Henry ford , mi vida y mi obra.
Enviado por tolero • 22 de Abril de 2018 • 1.341 Palabras (6 Páginas) • 796 Visitas
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Tenemos pocos contactos personales con nuestros obreros. Hacen su trabajo y se vuelven a sus casas: una fábrica no es un bar (128).
Salarios
¿De qué sirve la industria si está tan mal dirigida que no puede asegurar los medios de existencia de todos los que concurren a su actividad? Ninguna cuestión es más importante que la de los salarios. La mayor parte de nuestros compatriotas viven de un salario. La base sobre la que viven, la tasa de sus salarios, determina la prosperidad de nuestro país.
En todas las empresas de la Sociedad Ford el mínimo de salario es hoy día de seis dólares diarios... Antes de esto pagábamos lo que se necesitaba pagar. Sería mala cosa volver a la antigua manera de fijar los salarios, según el mercado, y sería la peor manera de entender los negocios (133).
La industria no está todavía suficientemente organizada y sus objetivos no son todavía suficientemente claros para que todavía no sea posible pagar nada más que una fracción de los salarios legítimos. Esta organización es una parte de la tarea que nos queda por hacer... Pero no es hablando de abolir el asalariado y substituirlo por la propiedad colectiva como caminaremos hacia una solución. El sistema del asalariado es el único que permite recompensar según el valor de la contribución de cada uno a la producción (142).
A partir de 1913, nos propusimos estudiar, para los millares de operaciones de nuestra industria, el tiempo requerido para cada una de las operaciones. Este estudio del tiempo permite determinar teóricamente cuál deba ser la producción de un obrero. Después, mediante deducciones generales, se obtiene una producción media satisfactoria para una jornada, y, haciendo intervenir la cuestión de la habilidad, se llega a una tasa de salario que expresa bastante exactamente la cuota de habilidad profesional y de trabajo que entran en una ocupación dada, y lo que puede esperarse del obrero a cambio de su salario. Sin esta actitud científica, el empleador no sabe por qué paga tal salario, ni el obrero por qué lo recibe. Sobre esta base todas las ocupaciones de nuestra fábrica fueron estandarizadas y establecidas las tasas salariales.
No tenemos trabajo por piezas (piece-rate system). Una parte de nuestros hombres son pagados por jornada, y una parte por horas. Pero en casi todos lo casos, es indicado un rendimiento por debajo del cual el obrero no puede descender (143-144).
Nunca nos hemos desviado del principio siguiente: Si queréis que un hombre consagre todo su tiempo y toda su energía a su trabajo, dadle un salario que lo ponga por encima de las preocupaciones pecuniarias (149).
Sindicación
Las relaciones de la Sociedad Ford con sus obreros son siempre excelentes. No tenemos ninguna mala voluntad contra los sindicatos, pero nosotros no establecemos arreglos ni con las organizaciones obreras, ni con las patronales. Nuestros salarios son más elevados y nuestra jornada laboral más corta de lo que un sindicato cualquiera pudiera razonablemente exigir. No puede servir de nada a nuestro personal pertenecer a una organización sindical (294).
No me opongo a la organización de los trabajadores, ni a ninguna organización que tienda al progreso. El único peligro es aquella organización, sea de patronos o de obreros, que busque limitar la producción (289).
Un americano no debería estar jamás obligado a ponerse en huelga para hacer valer sus derechos; debería obtenerlos simple y naturalmente. Estas huelgas justificadas se producen ordinariamente por culpa de los patronos: hay patronos que no son aptos para el puesto que ocupan. No es un asunto pequeño emplear a los obreros, dirigir sus esfuerzos, proporcionar de manera justa la remuneración de su producción... Cuando una huelga está justificada, prueba que el patrón debería buscarse otro empleo. Los patrones incapaces hacen más mal que los obreros incapaces... Resumiendo, una huelga justificada no tendría jamás necesidad de ser declarada si el patrón hace bien su trabajo (292).
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