Diario de un diplomático en Venezuela de Sir Robert Ker Porter
Enviado por mondoro • 14 de Enero de 2019 • 1.834 Palabras (8 Páginas) • 434 Visitas
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“Llamó a su hijito, un torpe muchachito de 12 o 14 meses. Lo trajo una niñera india, e iba desnudo, lo que parece ser el traje típico de los infantes de este país (…) Los niños y niñas, como he dicho, van como vinieron al mundo hasta los tres o cuatro años de edad y la costumbre quiere que ello no se considere indecente, pero para un ojo europeo, parece exactamente lo contrario y habrá de pasar algún tiempo antes de que me habitue a esto, así como a otras varias costumbres desagradables e igualmente repugnantes.”[5]
Entre otras descripciones se encuentra la falta de limpieza de las casas que se encuentran en Caracas, la poca clase de algunas señoritas y ciertas costumbres que realmente impactan al Cónsul. Una de las más destacadas se encuentra la costumbre de dejar a los niños, muertos frente al Cátedral Principal, muchos de estos de origen pobre para que estos sean recogidos y enterrados bajo juramento cristiano, sin embargo, muchas veces los niños eran abandonados allí por días ya que no dependía de un ente, sino más bien de un buen samaritano; por supuesto, hace la comparación de los jóvenes muertos “afortunados” que disponían de una familia adinerada.
También, la sociedad, le responde al autor, este es visto como un ciudadano especial, no solamente por su carácter diplomático, sino por las estrechas relaciones que posee con personajes de poder político y militar dentro de la sociedad venezolana. Este “status” diplomático muchas veces sirve como aprovechamiento por ciertos sectores como los arrendaderos de habitaciones que inflan los precios debido a la disponibilidad financiera que poseen.
Sin embargo, no todo es negativo, Sir Robert Ker Porter es capaz de admirar la belleza de las mujeres, la tenacidad de grandes generales y principalmente una profunda admiración por el Libertador Simón Bolívar. Destaca las fiestas de San Pedro, de la Independencia y la moda elitista de la alta sociedad caraqueña. La diversidad racial existente y como un negro es capaz de convertirse en General y estar casado con una mujer blanca de la alta sociedad.[6]
¿Cronista o viajero?
Es muy fácil determinar qué posición podría obtener Sir Robert Ker Porter dentro de la historiografía venezolana por la facilidad y descripción de los acontecimientos que lo rodean. Se considera un cronista y un viajero por diferentes características que lo develan. No se debe principalmente a su experiencia a sus viajes previos anteriores a (Rusia, Irlanda, España, Portugal Inglaterra, Persia, entre otros) sino a la narrativa de los hechos que ocurren aquí durante su estadía como cónsul.
Se le considera un cronista porque desde el primer día entabla en un diario una serie de registros tanto de índole personal como diplomática. Entre los temas principales se encuentra las características que poseen el clima y su diferencia con los vistos en Gran Bretaña. Estos registros se hacen diariamente, independientemente si ocurren hechos relevantes o no, tanto a nivel nacional como a nivel personal. Las anotaciones del Sir Robert abarcan desde la medición de temperaturas por un termómetro en Caracas y La Guaira, pasando por sus disputas legales con su primer arrendador, hasta la narrativa de las Campañas del Sur ejercidas por el Libertador Simón Bolívar y los viajes hechos por Páez durante el conflicto con Bogotá.
Por otro lado se le considera un viajero porque es capaz de observar con minuciosidad el entorno que lo rodea, por su interés en recorrer los sitios relevantes de Caracas, observar, criticar o enaltecer el paisaje que fue capaz de ofrecer Venezuela ante sus ojos. También hace una comparación a Humboldt ya que los países que ve no corresponde a los que el describió:
“Conforme íbamos llegando a la región más alta, obtuvimos una buena y extensa vista del mar, cuyo horizonte se perdía en el éter de los cielos. La escena era más nueva que sublime o llamativa y he de decir que no correspondía con las floridas descripciones hechas por Humboldt y varios otros que la han contemplado desde esta curiosa carretera.” [7]
Porter fue un gran pintor desde su infancia, llegando a ejecutar cuadros para el Zar Alejandro Primero y ofrecer exposiciones en la Royal Academy de Londres y la Society of Artits. Desde la colina de El Calvario fue capaz de hacer una vista panorámica de Caracas, también retratos de las haciendas en Petare y las costas de La Guaira, y con mayor relevancia un retrato de Simón Bolívar como del General Páez.
El legado de Sir Porter
Evidentemente, el diario de Sir Robert Ker Porter deja un legado sumamente valioso para la historiografía venezolana, no solamente para entender a la sociedad venezolana de la época y sin ir más allá, su contribución como Cónsul, como político y como mediador para ciertos eventos que solicitó el país; sino como narrador de hechos desde una cosmovisión que tenía un agente externo a lo que sucedió en Venezuela durante el quiebre político en la Gran Colombia. También evidenció como grandes líderes, la burocracia y la sociedad venezolana lograron desencadenar una serie de eventos, qué, ya sea en favor o desfavorablemente generaron el país que hoy tenemos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
PORTER, Ker Robert, Diario de un Diplomático Británico en Venezuela. Caracas, Fundación Polar, 1997.
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