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“La Historia Social, Nuevas Tendencias, El Cambio Social en la Historia”

Enviado por   •  6 de Febrero de 2018  •  3.030 Palabras (13 Páginas)  •  534 Visitas

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6- Crisis de los grandes paradigmas: A fines de los años 70 comienza a ser evidente el agotamiento de los tres grandes modelos historiográficos; en realidad una crisis común a todas las ciencias sociales, y la necesidad de búsqueda de nuevas formas de representación “es decir la aparición de un nuevo y absorbente paradigma.

La época de las grandes propuestas paradigmáticas se han visto afectados: Annales por su dispersión y narcisismo, el marxismo a causa del escolasticismo dogmático y el cuantitativismo por la falta de aportaciones indiscutibles para una teoría. Esto es lo que dio pasó a una época de crisis de paradigmas y de búsquedas de formas nuevas de investigación y de expresión.

La crisis de los años 80 y 90 produjo en el mundo de la historiografía dos tipos de realidades:

- La devaluación de los anteriores fundamentos de la práctica del historiador de la cual se produjo caminos externos a la historiografía.la recepción de la problemática postmodernista.

- La respuesta a la crisis desde la historiografía, con sus propios instrumentos, y que ha procurado la aparición de propuestas de nuevas concepciones y campos de estudios historiográficos ante el agotamiento de los antiguos.

7- Historia a Debate busca reforzarse como movimiento historiográfico de nuevo tipo: por su carácter global y porque entiende que aquellos historiadores que no coinciden con sus planteamientos fueron y son interlocutores necesarios. HaD/Tendencia es inseparable de HaD/ Foro de debate. A diferencia de otras corrientes, grupos, revistas y proyectos historiográficos que en el mundo (académico) son o han sido: Historia a Debate publica y alienta todas las opiniones discrepantes que se manifiesten respetuosamente, incluyendo las contrarias a sus propias ideas y propuestas. Historia a Debate como tendencia historiográfica quiere contribuir a la configuración de un paradigma común y plural de los historiadores del siglo XXI que asegure para la historia y su escritura una nueva primavera.

HaD persigue explicitar y actualizar su posición en diálogo crítico con otras corrientes historiográficas, asimismo desarrolladas en la última década del siglo XX, ellas son: (1) el continuismo de los años 60-70, (2) el posmodernismo, y (3) el retorno a la vieja historia.

Puntos elegidos del Manifiesto:

IV INTERDISCIPLINARIEDAD:

En este ítem el manifiesto también recupera la idea ya planteada con anterioridad de la necesidad de la interdisciplinariedad con las ciencias sociales, las ciencias naturales, la filosofía y la tecnología. Sin embargo previene en cuanto a no aspirar a una ciencia social unificada, o a otorgar demasiada confianza al diálogo historia-ciencias sociales, como "receta mágica" para resolver problemas históricos así como a evitar dispersar la historia en otras disciplinas.

VII HISTORIOGRAFIA GLOBAL:

En relación a la tendencia a la globalización, se plantea la necesidad de que la tarea investigadora debe superar espacios, géneros y niveles de análisis y no visualizar lo global como utópico sino partir de esquemas globalizadores a los que confluyan, enfoques de todo tipo, articulación de temporalidades, diversas escalas, y nuevos paradigmas que incluyan conceptos mas inclusivos.

XVIII NUEVO PARADIGMA:

En el nuevo paradigma propuesto parte de los cambios históricos que se vienen dando desde 1989, hechos que muchos han calificado como un cambio de civilización. Historia a debate es parte de este proceso transformador y aspira a que sus propuestas abran el diálogo y promuevan un consenso académico que contribuya a la formación de un Paradigma concebido como un conjunto plural de valores y creencias que regulen la profesión del historiador del siglo XXI.

9- Alianza didáctica / historiografía

La superación de la crisis de la historiografía, de la historia enseñada y del aprendizaje de la historia, ha de superarse necesariamente de forma conexa.

El nuevo paradigma historiográfico que propugnamos precisa interactuar con la nueva didáctica de la historia porque es el signo (global) de los tiempos, apoyándose en los conceptos de paradigma, comunidad de especialistas y revolución científica elaborada por la historiografía pos positivista de la ciencia. Sin renunciar, ni la educación ni la historia, a sus definiciones científicas, si queremos que la sinergia que proponemos sea efectiva la investigación y la enseñanza son, fases consecutivas e interrelacionadas de un mismo proceso de conocimiento histórico. No obstante, hasta hoy la educación histórica e historiográfica de nuevos profesores e investigadores (enseñanza superior) y de nuevos ciudadanos (enseñanzas medias) no ha recibido la misma consideración académica o pública que la historia como investigación.

Este tipo de alianza académica entre la historia y la didáctica de la historia, entre la investigación y la enseñanza, es aplicable como índice de calidad en cualquier otra materia de estudio.

Planteado de manera fundamentalista esta versión del nuevo paradigma orientada al mercado laboral, cualquiera que sea la temática docente, obstaculiza la búsqueda de ciertas coherencias entre la investigación y la docencia, los contenidos y los métodos de aprendizaje, cuestión capital en aquellas disciplinas –como la historia– más alejada de los estudios laborales, técnicos y empresariales. Desde las comunidades académicas vecinas debemos apostar por convergencias transversales que sirvan de contrapunto a aquellas directrices tecnocráticas y economicistas que puedan lesionar el presente y el futuro de nuestra disciplina histórica, y de la educación en general. Es menester superar prejuicios y suspicacias existentes entre historiadores y “didactas”, docentes universitarios y docentes medios, etc., fruto de evoluciones separadas en el ámbito disciplinar e institucional, pese a una formación inicial común en historia que toca potenciar, sobrepasando la noción tradicional de la comunidad académica de historiadores y profesores de historia, como algo restringida a los investigadores y docentes vinculados a las licenciaturas universitarias de historia. Estamos planteando por lo tanto una coalición entre iguales.

Desde las comunidades académicas vecinas debemos apostar por convergencias transversales que sirvan de contrapunto a aquellas directrices tecnocráticas y economicistas que puedan lesionar el presente y el futuro de nuestra disciplina histórica, y de

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