Constitución de la Monarquía Española de 1º de junio de 1869.

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El texto, de corte liberal y democrático incluía un régimen de libertades y declaración de derechos amplísima, incluidos los de tipo procesal y penal. Destacaron algunos como la presunción de inocencia, la libertad de enseñanza y culto, la inviolabilidad del correo…

Se aprueba el sufragio universal masculino (mayores de 25 años) y se establece una monarquía parlamentaria, en la que se establece una separación de poderes:

- El ejecutivo, aunque ostentado por el Rey, solo actuaba a través de sus ministros.

- El legislativo residía en Congreso y Senado (bicameral), sin embargo el Rey podía promulgar las Cortes, sancionarlas o incluso disolverlas.

- Por último el judicial se constituyó como un poder independiente, al que se accedía por primera vez superando unas oposiciones.

En definitiva el texto propone que el poder ejecutivo esté avalado por el Rey, pero que no tome partido a la hora de ejercer.

La última disposición del artículo hace referencia a la unificación de medidas para hacer cumplir la ley en todo el territorio. Al poco tiempo de constituirse el Gobierno Provisional, el Consejo Real y los Consejos provinciales fueron suprimidos (Decreto de 13 de octubre de 1868), después el Juzgado Especial de Imprenta (23 de octubre), acto seguido el Tribunal Especial de las Órdenes Militares (2 de noviembre) y, por último, los Juzgados de Hacienda y los Tribunales de Comercio. Se conservaron las jurisdicciones eclesiástica y castrense, aunque vieron reducidos sus límites con el Decreto Unificador de Fueros (6 de diciembre 1868). Oficialmente se promulgó el decreto aquel diciembre de 1868, pero las medidas tomadas anteriormente pusieron en marcha esta igualdad judicial.

Así, los tribunales fueron los únicos encargados de regular su forma de trabajar y de juzgar a los civiles de acuerdo con la Constitución, aunque el Rey se reservaba el derecho de nombrar a los jueces (una cuarta parte de magistrados de las Audiencias y del Tribunal Supremo)

3ª.-Valoración personal y crítica del texto histórico-jurídico objeto de comentario.

La revolución fue sin duda un paso importantísimo en la consecución de derechos y libertades, aunque su motivación inicial de derrocar a la Monarquía se difuminó bastante, ya que al poco tiempo de abandonar Isabel el trono se constituyó una nueva Monarquía, eso sí, con limitaciones para el Rey. Aunque no se cambió tanto el sistema de Gobierno como los más radicales hubieran deseado, se lograron grandes avances, entre los que destacaría:

- la unificación legislativa para evitar abusos de poder en ciertos territorios;

- La independencia del poder judicial. A pesar de ser elegidos por el Gobierno, el hecho de que un juez debiera superar unas oposiciones aseguraba una preparación mucho mayor a la hora de aplicar una sentencia.

Por supuesto el amplio abanico de derechos y libertades supuso un avance tan grande como la independencia del poder judicial o incluso mayor. No hay que olvidar que el objetivo de toda revolución es la consecución de derechos y libertades, que son el único camino para alcanzar una sociedad justa.

BIBLIOGRAFÍA

- http://www.historiacontemporanea.com/pages/bloque5/el-sexenio-revolucionario-18681874/documentos_historicos/la-unificacion-de-fueros-6-de-diciembre-de-1868?theme=pdf

- http://notin.es/la-jurisdiccion-un-concepto-historico-desjudicializacion-y-iii/

- http://www.historiasiglo20.org/HE/10c-1.htm

- http://www.pronunciamientos.rizoazul.com/gloriosa.html

- http://www.e-torredebabel.com/leyes/constituciones/constitucion-espanola-1869.htm

- http://revistas.uned.es/index.php/derechopolitico/article/viewFile/8864/8457