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El nuevo principe

Enviado por   •  16 de Noviembre de 2017  •  3.396 Palabras (14 Páginas)  •  412 Visitas

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Al finalizar esta parte, Morris nos dice que es casi un lugar común decir que la política se preocupa por la dirección del gobierno, los votantes están buscando ahora un tipo de mercado en los que puedan participar y usar su poder económico. Una fórmula es producir patrones para que una industria los siga voluntariamente, luego, recompensar públicamente a las compañías que cooperan haciendo que los consumidores adviertan cuáles son sus productos. La clave para cada uno de estos esfuerzos es que la certificación debe provenir de un grupo de gente o de agencias no gubernamentales privadas y que despierten amplia confianza, los consumidores están dispuestos a pagar más.

Para comenzar la segunda parte, deja en claro que es necesario una mayoría cotidiana, expone que un tumulto demostrara que es inadecuado, importa menos si la agenda de un político es grandiosa o pequeña, o si su personalidad es explosiva o calma, debe adecuar su estilo al estado de ánimo de la época.

Los votantes norteamericanos alternan entre periodos de confrontación y debate y otros de moderación y conciliación. Durante los periodos de confrontación, queremos que nuestro sistema político nos describa las alternativas y diseñe nuevas respuestas a los problemas que vienen.

El afirma, que el liderazgo es una tensión dinámica entre donde piensa un político que debe ir su país y donde quieren ir sus votantes, las iniciativas osadas que dejan a los votantes detrás no son acto de liderazgo sino de arrogancia pretenciosa.

Un gobierno tímido, tibio y débil deja la iniciativa a los demás, generalmente enemigos y reduce al líder político a un jugador que depende de los buenos tiempos y la zonza suerte para que lo lleve donde él quiere ir, el arte del liderazgo es mantener un impulso lo suficientemente adelantado como para controlar los acontecimientos y mover la política pública sin perder el apoyo público.

Los oportunistas políticos no harán nada que sea impopular, los idealistas harán cosas impopulares., pero casi insistiendo en el martirologio, los pragmáticos saben que a menudo tienen que abrazar posiciones que al público no les gustan, pero trabajan duramente para articular sus visiones a fin de sobrevivir y poder luchar otro día.

Un líder de hacer el inventario de las formas alternativas de alcanzar su objetivo, con una mente totalmente abierta, debe extenderse y pedir consejo sobre todos los programas y medidas que lo llevaran a dónde quiere ir a veces un líder puede usar una medida popular para contrarrestar una impopular.

Cuando una política es impopular, a menudo un líder tiene que cambiarla para salvarla un líder debe estar parado sobre terreno solido cuando hace algo que a los votantes no les gusta.

A lo largo de esta parte nos habla de cómo vencer la inercia burocrática, nos explica que la burocracia permanente de la rama ejecutiva de un gobierno democrático está dedicada a una sola misión: no cambiar nada.

Una figura política debe aprender cómo superar la ineficiencia burocrática y obtener los las políticas y los resultados que quiere a través de la burocracia, las armas de la burocracia para impedir el cambio son verdaderamente intimidatorias, a primera línea de defensa por lo general es la demora y la ofuscación. Los empleados permanentes de la burocracia generalmente consideran a sus supervisores electos y designados con un cierto desprecio. Muchos burócratas sienten que su misión es seguir impermeables a la innovación y preservar el cuerpo de sabiduría acumulado que representa su burocracia contra la intervención de moda de los políticos ambiciosos.

En capítulos después, Morris nos explica cómo cuidarse las espaldas siendo príncipe, y mantener el control de los propios partidos, en política las heridas más letales son las infringidas desde atrás, el partido opositor cada vez causa tanta angustia como el propio.

La clave para controlar el propio partido político, para que no se lo coma vivo a uno, es darse cuenta de que, si bien los líderes de ambos extremos difieren abruptamente, los votantes no.

Los desacuerdos partidarios más abruptos no se producen entre los políticos de cada partido, sino entre los grupos de presión afiliados a ellos, para ganar y gobernar con éxito un candidato de cualquier partido debe tener cuidado de no ser captado, o convertido en rehén de los extremistas e ideólogos de su propio partido la clave es darse cuenta de la amenaza que el propio partido le plantea a la carrera personal su apoyo y su abrazo pueden recordarnos más al de un carcelero que el de un amante, los líderes deben conducir desde el centro.

En la izquierda el apoyo de los sindicatos es más perjudicial que beneficioso, por lo general estas organizaciones solo pueden afectar marginalmente el resultado y rara vez pueden prevalecer contra una campaña en los medios bien organizada a favor del candidato que han tomado como blanco.

La clave para derrotar a los grupos de presión es usar la televisión para publicitar el papel que están jugando en la campaña del propio oponente, los grupos de presión pueden generar fondos de campaña pero en este caso son recursos para ahorrar trabajo.

Nos explica también como se tienen que recaudar fondos y seguir siendo virtuoso, proyecta que un candidato por lo general puede recaudar suficiente dinero si orienta su recaudación de fondos a zonas en las que no tiene que vender su alma por un cheque, todo el dinero de la política no se crea de la misma forma.

La gente da dinero a los candidatos por cinco motivos virtuosos.

* Lo conocen personalmente.

* Están de acuerdo con sus posiciones.

* Quieren derrotar al otro tipo.

* Quieren hacer algo que satisfaga su ego.

* Respaldan a su partido.

Y hay un solo motivo peligroso por el cual la gente hace contribuciones políticas: quiere influir en el candidato después de que ha sido elegido, la clave de estos fondos no es la virtud, sino la elegibilidad del candidato.

Como el dinero esta tan valorado para la viabilidad política, el dinero del partido, por lo general, es el último en entrar, un candidato sabio gastara su dinero recolectado entre conocidos o colegas ideológicos en medios de comunicación a fin de gastar suficiente tracción en las encuestas para ganarse el amor y la adoración e los apostadores del partido.

Una vez que el candidato acepta el “mal dinero” hereda todo el equipaje político de su donante.

Morris habla sobre el mito de la manipulación mediática,

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