HISTORIA DE LAS ESCUELASS INDIGENALES DE CAIZA Y WARISATA

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LA ESCUELA CENTRAL

Se continuó con la apertura del internado, que se denominaba Central. Fueron llegando los alumnos sobresalientes de cada una de las diferentes Seccionales.

Así fue como se logró superar el inconveniente de la carencia del alumnado.

Los muchachos se instalaron en forma precaria. Se contaba apenas con unas piezas sin mobiliario totalmente vacías.

Las clases empezaron de inmediato y paralelamente los talleres a fabricar catres,, pupitres, mesas , sillas, ventana y cuanto se necesitaba para una relativa comodidad.

Fueron las comunidades las que sostuvieron al internado, para eso busco de proveerlo de las tierras donde cultivar los productos.

La dotación de tierras no fue nada fácil. La escuela ocupada un antiguo local en una pequeña colina, situada en las casi secas riberas del río que cruzaba e pueblo.

Por propia iniciativa resolvieron que cada interno debía llevar una cabra o una oveja , para que la escuela tuviera su propio ganado.

CONSEJO DE CURAKAS, PIEDRA FUNDAMENTAL DE LAS ESCUELAS

La organización de esta institución esta basada en sus tres consejos: El de las seccionales, el de la central, y el Gran consejo, que deban solidez a esa estructura perfectamente, ensamblada en toda la extensión geográfica en que funcionaba el Núcleo.

El consejo de la Central era el que regulaba las funciones en el internado.

En cuanto al gran consejo era el de mayor Jerarquía, estaban compuestos por delegados de cada seccional y por el consejo de la central en pleno.

LOS CONSEJOS DE LAS SECCIONALES

Para la creación de las seccionales, primero se organizó el consejo de curacas que existía en cada una de las seccionales estaban constituido por las propias autoridades naturales del Ayllu.

Estos consejos, resultaban ser entre el encargado de la marcha de toda esa estructura. En cada una de las seccionales estaba el Curaca responsable de concretar un local que sirviera de aula.

EL GRAN CONSEJO

El gran consejo fue conformado por representantes de las diferentes seccionales, para abordar temas concernientes a la puesta en marcha del núcleo. Informes de las comisiones criticas, peticiones, reclamos, las formas de cooperación mutua entre la central y las seccionales , avances n la construcción de las escuelas, materiales que se necesitaban, etc.

Esta se daba de manera esporádica, a pesar de eso era todo un acontecimiento llegaban por los senderos de todas las comunidades, cada región con su indumentaria típica, dirigidos por sus autoridades “los curacas” los cuales llevaban en la mano una empuñadura de plata, también se presentaban grupos de música a los que se oía desde lejos, con sus músicas ancestrales.

Un aspecto muy importante que se tocaba en los consejos era el de la siembra y cosechas, que interesaba tanto a las comunidades como al internado. Se discutía la clase de año que se presentaba y sus posibles variantes por sequias, etc. Algunas escuelas con grandes extensiones de tierras cedían parcelas para el cultivo destinados a la central, estos alimentos una vez cosechados eran distribuidos de manera escrupulosa por sus encargados. En ocasiones también se hacia el trueque entre la producción de la central, las escuelas y las seccionales, de la que todos salían beneficiados.

En el consejo también se deliberaba qué estudiantes entraban a ser internos, solían ser muy exigentes para no hacer quedar mal a sus comunidades.

Asistían también gente de comunidades muy lejanas para que se les fundara sus respectivas seccionales, pedidos que no pudieron ser atendidos en su totalidad por no contar con recursos e ítems.

Prestación vial, los comunarios tenían que trabajar gratuitamente durante cinco días en la conservación y apertura de vías camineras. Esta obligación provenía de la colonia, daba lugar a abusos de las autoridades y propietarios de fundos; los comunarios se quejaban por la crueldad con la que les trataban y denunciaban esos y los abusos contra los jóvenes que cumplían el servicio militar.

También habían quejas por disputas entre comunarios por problemas de linderos (limítrofes). La escuela era como un juez y sus fallos eran acatados sin discusión.

También habían abusos de autoridades o personas ajenas pernada: por la que la novia tenia que pasar siente días antes de la boda en la casa parroquial, y que el novio llegase a la ceremonia matrimonial con la ofrenda de víveres.

EL INTERNADO

Era en los consejos de curacas de cada seccional (ayllu) que se designaba a los mejores alumnos, estos eran evaluados por su nivel escolar, su conducta y capacidad de responder a una disciplina estricta. Estos jóvenes pasaban a la central para su formación integral, conformado por el plantel de educación superior.

La agricultura también era prioritaria, así como la construcción de hornos de panificación y ladrillos.

El profesor Jorge Valdez músico tuvo resultados sorprendentes, los programas respondían a su propia metodología, todo era elástico. No existían las evaluaciones para la promoción de nivel, el progreso del estudiante era un constante seguimiento en las distintas materias. Las clases eran ininterrumpidas a lo largo de la vida y tampoco existían vacaciones, estas se suplían con las visitas a las seccionales aplicando la metodología pedagógica. (solía ser de gran enseñanza para el profesor de la seccional), ayudaban también al trabajo propio de la localidad como la limpieza de las acequias.

El internado comenzó con veinte alumnos, los cuales se sentían privilegiados respondían a la confianza depositada en ellos, con los años llegaron a setenta y cinco internos sostenidos con la misma producción de la escuela y la cooperación de las seccionales.

Era una vida muy atractiva para ellos la del aula, Raul Pérez hablaba a los profesores y a los que les rodeaban no solo instruyendo métodos de enseñanza, sino también de conducta dirigidos hacia un futuro en el que pensar y actuar por sí mismos.

Cualquier trabajo a realizarse debía ser de forma ordenada y continua, nunca hubo tiranía de un horario inflexible, las tareas brotaban al compas de las necesidades