Capítulo I. Origen, nacimiento, juventud y muerte de Simón Bolíva
Enviado por Ensa05 • 9 de Octubre de 2018 • 6.437 Palabras (26 Páginas) • 387 Visitas
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En cuanto a la familia Palacios, éstos eran oriundos de la zona de Miranda de Ebro, actual provincia de Burgos, en España.
El primero de los Palacios en llegar a Venezuela fue José Palacios de Aguirre y Ariztía-Sojo y Ortiz de Zárate, natural de Miranda de Ebro en 1647, que falleció en Caracas en 1703.
El resto de los descendientes se unieron en matrimonio con otras familias aristócratas y alcanzaron los puestos de alcalde, regidor, procurador, etc.
Dos generaciones después de José Palacios nacería María de la Concepción Palacios de Aguirre y Ariztía-Sojo y Gil de Arriata y de Francisca Blanco de Herrera, descendiente de algunas familias canarias establecidas en Venezuela. Ella fue la madre de Simón Bolívar.
Estas dos familias, viviendo sobre suelo americano por numerosas generaciones, hacían parte de la poderosa clase social de los “Mantuanos”, lo que los valía de grandes privilegios.
Fue en ese cuadro que nació Simón Bolívar, a quien uno de los miembros de la familia, el padre Juan Félix Jerez-Aristiguieta Bolívar redactó un testamento en su favor, asegurándole una fortuna muy grande.
Simón, a quien su madre no podía amamantar, se vio confiado en una nodriza negra, Hipólita, una de las esclavas de la familia. Esta hizo más que alimentar a Simón, se ocupaba del como si fuera su propio hijo, y sobre todo a la muerte de Coronel Bolívar cuando su hijo tenía apenas 7 años. Simón Bolívar guardaría siempre en su corazón mucha ternura por Hipólita.
Las referencias que dejó Bolívar en su correspondencia hacen suponer que su infancia fue dichosa, feliz, segura, rodeada de sólidos afectos y gratos recuerdos, dentro de un ambiente que brindó equilibrio emocional, cariño y afecto.[1]
En este sentido existen algunas anécdotas que se popularizaron en Venezuela que presentaban a Bolívar como un niño turbulento, debido a que los escritores románticos consideraron indispensable atribuirle unas niñez indómita creyendo, según la moda de la época, que no podía salir un hombre excepcional de un niño normal, pero se ha demostrado que esas anécdotas fueron inventadas e introducidas en los relatos de Historia por Arístides Rojas, considerado un excelente narrador pero que usó a menudo su imaginación a falta de documentos que demostraran la veracidad de sus relatos.
En enero de 1786, cuando Simón Bolívar contaba dos años de edad, su padre murió de tuberculosis, y así doña Concepción quedó como cabeza de familia, velando eficientemente por los intereses de la familia hasta su muerte.
Sin embargo, las responsabilidades hicieron que su salud, también enferma de tuberculosis, decayera rápidamente y según la opinión de médicos historiadores, es posible que ya entonces Bolívar sufriera la infección tuberculosa con un tipo de tuberculosis que pasa inadvertida mientras las defensas corporales son favorables.
Concepción murió el 6 de julio de 1792, cuando Simón Bolívar tenía 9 años, pero tomando la precaución de hacer un testamento en el que dispuso quien debería hacerse cargo de sus hijos.
Los hermanos Bolívar pasaron entonces a la custodia de su abuelo Don Feliciano Palacios, que cuando asumió el papel de tutor se sentía tan enfermo que empezó a preparar también su testamento para designar a un sustituto como tutor de sus nietos y decidió pedir opinión a estos para respetar su voluntad.
Simón fue confiado a su tío don Esteban Palacios y Blanco, pero cuando éste se encontraba en España permaneció bajo la custodia de don Carlos Palacios y Blanco, otro de sus tíos, que por lo visto era un hombre con quien no se llevaba bien, pues era tosco, de carácter duro, mentalidad estrecha, que se ausentaba frecuentemente de Caracas para atender sus propiedades razón por la cual solía dejar a su sobrino atendido por la servidumbre y asistiendo por su cuenta a la Escuela Pública de Caracas. Fue en la Escuela Pública dirigida por Simón Rodríguez, un hombre original y progresista, cuyas ideas pedagógicas y sociales tendrían mucha influencia sobre un joven con carácter maleable. Don Feliciano falleció y la tutela regresó a su tío Carlos Palacios, con quien Simón no se entendía bien.
A los 12 años, Simón escapó de la casa de su tío el 23 de julio de 1795, para refugiarse en la de su hermana María Antonia, que ejerció su custodia temporal, hasta que se resolvió el litigio judicial en la Real Audiencia de Caracas, que devolvió a don Carlos la custodia de Simón, y después fue confiado como interno a cargo de su maestro Simón Rodríguez quien no tardó en ganarse la confianza de Simón, y en algunos meses lazos estrechos iban a ligarlos, lazos de simpatía, que durarían hasta la muerte.
Admirador de Rousseau y otros filósofos franceses, Rodríguez iba a enseñarle mucho a Simón Bolívar, empleando mucho tacto, sensibilidad y firmeza. Fue en ese momento que Simón abrió sus ojos, su espíritu y su corazón a los ideales que marcarían su vida.
En 1799 viajó por primera vez a España, visitando de paso Veracruz y Méjico, haciendo una corta escala en la Habana. En Madrid estaba rodeado de sus tíos Esteban y Pedro Palacios, así como del marqués de Ustariz quien devino su maestro.
Simón profundizó sus conocimientos literarios y científicos y como todo el mundo que se respete, perfeccionó su esgrima y su forma de bailar; frecuentó numerosos salones donde se destacó, a la vez por su elegancia y por su inteligencia.
Bolívar fue enviado a España a los 15 años para continuar sus estudios. En Madrid en 1800 conoció a la joven María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza. El solo tenía 17 años de edad y ella 20. En agosto de 1800, María Teresa aceptó el noviazgo con Simón Bolívar.
Bolívar de 19 años y María Teresa de 21, contraen matrimonio el 26 de mayo 1802 en el Teatrillo del Palacio del Duque de Frías, donde funcionaba la primitiva Iglesia parroquial de San José. Al cabo de unos 20 días se trasladan a La Coruña.
El 15 de junio de 1802 partieron los recién casados hacia Caracas, desembarcando el 12 de julio en La Guaira. Después de una corta estadía en Caracas, se trasladaron a la “Casa Grande” del ingenio Bolívar en San Mateo. María Teresa enfermó poco después de fiebres malignas, hoy identificados como fiebre amarilla o paludismo, el matrimonio regresó a Caracas a su Casa del vínculo, donde ella murió el 22 de Enero de 1803..
El joven Bolívar se dedica a viajar, para mitigar la pena que le causó el fallecimiento de su esposa. Es, en este estado de ánimo, cuando
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