocupemos de lo
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