2do parcial de Historia Social de la Educacion II de la UNLU.
Enviado por klimbo3445 • 28 de Diciembre de 2017 • 2.952 Palabras (12 Páginas) • 660 Visitas
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Para ello, se llevó acabo un cambio dentro de las políticas de las universidades, impulsando la “Reforma universitaria” de 1918 en la búsqueda de establecer: Cogobierno estudiantil; Autonomía universitaria; Docencia libre; Libertad de cátedra; Concursos con jurados con participación estudiantil; Investigación como función de la universidad; Extensión universitaria y compromiso con la sociedad.
La Universidad, entonces, debía comprometerse con los problemas cotidianos del país, con los problemas nacionales, con la economía, la salud, la educación. Esto no significaba politizar (partidariamente) la vida académica sino contribuir desde el “campo intelectual “al cambio social. Implicaba un ejercicio militante sistemático al servicio de la transformación social sin asumir posiciones dogmáticas y alentando el más absoluto respeto por la libre expresión de las ideas.
El presidente Yrigoyen hizo suyas las banderas de la Reforma y convalidó, a través de sucesivos decretos, sus postulados fundamentales. Así busco, por un lado Incluir a grupos que antes eran impensados en las universidades: la reforma era vista como instancia para la promoción social de las capas medias, que se consolidaron en los cuerpos directivos y profesorales de las instituciones. La docencia libre, el nuevo sistema de reclutamiento de nueve profesores y la creación de una carrera académica generaron una apertura para quienes veían posibilidades de proyectarse laboralmente en ese ámbito. Las corporaciones profesionales ganaron peso en la vida universitaria, desplazando a las élites vinculadas al ejercicio de la política, hegemónicas en el control de las universidades hasta la reforma.
Y por el otro, Excluir o desplazar a los miembros de destacadas familias de élite que habían monopolizado el ejercicio de la docencia hasta principios de siglo, configurando así los inicios de una carrera académica. Este hecho tenía relación con la necesidad de atender las demandas de un alumnado creciente.
Periodo 1945 al 66: Para dicho periodo como apunta Susana Bianchi (2007) nos ubicaríamos en “el mundo de la posguerra” (pp.235). La segunda guerra mundial dejó importantes consecuencias en los países que habían participado, millones de muertos y desaparecidos, de los cuales muchos eran civiles; población hambrienta; destrucción de ciudades, algunas reducidas a escombros. La mano de obra se resintió y grandes extensiones de tierras se perdieron para el cultivo. La actividad industrial se atrasó, faltaban materias primas, herramientas apropiadas, tecnología moderna y energía.
Ante esta realidad, Europa perdió su papel decisivo en la política internacional, y surgió entonces, un nuevo orden mundial representado por la hegemonía de Estados Unidos y de la Unión Soviética, alrededor de los cuales, y formando dos bloques enfrentados, el bloque occidental y el bloque oriental, se alinearon los restantes países del mundo. La tensión entre ellos, dio lugar a la llamada “Guerra fría” que dominó por completo las relaciones internacionales en la última mitad del siglo XX.
Dos polos muy opuestos que construyeron sus ideales a partir de: Por un lado en los Estados Unidos, los gobiernos debían garantizar el ejercicio de las libertades individuales, la existencia de organizaciones políticas y sindicales y la libertad ideológica. En cambio, para la Unión Soviética, se debía garantizar primeramente la igualdad de oportunidades y la justicia social. Luego sí, se tendrían en cuenta las libertades individuales.
La URSS dominaba, con el apoyo del Ejército Rojo y de partidos comunistas que eliminaron cualquier opositor, Polonia, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Bulgaria, Alemania Oriental, Albania y Yugoslavia. Los EE.UU., controlaron el resto del mundo capitalista, el hemisferio occidental y los océanos, sin intervenir en la zona soviética. Los conflictos, ahora se producirían en las regiones pertenecientes a los antiguos imperios coloniales, cuyo fin, ya en 1945 resultaba inminente, sin que se conociese con claridad que orientación política iban a adoptar los nuevos estados postcoloniales.
El secretario de Estado de los Estados Unidos, George Marshall, produjo un programa de ayuda para la reconstrucción de Europa. El Plan Marshall, otorgaba generosas líneas de crédito y donaciones a los Estados Europeos, a cambio de un cierto control por parte de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, EE.UU. inició una dura crítica contra el comunismo.
En Argentina durante dicho periodo comienza la etapa de asunción del Peronismo como fuerza política y dominante (1945). En las elecciones de 1946 Perón se presentó como candidato de tres partidos aliados: el Partido Laborista, organizado por los sindicatos, la Unión Cívica Radical Junta Renovadora y el Partido Independiente, de tendencia conservadora.
En lo económico se profundizó la política de sustitución de importaciones mediante el desarrollo de la industria liviana que se venía impulsando desde la década anterior. Perón también invirtió fuertemente en la agricultura, especialmente en la siembra de trigo. Ante la falta de divisas, producto del estancamiento del sector primario, con las que se importaban los bienes de capital e insumos necesarios para el proceso de industrialización, se optó por la intervención del comercio exterior mediante la creación del IAPI (Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio). Éste le permitió al Estado obtener recursos que utilizó para redistribuir hacia la industria. Dicho intercambio intersectorial del sector agrario a la industria, provocó el enojo de la oligarquía terrateniente, ya que el Estado les compraba a los productores por precios devaluados. En 1947 se anunció un Plan Quinquenal para fortalecer las nuevas industrias creadas, y comenzar con la industria pesada.
Se promulgaron leyes laborales sobre sueldos y salarios, creación del aguinaldo, higiene y salud del obrero, vacaciones pagas obligatorias, establecimiento de un régimen de jubilaciones y seguros, indemnización por despido, etc.
Además del establecimiento de un régimen centrado en la persona de Perón, que controló la clase obrera. La organización de sindicatos en todas las actividades del trabajo que aún no los tenían. Estos debían ser “reconocidos” por el Ministerio de Trabajo y solamente se autorizaba uno por gremio. El Estado intervino, y en la práctica, decidió las negociaciones obrero-patronales sobre salarios y condiciones de trabajo.
En dicho contexto se lanza en 1947 una política que invadió las esferas universitarias, la cual sanciono una nueva ley universitaria que dejaba a un lado los principios de la reforma que habían regido
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