El escenario político en la península ibérica.

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En algunos círculos, comenzó a gestarse un movimiento de resistencia, que termino por expulsar a los invasores. Un grupo liderado por Juan Martín de Pueyrredón y por Manuel de Arroyo y Pineda se organize en la campaña, mientras que Santiago de Liniers – un marino francés que estaba al servicio del Rey de España - cruzó hacia La Banda Oriental

para reunir una fuerza militar capaz de derrotar al enemigo.

El 3 de agosto, Liniers desembarcó con sus tropas al norte de la ciudad de Buenos Aires, cerca de San Fernando, y una semana más tarde estaba a las puertas de la ciudad. El 12 de agosto, Liniers con sus tropas hicieron su entrada mientras que numerosos habitantes se sumaban a la lucha callejera. tras combatir intensamente en la zona del Retiro, cercana al puerto de la ciudad de Buenos Aires, y en las calles del centro, los británicos debieron refugiarse en el fuerte, y el general Beresford se rindió. El 14 de agosto de 1806, eufóricos por la victoria los vecinos de Buenos Aires, reunidos en Cabildo Abierto, decidieron deponer al virrey Sobremonte y transferir el gobierno a Liniers.

La segunda invasión

La segunda invasion ocurrió un año más tarde cuando las tropas inglesas, al mando del brigadier Achmuty, se apoderaron de la ciudad de Montevideo. El 28 de junio de 1807, tras recibir refuerzos comandados por el teniente general británico John Whitelocke, 8000 soldados británicos desembarcaron al sur de la ciudad de Buenos Aires, en el puerto de Ensenada. Las fuerzas locales, dirigidas por Liniers, intentaron detener la invasión en La zona del Riachuelo, pero fueron arrolladas y derrotadas; esta vez en un combate que se libro en los Corrales de Miserere en la actual plaza de ese nombre. El 5 de julio, los británicos entraron en Buenos Aires, y debieron enfrentar la hostilidad de la población, que desde las ventanas, Ios balcones y las azoteas contribuyo a la resistencia y les produjo numerosas bajas.

El líder de la resistencia urbana fue el comerciante peninsular Martin de Alzaga, por entonces alcalde del Cabildo, que acopio armas y cavo trincheras en las calles para detener el avance del enemigo. Los británicos, como en 1806, debieron rendirse ante los vecinos armados. Esta vez abandonarían el proyecto de conquistar militarmente Buenos Aires.

EI proceso de militarización

Se ha sostenido que las invasiones inglesas fueron la antesala de la revolución que se produjo en mayo de 1810 porque introdujeron transformaciones en el escenario politico que serian decisivas en ese año. Básicamente, esos cambios estaban relacionados con el llamado proceso de militarización, es decir, con el proceso de formation de milicias que estaban destinadas, en principio, a combatir a los ingleses, pero que luego de 1807 no desaparecieron, sino que se incrementaron. Los regimientos formados durante las invasiones inglesas quedaron en funciones hasta "1810 y tuvieron un papel fundamental en la Revolución de Mayo.

En los anos 1806 y 1807 se organizaron milicias con base urbana, según criterios raciales (regimientos de pardos y de morenos) o según el origen geográfico de los combatientes (regimientos de patricios, es decir, naturales de la "patria" Buenos Aires) Estas unidades militares, lejos de disolverse no solo persistieron una vez derrotados los británicos, sino aun después de que España firmara la paz con Inglaterra, esto es, una vez superado por completo el peligro real y cercano de que la ciudad cayera en manos enemigas.

Por otro lado, luego de 1807 se produjeron cambios en estas milicias urbanas. Por varios. motivos pervivieron los regimientos formados por criollos, mientras se fueron disolviendo los que estaban formados por los peninsulares. Este factor inclinó la balanza del poder armado en favor de los americanos. Una buena parte de la población adulta masculina estaba encuadrada en estas formaciones milicianas, organizadas de manera bastante horizontal, dado que los combatientes tenían la facultad de elegir democráticamente, por aclamación a sus oficiales.

De esta manera nació la carrera militar que se transformó en un nuevo canal de ascenso social para los criollos. Muchos de ellos, a partir de orígenes bastante humildes, llegarían a ocupar lugares de preeminencia y ganarán protagonismo político gracias a la carrera de las armas. De hecho numerosos oficiales de los regimientos milicianos que surgieron a partir de las invasiones inglesas se transformaron en importantes figuras políticas en los años sucesivos y durante la Revolución de Mayo.

La mayoría de esos Jefes militares no tenían ninguna experiencia previa en la vida militar. El caso más conocido es el de Manuel Belgrano, abogado y secretario del Consulado de Comercio. Aunque tenia el título de capitán de milicias urbanas, se trataba de una mera formalidad; las invasiones inglesas lo obligaron a improvisarse como militar.