El liberalismo.El Liberalismo es la doctrina con proyección política económica y filosófica

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La revolución liberal se inicia en 1808 y se plasma en las Cortes de Cádiz y, en 1814 se produce la vuelta de Fernando VII, al que apoyaron los partidos absolutistas a través del manifiesto de los persas. Fernando VII firmó un derecho que dejó sin efecto a toda la obra legislativa de las Cortes de Cádiz, retornándose al Antiguo Régimen durante seis años (1814-1820, Sexenio Absolutista) hasta que en 1820, Riego dio un golpe militar y se impuso el liberalismo. Los años siguientes, durante el trienio liberal, los absolutistas conspiraron y buscaron el apoyo de la Santa Alianza.

La contrarrevolución estuvo dirigida por el clero y los privilegiados. La desamortización, la desvinculación, la igualdad impositiva o la elección de los ayuntamientos alteraban las bases de su mundo y, en 1823, la Santa Alianza envió al ejército de los Cien Mil Hijos de San Luis, haciendo que Fernando VII recuperara el poder absoluto.

Con su muerte en 1833, comenzó la transformación de la sociedad española, implantándose la Ley Sálica y el liberalismo. Durante la minoría de edad de Isabel II, María Cristina ejerció la regencia y el estallido de la sublevación carlista obligó una transición política que permitiese sostener la causa isabelina mediante reformas administrativas que llevasen a un régimen liberal.

Dicha muerte desencadenó una guerra civil que enfrentó a los isabelinos con los defensores de Carlos María Isidro. No solo fue un enfrentamiento por cuestión sucesoria, sino también un enfrentamiento entre liberales y absolutistas.

El bando carlista estaba encabezado por parte de la nobleza, por miembros ultraconservadores de la administración y del ejército y también por la mayor parte del bajo clero que veía la manera de evitar la pérdida de la influencia de la iglesia. La mayoría del campesinado, reacio a cualquier sistema fiscal reformado, y bajo la influencia de los curas rurales e importantes sectores del artesanado, temían cambios sociales y económicos que hundiesen sus talleres frente a la industria. Los carlistas triunfaron sobre todo en zonas rurales como el País Vasco (victoria del General Espartero), Cataluña, el Maestrazgo aragonés (Generales Zumalacárregui y Cabrera) y Valencia, donde se defendían los fueros. La primera Guerra Carlista acabó en 1840 con el Abrazo de Vergara.

Tras la mayoría de edad de Isabel II (1843-68), el sistema liberal se consolidó y la monarquía tuvo un papel decisivo en la trayectoria del nuevo estado liberal. Se le atribuyeron importantes poderes ejecutivos y una amplia participación en el legislativo al poder alterar la vida parlamentaria (podía nombrar y destituir ministros, convocar, suspender y disolver las Cortes). La corona debía apoyar a los ministros moderados, el poder legislativo era bicameral y el sistema electoral constaba con sufragio universal masculino, mientras que por desgracia, el sistema parlamentario, era intervenido por el gobierno, produciéndose así diversos fraudes electorales (pucherazos).