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HISTORIA DE LA MODERNIDAD. TRABAJO PRÁCTICO III.

Enviado por   •  13 de Febrero de 2018  •  2.315 Palabras (10 Páginas)  •  453 Visitas

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"Los medios ordinarios para acrecentar nuestra riqueza y nuestro tesoro son los del comercio exterior, respecto al cual debemos observar siempre esta regla: vender más a los extranjeros cada año que lo que les compramos en valor”[4]

Locke: “[…] pero si importamos más mercancías consumibles de las que exportamos, nuestra moneda tiene que ir a pagar por ellas y entonces nos hacemos más pobres[5].”

- Profundiza en la organización economía-mundo a partir del siglo XV y su incidencia en el mercado europeo. Ten en cuenta la diversidad en la forma de producción y las nuevas categorías de clases.

La economía-mundo deviene de la teoría de la dependencia que, criticando la teoría del desarrollo imperante por los principales poderes económicos, propone un análisis en donde se sostiene que distintos países y sociedades se encuentran enmarcadas en un mismo sistema mundial económico que se distribuye entre centros y periferias[6]. Los centros económicos se identificarían con aquellos que disponen del capital y la tecnología, delegando a las periferias el suministro de materias primas y mano de obra por medio de la subordinación imperialista exigida con anterioridad. Este sistema-mundo capitalista daría comienzo hacía el 1450 d.C.

En el s. XVII, con la consecuencia de esta lógica económica, se dio lo que fue a llamarse como comercio triangular. Pero hay que decir que los africanos, americanos o asiáticos no forman parte de esta economía-mundo por voluntad propia, sino gracias a la imposición del colonialismo y la subyugación de estas periferias a las élites económicas y a los poderes militares[7]. Huelga mentar, que esta economía es desigual en la medida que la periferia se ve dominada política y económicamente por los centros. Una economía-mundo no necesariamente tiene que coexistir con una homogeneidad política y económica, basta con que los distintos sistemas que cohabitan estén supeditados a una estructura jerárquica funcional al sistema económico que promulgan los centros de poder.

Bajo el auspicio de esta economía-mundo surge, en las naciones dominantes, una división y distribución del trabajo que genera, como condición resultante, una desigualdad social por la cual su estratificación y la política de los Estados centrales se vieron afectadas: “La ventura de los hombres consiste principalmente en la riqueza y está en el trabajo” “[…] En este trabajo publico dividido en tantos artes y oficios, debéis principalmente hacer que no se mezclen tanto en una sola mano.” [8]

Los diferentes estratos de la distribución laboral eran: esclavos, siervos, granjeros arrendatarios, trabajadores asalariados, los yeomen, capataces, artesanos independientes y trabajadores especializados. Estos últimos cuatro grupos se podrían ubicar dentro de una clase intermedia, el resto pasaba a ocupar la base de la jerarquía social. Los esclavos, siendo estos los trabajadores menos especializados, ya que no rentaba la inversión requirente para profesionalizar a este estamento social, estaban destinados a trabajar generalmente en plantaciones de azúcar y en emprendimientos mineros. Por otro lado, los siervos trabajaban en latifundios donde cultivaban grano y talaban madera. Los granjeros arrendatarios y los trabajadores asalariados estaban dentro de la producción agrícola, al igual que el yeomen, la principal diferencia era que éstos eran pequeños propietarios libres. Dentro de la clase dominante, compuesta por nobles y burgueses, encontramos personas dedicadas al menester de supervisar y manejar propiedades e instituciones[9].

Hay que aclarar que esta estratificación del trabajo no se daba dentro de los límites de una sola frontera, sino disperso por todos los puntos geográficos que abarcaba este sistema-mundo, distribuidos según su rango entre los centros, semiperiferias y periferias. Por ejemplo, los esclavos provenían, en su gran mayoría, de África, para después ir a trabajar a América; los trabajadores asalariados solo se daban en Europa occidental; los yeomen exclusivamente en Inglaterra y, por supuesto, las élites dominantes eran todas pertenecientes a naciones europeas.

- Analiza la complejidad e importancia del comercio triangular en el proceso de acumulación de capital a lo largo del siglo XVIII. Ten en cuenta como se posicionaba Inglaterra con respecto a España y Portugal.

La configuración que presentaba el comercio triangular era la siguiente: Una potencia europea, como pudiera ser Inglaterra, emprendía sus viajes con bienes de algún tipo, en las costas de África eran intercambiados por esclavos que, a su vez, vendían en las colonias americanas para volver a sus países de origen con metales en los que invertir en las manufacturas[10]. Este sistema lo explotó como ninguna otra nación Inglaterra, y resultó ser mucho más eficaz como modelo para generar riqueza que la mera acumulación, ya que por medio del comercio, la riqueza se genera al encontrarse en continuo flujo de bienes necesarios. “No es la abundancia de oro y plata, ni la cantidad de perlas y diamantes, lo que hace ricos y opulentos a los estados: es la adaptación de las cosas necesarias para la vida y apropiadas al vestido: el que tiene más de ellas goza de mayor bienestar”[11].

Esto le supuso a Inglaterra una acumulación de riqueza tal, que con posterioridad serviría para financiar la Revolución Industrial. “El comercio es necesario para la producción de riquezas y la moneda, necesaria para continuar el comercio”[12]

En la antítesis de lo visto, los españoles y los portugueses siguieron estrategias que no aprovechaban la improvista riqueza con la que se habían encontrado[13]. Inglaterra por ejemplo, no permitía que ningunas de sus colonias se industrializasen, de esta manera se aseguraba el monopolio comercial sin la necesidad de ninguna imposición imperial, era capaz de generar riqueza sin la necesidad de llevar a cabo inversiones extractivitas, sino por el mero intercambio. Por el contrario, España y Portugal, todo el metal que extraían de sus colonias, con todas las inversiones adeudadas para llevar a cabo la manutención colonial, eran después invertidas en manufacturas llegadas de Inglaterra, Holanda y otros países que tenían la industria y el comercio como únicas actividades productivas para generar riqueza. “[…] el español[…] estando obligado por necesidad inevitable a venir aquí por trigo, telas, drogas, tintes, papel y aun muebles[…] va a los confines de la tierra en busca de oro y plata y especias para pagarnos con ellas[14]”

Muchas de las políticas que llevaron a cabo tanto España como Portugal, como fue la expulsión de los judíos y árabes, que eran aquellos que inherentemente

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