CAPITALISMO Y POLITICA COMERCIAL EN LA PRIMERA EPOCA DE LA EDAD MODERNA.
Enviado por Ensa05 • 4 de Octubre de 2018 • 1.211 Palabras (5 Páginas) • 443 Visitas
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Generalmente, en Europa medieval y más especialmente en la del norte, las limitaciones que ponía la industria el sistema guildista, la falta de un comercio extensivo y diversificado y las teorías dominantes, por lo que hace al precio y al interés, limitaba extraordinariamente el uso del capital y obstaculizaban, por tanto, su acumulación.
Fue la época de la expansión ultramarina, que determino un notable crecimiento en la actividad comercial y los revolucionarios descubrimientos de preciosos metales que la acompañaron, lo que hizo posible el capitalismo moderno. Otros factores subordinados, aunque de importancia, fueron el sistema financiero desarrollado por la Iglesia Católica para cobrar y administrar sus enormes riquezas y las necesidades financieras del estado en rápido crecimiento.
Estas necesidades indujeron a las agencias que las controlaban a hacer uso y a tolerar la nueva clase de empresarios capitalistas.
Además, la decadencia de los sistemas manorial y guildista, que desposeyó a gran número de personas de la propiedad de sus medios de producción.
Como resultado de los mismos factores que determinaron el desenvolvimiento del negocio bancario, el primer periodo de la edad moderna y el resurgimiento de las bolsas o casas de contratación. Su origen puede descubrirse en la edad media.
La negociación de las letras de cambio, a que ya nos hemos referido, adquirido entonces al carácter de tráfico de la bolsa.
En el siglo XV las bolsas más modernas adelantadas a su era; eran las de Lyon y brujas. Esta última fue la primera que uso la demostración de la bolsa. La fundada después de “Ambres” se transformó en el centro bursátil más importante de la época. La primera bolsa autentica muy vagamente parecida a la de tipo moderno, fue fundada en Londres en el año 1698. la siguió en parís en 1724 y la primera en América se inauguró en Nueva York en el año 1817. Al favorecer los grandes capitales para ser invertidos con provecho, contribuyeron a desarrollar el desenvolvimiento de del crecimiento.
En el siglo XVII la compra y venta de valores todavía constituía un campo nuevo e incalculable de inversiones, no hay que sorprenderse de esto en vista de la gran expansión del comercio y de la apertura de importantes y nuevos campos de negocio casi al mismo tiempo que el motivo del provecho llegaba a su plenitud.
Esta época estuvo determinada por el mismo amor a la acumulación pecuniaria que la actual, pero carecía de las actitudes y métodos más depurados y limpios engendrados por las centurias, aproximadamente, de pérdidas y reveses debidos a inversiones poco sabias o excesivamente optimizaste.
Una característica principal del nuevo comercio ultramarino, manejada por grandes y bien unidades de compañías, fue la tendencia al monopolio comercial en ciertas áreas, en mercancías determinadas o en ambas cosas.
La compañía que estableció contactos con un área determinada gozaba de una enorme ventaja en su tráfico, muy especialmente cuando su posición era feroz: todavía más por el favoritismo gubernamental.
Como resultado de estas diversas influencias, los monopolios comerciantes llegaron a ser corrientes básicos en el trascurso de los siglos XVII y XVIII, porque eran elementos básicos de la organización y actividades de las primeras compañías comerciales.
Casi ante de que el comercialismo hubiese adquirido su forma definitiva comenzaron a hacérsele objeciones. El principio fundamental del mercantilismo erala regularización para conseguir el objetivo publico deseado. Tal fue el caso la compañía de las Indias Orientales inglesa, uno de los centros más poderosos de la influencia comercial.
El negocio llevado a cabo por dicha compañía tuvo por consecuencia, como natural la balanza comercial desfavorable y una huida de las especias inglesas. Aunque el comercio con las Indias Orientales fue uno de los mercantilismos más importantes dela oposición a la restricción mercantilistas, por contrario a sus intereses.
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