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Crisis del siglo III

Enviado por   •  6 de Enero de 2019  •  2.286 Palabras (10 Páginas)  •  416 Visitas

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Alejandro intentó arreglarse con el senado manifestándose en contra de sus predecesores y el régimen de la monarquía militar pero finalmente fue víctima de una conspiración de unos de sus soldados, Maximino, que se haría proclamar emperador. Desde entonces el numero de Emperadores se elevo impresionantemente, disminuyendo la duración de su reinados. Las relaciones del ejército con el senado se rompieron definitivamente; esta etapa se la conoce como anarquía militar o época de los emperadores soldados.

Aproximadamente en la mitad del siglo III, “la presión de los godos en el Este, de los francos y alamanes en el Oeste, de los yutungos en el centro y de los mauri en el sur acabó rompiendo las débiles líneas de defensa fronteriza en algunos puntos del limes, facilitando la penetración de pueblos y tribus bárbaras hacia el interior” (Bravo, 1989; 211). Durante el reinado de Claudio el gótico (268-270) se conseguiría expulsar definitivamente a los godos, pero el problema persa en la frontera oriental seguirá presente hasta los años finales de siglo, en plena Tetrarquía. Resuelta la cuestión gótica se restablecen las limes fronterizas y la comunicación marítima.

Del año 270 al 275 se desarrolla el reinado de Aureliano, un emperador soldado considerado como el restaurador que puso en práctica un programa de renovación del gobierno en el cual la política exterior quedaba subordinada a los problemas internos más preocupantes. Durante el 271 redujo a la familia real de Palmira, acabando con la autonomía de un imperio que durante cuatros años se había escapado al poder central. Luego, durante el reinado de Probo se llevó a cabo un programa político en el que se dio asentamiento a pueblos germanos en Panonia para suplir la caída demográfica de esa región.

Crisis social

El orden senatorial, el grupo más prestigioso y rico, perdió el poder que tenía en el Principado, es decir que el senado como institución quedo excluido del acontecer político, aumentando en su lugar la importancia del consilium y la burocracia imperial. “Los altos cargos de la administración anteriormente reservados para los senadores, así como los comandos militares, fueron transferidos a otro circulo de personas, a los caballeros” (Alfoldy, 1992; 127)

El siglo III fue una época de brillo para el orden ecuestre, los caballeros constituyeron la capa superior más activa, tanto militar como políticamente. Aunque su lugar siguió siendo de un segundo rango, los escalones más elevados de orden ecuestre se unieron a la elite senatorial. Un amplio sector de los decuriones por lo general lucraban con el comercio y la artesanía, por lo que les resultaba una gran pérdida el retroceso de estos sectores económicos. Sin embargo, el típico decurión era el hacendado, que ahora se enfrentaba con graves problemas como ser la falta de mano de obra y las devastaciones bárbaras, además del progresivo gravamen impuesto por el Estado.

Una de las transformaciones más relevante de la crisis social del siglo III fue el debilitamiento que sufrió el decurionato. Se cree que el decaimiento de este orden social es el fruto de accionares como el crecimiento que se produjo en las grandes propiedades, haciendo peligrar la mediana propiedad, característica de los decuriones. Simultáneamente, el retroceso que se produjo en la esclavitud y el sometimiento de las masas campesinas al colonato dejó las tierras de decuriones con un serio faltante de mano trabajadora. La admisión al decurionato ya no quedo en manos de los órganos municipales, sino que se transformó en una obligación para aquellos que reunían el mínimo de fortuna exigido, lo que produjo que el rango decurional sea más heredable que antes pero a su vez pasara de ser un codiciado honor municipal a una carga para los sectores más pudientes, debilitando este orden. “Todo individuo que pudiese reunir el mínimo de fortuna exigido para un cense de decurión, tenía por fuerza que abrazar dicho estado, bien por la vía de las magistraturas, bien de forma automática, y soportar las cargas aparejadas al decurionato” (Alfoldy, 1992; 131)

Con respecto a los militares, no solos los jefes sino además los soldados también gozaban de una situación favorecida, desarrollando un fuerte sentimiento de unidad mediante una colegiación en asociaciones; tanto que un veterano podía tener un patrimonio equivalente al del censo decurional, pero de todas formas estaba exento de contribuir al Estado.

Las autenticas víctimas de la crisis fueron las masas trabajadoras, tanto del campo como de la ciudad. El ser libre ya no contaba como factor decisivo de dependencia social. La decadencia de las pequeñas y medianas propiedades en el curso de la crisis condujo a la concentración agraria en pocas manos, además de la expansión del colonato como sistema de explotación debido al alto costo de los esclavos. “El propietario arredraba la correspondiente parcela de tierra por cinco años, al tiempo que el colono se comprometía al pago anual de una suma de dinero “(Alfoldy, 1992; 135)

Así las cosas, el orden social tradicional se desintegro: el poder, riqueza, prestigio y adscripción a un orden superior ya no estaban unidos de la misma forma que antes, cuando era inconcebible que una nobleza con prestigio y riqueza no constituyese al mismo tiempo la capa alta política. Criterios jurídicos como el derecho a la ciudadanía y la libertad perdieron su importancia; el lugar de origen y el principio de mérito sufrieron cambios (generalmente los emperadores procedían de la periferia). “La alta sociedad se desintegro en capas muy diversamente estructuradas, mientras que los estratos inferiores desarrollaron una estructura cada vez más unitaria” (Alfoldy, 1992; 136). El nuevo estrato dominante estaba formado por los altos oficiales ecuestres y los funcionarios de la administración, asícomo los miembros de la institución militar, y su máxima representación en los emperadores autoritarios de tiempos del Dominado. El sistema de dominio del siglo tercero, promovía el rechazo al orden senatorial, de los decuriones y de las masas populares tanto del campo como de la ciudad.

La monarquía imperial se Transformó en despotismo: “mientras que Augusto había sido el primero entre los ciudadanos u el padre del pueblo, a partir de Septimio Severo el emperador romano reivindicó oficialmente el titulo de dominus, teniéndose así por un señor sobre sus súbditos” (Alfoldy, 1992; 139)

BIBLIOGRAFÍA:

ALFÖLDY, Geza: “Cap. 6: La crisis del Imperio romano y el cambio de estructura social”; en: Ibídem: Historia Social de Roma, Madrid, Alianza Universidad, (1984)1992,

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