Como aprender a vivir juntos en la aldea planetaria
Enviado por Stella • 23 de Abril de 2018 • 1.323 Palabras (6 Páginas) • 453 Visitas
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El capitalista siempre esta vulnerando los derechos de sus trabajadores para adquirir mas poder adquisitivo a causa de lo que sea lo cual los hace cada día mas ricos no le importa el bienestar de sus trabajadores el pobre asalariado tiene que aprender a subsistir con la paga injusta que devenga, día a día buscan percibir mas ingresos lo cual conlleva a que monopolicen el mercado.
Para mi las clases sociales no es mas que el que tenga mas poder de adquisición de bienes y servicios en relación con otros de determinados grupos poblacionales sin importan de donde vengan, el que mas tiene siempre va estar absorbiendo al mas pobre, las clases sociales son propiamente invento del hombre y como tal debían de desaparecer pues todos somos iguales así desempeñemos labores diferentes, la condición social no debe de ser excusa para que alguien pueda aspirar a tener un buen empleo creo que esto se debe cambiar empezando por la propia familia y por las instituciones educativas crear conciencia de que lo material no es lo fundamental para el ser humano, debemos brindar conocimiento basado en las buenas relaciones humanas cimentadas en el respeto por el otro con principios éticos y valores, que nos abrirán la puerta de la vocación y el servicio desinteresado por los demás. Las clases sociales se deben de cambiar por igualdad ante todo para que unidos adquiramos un gran reto pues debemos de concientizar a una sociedad insensible de que la mejor forma de derrotar el capitalismo es educando con amor en valores y fomentando la ética, hasta lograr alcanzar un verdadero cambio social.
Nótese como la globalización y el capitalismo entra a transformar cada espacio de la vida, porque genera impactos económicos, políticos, sociales, culturales, no obstante. “de todos los cambios que ocurren en el mundo, ninguno supera en importancia a los que tienen lugar en nuestra vida privada, entre los que están, cómo formamos lazos y relaciones con los demás” (Giddens, 1999; 65), nuestros hábitos y la forma en que empezamos a interactuar con el mundo y con otros, es ahora sustancialmente diferente, las relaciones se han tornado superfluas, cambiantes, efímeras y muy dinámicas, las certezas no existen en un mundo global, porque cada vez surgen nuevas alternativas de vida, de modelos, de comportamientos, de valores, de satisfactores a las mismas necesidades de siempre, las instituciones que tradicionalmente nos han acompañado permanecen pero su contenido, sentido y significado es diferente, por ello Giddens las llama instituciones concha, las cuales deben sus moldeamientos a la expresión economicista que maximiza su potencia pero disminuye sus potencialidades de cohesión, reduciéndola a un bien, un objeto de mercado y un nicho de negocio.
Vista así la globalización en sus diversas manifestaciones, se plantea una dicotomía difícil de resolver por cuanto homogeniza pero a la vez tiende a particularizar, hay un contra flujo en un ir y venir constante que posibilita intercambios. A través de las interacciones humanas, los paisajes cobran vida en la creación y recreación de mundos imaginados, los cuales han permitido su existencia, su expansión, pero al mismo tiempo su fragmentación.
Para concluir podemos citar un fragmento de Garcia Canclini:
La globalización y el capitalismo no sólo homogeniza y nos vuelve más próximos, sino que multiplica las diferencias y engendra nuevas desigualdades, no se puede valorar la versión oficial de las finanzas y de los medios de comunicación globalizados que nos prometen estar en todas partes sin comprender al mismo tiempo la seducción y el pánico de llegar fácilmente a ciertos lugares y acercarnos a seres diferentes. También el riesgo de ser excluidos o de sentirse condenados a convivir con los que no buscábamos. Como la globalización no consiste en que todos estemos disponibles para todos, ni en que podamos entrar en todos los sitios, ésta no se entiende sin los dramas de la interculturalidad y la exclusión, las agresiones o autodefensas crueles del racismo y las disputas amplificadas a escala del mundo por diferenciar los otros que elegimos de los vecinos por obligación. La globalización sin la interculturalidad es un OCNI, un objeto cultural no identificado.
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