HISTORIA DEL LIBRO Y LAS BIBLIOTECAS EN MÉXICO Y ESPAÑA
Enviado por Kate • 23 de Abril de 2018 • 2.307 Palabras (10 Páginas) • 438 Visitas
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Sus características son muy parecidas a los libros manuscritos, y se consideran una continuación del códice romano por su forma y tamaño. Entre las características de los incunables están su tamaño, sus ilustraciones xilográficas, no tienen portada y el uso de signos de puntuación es nulo o mínimo pero el uso de abreviaturas puede llegar a ser excesivo, el texto tiene pocas divisiones pues no tenían capítulos ni párrafos, sus hojas están foliadas, usan la letra gótica mayormente (sobre todo para los textos religiosos), no tienen colofón, y sus tapas están revestidas con piel y decoradas con ornamentos de hierro. Se clasifican en Incunables xilográficos como la Biblia de los Pobres, protoincunables que son los primeros libros impresos en talleres entre 1472 y 1480 y los postincunables que son los libros impresos a inicios de siglo XVI. Los libros manuscritos desaparecieron en la segunda mitad del siglo XVI.
Las mayores colecciones de incunables están en Múnich, Londres y Paris en Europa, y en Puerto Rico, Ciudad de México y Río de Janeiro en América Latina.
¿Cómo eran las bibliotecas de esa época?
En México, había códices con pinturas e inscripciones guardados para su preservación en las bibliotecas prehispánicas llamadas “Amoxcalli” situadas en Texcoco y Tlaltelolco y posteriormente destruidas durante la conquista española. Sin embargo, aquellas eran épocas Eurocentristas en las cuales las bibliotecas habían prosperado durante la época de los griegos y los romanos gracias a su sistema de organización social y a sus leyes que fomentaban la difusión del conocimiento entre todos los habitantes.
Su desarrollo se estancó un poco durante la Edad Media para volver a tener auge con la invención de la imprenta en el siglo XV.
En las grandes civilizaciones antiguas como Egipto o Mesopotamia, los escritos (papiros o tablillas de arcilla) eran resguardados en templos y palacios reales. Los griegos y los romanos crearon bibliotecas en donde además de almacenar pergaminos y distintos tipos de escritos, los sabios de la época se dedicaban al estudio y a la investigación.
Durante la Edad Media las bibliotecas y escritos estuvieron a cargo de los monjes en los monasterios, en donde se dedicaban a copiar escritos, a encuadernarlos y a decorarlos.
Después de la invención de la imprenta las bibliotecas dejaron de estar exclusivamente a cargo de la Iglesia y volvieron a tener un auge sobretodo en Europa porque muchas de sus ciudades fueron la cuna de distintos movimientos culturales como El Renacimiento. Además, algunas de las bibliotecas más antiguas se encuentran en ciudades como París, Viena, España, Florencia o Roma.
Durante el siglo XVI surge el concepto moderno de biblioteca, las cuales eran decoradas con obras de arte. Se fundan las después llamadas “bibliotecas nacionales”, algunas de las cuales comenzaron a formarse con colecciones de la realeza. Así, la lectura dejo de ser exclusiva para el clero y la nobleza y paso a ser accesible para la sociedad civil. Durante la primera mitad del siglo, la producción de libros de volvió masiva. Durante la segunda mitad aparece la Contrarreforma lo cual ocasionó restricciones a la imprenta por parte de la Iglesia (impuestos altos a los libros, censura, limitados talleres de impresión, etc.).
El siglo XVII tuvo sus lados malos y sus lados buenos para las bibliotecas y los libros. Fue un siglo de muchas guerras ocasionadas por las monarquías absolutas, quienes pusieron trabas a la industria del libro lo que ocasionó mala calidad en las impresiones y ediciones pirata. Además, las guerras de este periodo ocasionaron la destrucción de muchas bibliotecas.
En el lado bueno, hubo un gran desarrollo del pensamiento y la ciencia con Galileo, Descartes, Newton, etc. La creación literaria también se vio beneficiada con Calderón y Cervantes en España, Shakespeare en Inglaterra y Moliere y Racine en Francia. Aparecieron las publicaciones periódicas informativas con contenidos de tipo social, literario y científico. Se incluyeron aspectos que conservamos hoy en día a las bibliotecas, como salas de lectura bien iluminadas y amplias, libros ubicados en estantes y sin cadenas, etc. Aparecieron también bibliotecas importantes (nacionales y universitarias) como la Prusiana, la de Milán, la de Roma, la de Oxford y la de Harvard. Además, muchas bibliotecas privadas se volvieron públicas.
El siglo XVII tuvo mayormente impacto positivo para la industria del libro. El llamado siglo de las Luces y de la Ilustración convirtió en centros intelectuales a las Academias científicas y las bibliotecas. Estas últimas comenzaron a considerarse un servicio público gratuito y la lectura se volvió un derecho del hombre gracias a la Revolución francesa en 1789. Durante este siglo, en Inglaterra nació el famoso diario “The Times” y se promulgo la Ley de la Propiedad Intelectual en 1709. Se hicieron grandes mejores a las técnicas de impresión con lo cual la calidad en las impresiones volvió. El saber y los libros se convirtieron en medios de acceso a la cultura y a la felicidad del hombre y las publicaciones periódicas comenzaron a considerarse “difusores” de ideas, tanto políticas como sociales.
Surgieron más bibliotecas a ambos lados del Atlántico. En Europa se creó la British Library en 1753, la Biblioteca Nacional de España en 1711 (que inicio como la “Librería Real”) y las bibliotecas nacionales de Florencia, Nápoles y Milán. Además, en 1725 se creó en Escocia una biblioteca circulante y en España, con la dinastía borbónica, el poder de la Iglesia disminuye y aparece la Academia de la Lengua. En América se fundaron las bibliotecas universitarias de Harvard en 1701 y la de Columbia en 1761, ambas en Estados Unidos.
Los siglos XIX y XX trajeron grandes cambios en las técnicas de impresión con la Revolución Industrial y más tarde con el surgimiento de la informática y el Internet.
Las distintas revoluciones del siglo XIX lograron cambios positivos en la sociedad como la desaparición de privilegios y de la censura y el fomento de la alfabetización y la extensión de la enseñanza a clases bajas de la sociedad. Con la Revolución Industrial los procesos artesanales quedaron en el pasado y se abarataron los costos de producción, logrando satisfacer la demanda creciente de libros.
En España y en general en los países anglosajones, se invirtió en mejorar bibliotecas públicas y en planes y políticas públicas para llevar la enseñanza primaria a todos los pueblos a través de una red de bibliotecas. Las bibliotecas no solo pretendían llevar enseñanzas
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