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El circo que puede convertirse en país a manos de un pueblo con carácter

Enviado por   •  22 de Junio de 2018  •  2.461 Palabras (10 Páginas)  •  774 Visitas

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No solamente tenemos los derechos anteriormente dados, tenemos también herramientas vitales como el "El plebiscito es el pronunciamiento del pueblo convocado por el Presidente de la República, mediante el cual apoya o rechaza una determinada decisión del ejecutivo" (Artículo 7, Ley 134 de 1994) y el referendo que es un mecanismo de participación ciudadana que está regulado por la Ley 134 de 1994. El artículo 3 de esta ley define referendo como “la convocatoria que se hace al pueblo para que apruebe o rechace un proyecto de norma jurídica o derogue o no una norma ya vigente." Este mecanismo de participación ciudadana se puede llevar a cabo en diferentes escalas, puede ser a nivel nacional, regional, departamental, distrital, municipal o local.

Al punto que se quiere llegar hablando de estos dos mecanismos (referendo y plebiscito) es que muchas veces se hace alguna propuesta y son llevados a cabo, pero no toda la población hace la votación, por el simple hecho de que no todos podemos hacerlo y quienes pueden les da pereza o tienen miedo de lo que pueda suceder (en algunos casos), así que cuando se toman las decisiones y a nosotros como pueblo nos dejan en desventaja, lo único que podemos hacer es regirnos por lo que ya está, ya no podemos “llorar sobre la leche derramada” porque tuvimos la oportunidad de aportar al beneficio del pueblo y abrir paso a buenos cambios, y no la aprovechamos.

Hay tantas cosas que tenemos, diciéndolo popularmente, “de donde echar mano” hablando constitucionalmente, pero que el pueblo no conoce, no quiere aprender o si las conoce no las usa.

Es aquí el momento en que debemos preguntarnos, ¿realmente estamos haciendo algo por Colombia?, ¿hemos intentado cultivar una buena cultura ciudadana y colectiva?, ¿estamos verdaderamente ejerciendo el cambio desde nosotros sin estarle echando la culpa a nadie? Porque el cambio lo inicia cada uno aportando su granito de arena, desde la iniciativa de aprender sobre las leyes que rigen el sitio en el que vivimos sin necesidad de ser abogados para querer hacerlo, buscando tener una amistad con el vecino y no resentimientos que pueden acabar en pleitos aumentando un caso más de violencia a la larga lista que ya hay, defendiendo los derechos que por ley tenemos haciendo uso de lo que nos da la constitución, entre muchas otras cosas.

Absolutamente todos, deberíamos hacernos ese tipo de preguntas, porque ¿cómo es posible que tengamos que ser un gran porcentaje de personas del pueblo que estén pasando las problemáticas y pesares del día a día en Colombia, mientras unos pocos están sentados viviendo la gran vida a costa de nuestro trabajo y sufrimiento?, ¿es esto justo? ¿Deberíamos seguir viviendo así?

Es de cuestionarnos si estamos viviendo en un país, o en un circo dirigido por nuestros gobernantes y que al final lo único que se pretende aquí es hacer entretener al pueblo, con el único fin de alejarlo de si quiera pensar en las verdaderas problemáticas que vive Colombia. No alejándonos mucho, tenemos varias de las entidades que eran publicas siendo ahora privatizadas, y las que no lo están, muchos de los dirigentes piensan hacerlo en un mediano o largo plazo, y no solo eso, no solamente ya no son de beneficio para todo el pueblo, porque siendo entidades privadas no toda la población tiene acceso a los productos o servicios que ofrecen, sino que ya tampoco son de patrimonio colombiano porque se han vendido a extranjeros, además de esto, vemos la violencia que se vive, personas muriéndose por la negligencia en el servicio de la salud, en fin. Estos entre muchos otros ejemplos, son casi el diario vivir de los colombianos, pero como nos dedicamos a hacer un enfoque al amarillismo, a la farándula, a las “bombas” de chisme de pasillo, por así decirlo, descuidamos las partes más importantes en las que deberíamos fijar nuestros sentidos, tales como la salud, el bienestar social, la seguridad y demás derechos que tenemos por “ley” y que nos son arrebatados cada vez más, entre todos estos fundamentalmente la educación, que desde hace mucho tiempo se ve en condiciones deplorables, acabadas y pobres (hablando en cuestión de conocimiento), porque como simplemente lo único que siempre se ha necesitado y requerido son trabajadores, obreros, gente que le sirva a un jefe y además de eso, personas ignorantes que se puedan manejar como títeres a favor de la burguesía y el estado, ¿para qué querrían derribar el gran pedestal en el que unos pocos tienen poder y están por encima de todo un pueblo dándole las herramientas para resurgir y reclamar lo que tiene?.

Además de lo que ya se ha dicho, hay un apunte muy válido que refiere Ospina, el cual es: “si un funcionario delinque, como podremos pedir y reclamar que se comporten como ciudadanos los que crecen en tanta miseria”, pero es cuestión de decisión nuestra tomar nuestro pasado y convertirlo en nuestro presente o negarnos al dolor y al rencor que por tanto tiempo nos ha asediado e iniciar el verdadero cambio. Por ejemplo, dos hermanos tienen que ver amargamente a su madre morir a manos de su padre, siendo ultrajada, insultada y atrozmente asesinada. Obviamente el dolor es grande, la ira, la impotencia de no poder hacer nada, pero varios años después uno de ellos se convierte en un asesino en serie a raíz del trauma, la tristeza y demás, y el otro se gradúa como abogado en pro de defender a todas esas mujeres que han perdido las fuerzas y la voz. Es aquí donde volvemos al inicio de la historia, ambos tuvieron la misma experiencia pero tomaron diferentes caminos, uno tomándose como participe de la violencia y la venganza, y el otro entregándose a favor del cambio.

Finalizando, ni la política se hizo para enriquecerse, ni el pueblo está para ser reprimido a causa de la avaricia de muchos, porque como dijo José Mujica, “Hay gente que adora la plata y se mete en la política, si adora tanto la plata que se meta en el comercio, en la industria, que haga lo que quiera, no es pecado, pero la política es para servirle a la gente". Y evocando un poco al señor Jaime Garzón con estas palabras: “si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselo, ¡nadie!”, la invitación, no solamente a los jóvenes, aunque son los que más deberían tomarlo en cuenta, sino a todo el pueblo, es a que no dejemos que Colombia siga por el rumbo que va, un rumbo lleno de autodestrucción e individualismo, no pisoteemos ni llevemos en vano con nuestras acciones la sangre de inocentes y compatriotas que se derramó hace muchos años en las luchas buscando el bien para el pueblo. Tenemos cosas muy buenas para ayudar a mejorar la situación en la que nos encontramos. Hagamos del lugar en el que vivimos lo

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