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Capítulo 1 Los esclavos de Yucatán.

Enviado por   •  20 de Mayo de 2018  •  6.235 Palabras (25 Páginas)  •  457 Visitas

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Después de convivir más de cerca con los indios yaquis, John Kenneth nunca imagino que pudiera existir otro lugar donde hubiera tanta maldad, hasta que conoció Valle Nacional...

Capítulo 4 - Los esclavos contratados de valle nacional.

Valle Nacional fue el peor escenario de la esclavitud en México, tal vez, el peor del mundo.

Ahí todos los esclavos, rinden tributo a la tierra en siete u ocho meses, los azotaban y los mataban de hambre. Ahí los amos no los dejaban ir hasta que se estaban muriendo, como si se tratara de un cambio de baterías a algún juguete.

Los esclavos de Valle Nacional no eran únicamente indios, eran mestizos mexicanos, algunos artesanos, otros artistas, y la mayoría de ellos eran trabajadores ordinarios. La quinta parte de estos esclavos eran mujeres y niños menores de 15 años.

En 1908 el precio de cada hombre era de $45; las mujeres y los niños costaban la mitad a diferencia de que en 1907 el precio era de $60 por hombre.

Turner destacó a Valle Nacional por ser una notoria región de esclavos ya que fue el lugar en donde se daba el peor trato a los esclavos. La cusa de las extremosas condiciones de Valle Nacional es principalmente geográfica.

La esclavitud en Valle Nacional, era peonaje o trabajo por deuda llevado al extremo.

Los hacendados obviamente no utilizaban el término de esclavo para las personas a las que esclavizaban, los llamaban trabajadores contratados. Pero eran esclavos, ya que se convertían en propiedad privada de hacendado y no existía ley ni gobierno que los protegiera, al igual que en Yucatán.

Había únicamente dos maneras de llevar a los esclavos de Valle Nacional, según se decía; una era por orden de un jefe político o de un “agente de empleos”, que trabajara en unión de aquel o de otros funcionarios del gobierno, a estos se les llamaba enganchadores.

Los esclavos eran vigilados noche y día, por la noche eran encerrados en un dormitorio que parecía cárcel; las cárceles eran grandes construcciones construidas sólidamente con troncos jóvenes clavados en el suelo y atados con mucho alambre de púas.

El esclavista de Valle Nacional descubrió que era más barato comprar un esclavo en $45, hacerlo trabajar hasta morir de fatiga y hambre en seis meses y gastar otros $45 en uno nuevo; que dar al primer esclavo mejor alimentación, no hacerle trabajar tanto y así prolongar su vida y sus horas de trabajo por un periodo más largo.

Capítulo 5 - En el Valle de la Muerte.

El autor, que era muy inteligente, logró obtener información diciendo que tenía mucho dinero en que invertir, entonces se hizo amigo de jefes y policías, se le asignó una escolta de policías para que no pasara problemas.

En el tren encontró junto con De Lara, a 3 individuos que habían sido reclutados, con los que se pusieron a hablar y vieron que al contrario de los otros esclavos, fueron mandados por el jefe político de Pachuca que tenía un tratado con Cándido Fdez., dueño de la plantación Sn. Cristóbal de la Vega, el cual se involucró a dar cada año 500 trabajadores sanos y competentes a $50 cada uno.

A éstos trabajadores los sacaba haciéndoles acreedores de infracciones reales o inventadas.

La única forma de escapar de ahí era por el río, pero era difícil porque lo tenían que atravesar muchas veces y aparte pasar por los 4 pueblos custodiados, en los que se ofrecen $10 de recompensa por cada fugado atrapado.

Existían alrededor de 30 haciendas, como la Santa Fe, Balsa Hermanos, Honduras de Nanche, Los Mangos, etc. De éstas 12 son de Balsa Hermanos, propietarios de fábricas de tabaco. El dueño de esta fábrica decía, entre tantas cosas, que no era bueno tener a los obreros más de 7 u 8 meses porque “se secaban”.

Hay un lugar viejo que se llama Casa de Piedad, en donde les permite a los sujetos pasar sus últimos momentos.

Valle Nacional se convirtió en una ciudad de 100 mil almas, en donde John y De Lara encontraron 2 yaquis (no muy comunes ahí, pero si en Yucatán), los cuales les contaron que eran los últimos que subsistían de unos 200.

Cuando fueron por Tuxtepec, se tropezaron con el Sr. P, cuñado de Félix Díaz, quien a su vez era sobrino de Porfirio Díaz, y el cual le dijo a John que podía conseguirle los esclavos que quisiera, hasta 40 mil cada año a $50 cada uno. Así como que puede facilitar mil niños por mes adquiriendo su “adopción legal” como hijos de la corporación hasta que tengan 21 años.

Capítulo 6 - Los peones del campo y los pobres de la ciudad.

Si se decía que los trabajadores rurales del México porfiriano no eran nada afortunados, las condiciones de vida en las ciudades mexicanas de principios del siglo XX no eran nada envidiables.

El autor nos cuenta sus visitas a los albergues para gente de clase trabajadora, donde por tres centavos podían rentar un pedazo de suelo en una habitación para pasar la noche, en este tipo de habitación se llegaban a alojar hasta doscientos huéspedes sin distinción de sexo, ni situación en la que se encontrasen.

También hace referencia a las condiciones insalubres de los barrios pobres.

El nexo que ataba al peón con su amo era la deuda real o imaginaria.

Estas deudas eran transmitidas de generación a generación aunque la Constitución no reconocía el derecho del acreedor para apoderarse y retener al deudor físicamente.

Es probable que 5 millones de personas, es decir, un tercio de la población, viviera en estado de peonaje. No menos del 80% de todos los trabajadores de las haciendas y plantaciones en México, o eran esclavos o estaban sujetos a la tierra como peones. El otro 20% lo integran los considerados trabajadores libres, quienes vivían una existencia precaria en su esfuerzo por esquivar la red de enganchadores.

Los 750 mil esclavos y los 5 millones de peones no monopolizaban la miseria económica de México. Esta se extendía a toda clase de personas que trabajaban.

Había 150 mil trabajadores de minas y fundiciones, había 30 mil operadores de fábricas de algodón, 250 mil sirvientes domésticos, 40 mil soldados de línea y 2 mil de policías en la Ciudad de México, todos ellos recibían un sueldo miserable por sus jornales.

Por lo que refiere al vestido

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