Pluralismo emancipador, derecho al agua y buen vivir un acercamiento desde América Latina

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La comunidad desde siempre se ha pensado, planeado y organizado gestionar su propia agua, hace más de 70 años el pueblo, la gente, los convites se reúnen en pro de la construcción de sus acueductos, el agua es libre y corre para quien la necesite; la comunidad concluye en multiplex encuentros, asambleas y espacios de participación, que lo más importante por resolver es derecho a la vida digna, a servicios domiciliarios dignos y de calidad ya que en los barrios periféricos de las ciudades principales aún no se cuenta con el garantía a estos derechos.

Por ello los territorios organizados bajo la forma de acueductos comunitarios en veredas y barrios, han tenido que resolver el tema de los servicios públicos domiciliarios, ante el abandono estatal y la decisión del gobierno en entregar al sector privado el servicio público del agua y saneamiento, sin tener en cuenta que el agua es un derecho fundamental indispensable para mantener la vida. Es así que las comunidades independientes de las políticas y los proyectos que ha tenido la administración gubernamental han dado solución al tema del agua, pero no guiados por los intereses del mercado sino por sus propias necesidades.

A propósito, Wolkmer y otros autores hablan acerca del nuevo constitucionalismo latinoamericano en que factores como el agua y el buen vivir son puntos referentes para esta nueva cosmovisión.

Alguns elementos da cosmovisão andina que deram origem ao Novo Constitucionalismo Latinoamericano, notadamente o direito à água. Nessa nova cultura orientada para o Bem Viver, o direito humano aos bens imprescindíveis à manutenção da vida é visto como patrimônio comum projetando- se, portanto, este direito a todos os seres vivos bem como para as gerações futuras. (Wolkmer y otros,2012, pág. 51)

Existe pues un nuevo paradigma que invita a construir nuevos sociedades justas, igualitarias y solidarias; sobre todo en materia de las prácticas sociales y colectivas, las acciones y los procesos que lleven a repensar el mundo y los derechos humanos, a propósito, menciona Wolkmer y sus colegas:

Uma nova cultura que harmonize a Vida Humana com a natureza, compartilhando princípios, estratégias e ―novos‖ Direitos. Nessa nova cultura orientada para o ―bem viver‖, é essencial e irrenunciável um ―novo‖ Direito, o Direito Humano aos bens enquanto patrimônio comum. Ora, no cenário mundial, a ONU reconheceu, em 28/07/2010, a água potável e o saneamento básico como um Direito Humano fundamental, em duas históricas Resoluções. (Wolkmer y otros,2012, pág. 53)

Así mismo cabe resaltar que más adelante los autores agregan sobre el paradigma comunitario:

O conhecimento que alavanca os processos de mudanças constitucionais, em vários países da América Latina, está fundamentado no paradigma comunitário orientado para o ―bem viver‖. Esse paradigma, adquirido através dos povos indígenas, projeta uma compreensão da comunidade em harmonia, respeito e equilíbrio com todas as formas de vida. (Wolkmer y otros,2012, pág. 56)

Mecanismos de la comunidad para defender su derecho al acceso al agua potable una experiencia desde Medellín - Colombia:

La organización y movilización comunitaria-social mediante el empoderamiento de instrumentos jurídicos como mecanismos de lucha de los pueblos permite estar informados de sus derechos para poder argumentarlos y hacerlos valer y generar alternativas de incidencia de organizaciones sociales para de manera colectiva defender el derecho del agua.

De este modo las acciones colectivas comunitarias que se dan entorno al reconocimiento y exigencia del derecho humano al agua y en general a los derechos humanos, esto es importantes en la medida en que recupera en sentido histórico, social y comunitario, pues ante todo son construcciones populares en torno a la gestión del agua que hacen parte de los territorios.

El modelo de gestión comunitaria del agua, en sus orígenes se encuentran en la vecindad, la solidaridad, el respeto por el medio ambiente y en los usos y costumbres de cada una de las comunidades que de manera ancestral unieron sus esfuerzos para suplir las necesidades de un conglomerado.

Ante la problemática y carencia del agua, las comunidades han empezado a organizarse, grupos de vecinas y vecinos, de comuneras y comuneros, ha generado capacidad de darle una mirada global a su territorio, en sus dimensiones: económicas, políticas, espaciales y socio- culturales, desarrollando procesos y prácticas para la satisfacción de las necesidades más apremiantes de unos moradores de una ciudad desigual.

El pluralismo emancipador pues se genera por medio de propuestas de las comunidades y de actores que suelen poseer el conocimiento jurídico, que junto a la comunidad, proponen la acción jurídica como herramientas de defensa y protección de los habitantes de la periferia y de los sectores populares para el acceder a los servicios públicos domiciliarios, y en general a una vida más digna mediante mecanismos como la tutela, la denuncia y la divulgación de los derechos vulnerados, son una forma de lucha que se adaptan como una técnica jurídica.

A propósito del tema menciona Velásquez, El ámbito jurídico: El segundo eje analítico es el relativo a la normativa nacional y la legislación internacional en materia de Servicios Públicos Domiciliarios, ya que este bloque de constitucionalidad puede determinar en qué medida existen violaciones a los derechos humanos cometidas por parte de la Alcaldía y las EPM al momento de incurrir en la desconexión, ya que están afectando el derecho a la vida y la honra de los habitantes de los barrios populares de nuestra ciudad en conexidad con los DESC (derechos económicos, sociales y culturales), o directamente a los derechos al agua potable, la energía eléctrica y la dignidad humana. (Velásquez, 2010, pág. 106)

Desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos se ha reconocido el derecho fundamental de toda persona a un nivel de vida adecuado, que incluye contar con abastecimiento de agua potable y servicios de saneamiento. Desde entonces, el tema se ha privilegiado en los distintos instrumentos del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, tales como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Protocolo de San Salvador adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Art. 11), la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación de la Mujer y las Observaciones Generales 6, 14 y 15 del Comité de Derechos Económicos, Sociales