Capitulo 10 colombia una nacion a pesar de si misma
Enviado por tolero • 26 de Noviembre de 2017 • 9.523 Palabras (39 Páginas) • 956 Visitas
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y el responsable de importantes innovaciones programáticas, que adelantó con la ayuda de un círculo de jóvenes tecnócratas, entrenados, muchos de ellos, en universidades extranjeras. Entregó el poder en 1970 al conservador Misael Pastrana, quien había sido su ministro de Gobierno pero no se había contagiado del hiperactivismo característico de Lleras. Luego de presidir una administración en la que no se hizo casi nada de trascendencia, Pastrana transmitió en mando al liberal Alfonso López Michelsen, hijo de López Pumarejo, cuyos oponentes en la elección de 1974 fueron los hijos de otros dos ex presidentes: el conservador Álvaro Gómez Hurtado y María Eugenia Rojas, candidata ésta de un nuevo tercer partido. Parecía que en esta elección se disputaran la presidencia los fantasmas de los padres y los votantes colombianos, que conservaban los más favorables recuerdos de López Pumarejo, concedieron a su hijo la mayoría de los votos. Sin embargo, cualquiera que esperara repetir el regocijo de la «revolución en marcha» estaba condenado a la desilusión. El segundo López innovó principalmente en asuntos exteriores y no en poHticas domésticas. En especial, buscó seguir una línea más independiente frente a los Estados Unidos; por ejemplo, 308 restauró las relaciones diplomáticas con la Cuba revolucionaria, que Colombia, al igual que todas las naciones latinoamericanas con excepción de México, había roto en la década de los sesenta. " Si bien no colmó las expectativas que había despertado en sus inicios, el Frente Nacional logró la meta principal para la que había I sido disefiado: poner fin a la Violel/cia. Para ello empleó la misma combinación de tácticas usada por Rojas Pinilla: ofrecimientos de amnistía y aplicación selectiva de la fuerza militar contra aquellos que .aún se resistieran. También desarrolló ambiciosos programas de «acción éfvico-militar», por medio de la cual fueron movilizados varios destacamentos del Ejército para construir carreteras, escuelas y clínicas en áreas afectadas por la violencia y prestar servicios médicos casi trenses con el fin de ganar la confianza de la población rural, sin la cual la verdadera pacificación era imposible. El Frente Nacional se vio fleneficiado por la sensación de agotamiento y repulsión nacionales, lurgida a causa de la violencia. Sin embargo, el principal factor en la ficación fue la estructura del Frente Nacional, debido a su efecto i de las rivalidades políticas tradicionales, que habían I 108 detonantes de la Violencia. Mucho más efectivo que los mensajes de fraternidad que ahora proclamaban las directivas de ambos partidos en la capital y en las principales ciudades, el Frente Nacional inmensamente los incentivos que llevaban al estallido de accioftes violenta Hasta cierto punto, como consecuencia de este logro, la cuestión religiosa desapareció en Colombia aún más rápida y que la Violencia. Cesó el maltrato. por razones políticas o religiosas, a los protestantes, y las numerosas restricciones que habfan sido impuestas a sus actividades fueron levantadas. Todavía más impresionante fue la generalizada tolerancia entre católicos y protestantes, hasta el punto de que ministros protestantes y sacerdotes católicos llegaron a compartir las mesas directivas en certámenes públicos. Naturalmente, los vientos de renovación que conmovían a la Iglesia, como las reformas de Juan XXIII y el Segundo Concilio Vaticano, también influyeron en la nueva situación religiosa del país. En efecto, la Iglesia colombiana inició una rápida evolución que la alejaba de su anterior rigidez trinal y de su estrecha alianza con el Partido Conservador. Y a la vd que la jerarquía católica asumía una posición de progresismo mo-: derado en asuntos políticos y sociales, una creciente minoría de sacerdotes profundamente influenciados por los nuevos movimientos de la Teología de la Liberación y el activismo tercermundista, que, cobraban fuerza entre el clero de otros países de América comenzaron a interesarse por la causa de la izquierda y a alentar a revolucionarios marxistas, quienes se convirtieron en una de las expresiones de la violencia en el escenario colombiano. El regreso de la libertad religiosa fue uno de los aspectos de una restauración más general de la otrora orgullosa trayectoria de Colombia como país de prensa y expresión libres y otras libertades básicas. Incluso después de la caída de Rojas Pinilla, el país permaneció durante mucho tiempo bajo el estado de sitio, que algunos, observadores extranjeros interpretaron vagamente como un tipo de ley marcial. Pero en la práctica, el estado de sitio se hizo sentir en, menor escala: permitía a las autoridades impedir asambleas públicas, censurar a la prensa y restringir otras libertades, pero en la mayoría de los casos estos poderes no fueron utilizados. Varios pequeños periódicos semanales o mensuales asociados con la izquierda y que abiertamente simpatizaban con las guerrillas que intentaban derrocar el régimen existente hicieron su aparición bajo el estado de sitio y nadie se molestó en impedirlo. Desde luego, si tales publicaciones hubieran gozado de distribución masiva -lo cual no la 310 respuesta habría sido muy diferente. Más tarde, a comienzos de la dé- cada de 1970, un grupo de liberales disidentes lanzó en Bogotá con éxito inmediato El Periódico, publicación que, si l>ien no era revolucionaria, revelaba abiertamente su carácter anti-establecimiento; por la negativa sistemática a darle publicidad, el impreso no pudo sostenerse, pero ello fue esencialmente obra del sector privado y no de la censura oficial2 • El único procedimiento de emergencia que se utilizó con relativa regularidad bajo el estado de sitio fue el de juicios sumarios o tribunales militares para acusados de crímenes contra el orden público. Hubo denuncias de tratamiento arbitrario e incluso de tortura de individuos juzgados bajo este sistema, pero por lo menos tales cargos se ventilaron públicamente y solamente se convirtieron en prácticas permanentes a comienzos de los años 80, cuando se agravó el problema de la guerrilla y el terrorismo. Un ejemplo revelador es el tratamiento que recibió Rojas Pinilla cuando, en octubre de 1958 y para disgusto de liberales y conservadores, regresó del exilio. Si el general esperaba una expresión masiva de apoyo en el momento de su llegada, se llevó una gran desilusión. Por el contrario, fue presentado al Senado de la República, que actuaba como tribunal especial para ex presidentes. a fin de ser juzgado por una serie de malos manejos durante su administración. Rojas salid relativamente bien librado, pues solamente perdió sus derechos polfticos, es decir, su derecho al voto, a ser empleado del Estado y a comprometerse en actividades partidistas; la sentencia fue posteriormente revocada por la Corte Suprema de Justicia.
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