Ilustracion y romanticismo

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Podemos separar el romanticismo en eventos importantes y grandes exponentes que dieron forma al romanticismo desde el siglo XVIII hasta principios del XX.

En primera instancia, está el filósofo sueco, Jean-Jaques Rousseau, quien en 1762 publica en Francia un libro sobre la crianza de los niños “Emil o en Educación”, el cual contiene una fuerte crítica hacia el mundo opresor de los adultos y alaba la bondad natural, espontaneidad y sabiduría de los niños pequeños. Es el primer documento que da argumentos válidos y respaldados a favor del amamantamiento en la cultura occidental. Se pude entender el enfoque de Rousseau a partir de su punto vista del mundo, de cómo todo se está volviendo cada vez más racional, científico y basado en tecnologías, del incremento insensible, estéril y burocrático. Contra todo esto Rousseau enfatiza al niño, el rebelde original que representa todo lo que es puro y deseducado y fuera de la disciplina adulta; es la semilla de la creatividad e ingenio. Por primera vez en la cultura occidental, el “Glamour” no está dirigido a la obtención de la razón o el autocontrol adulto, sino que a la libertad por tradición y a la inocencia natural y dulzura de los niños.

De ahí vayamos a Londres, donde un joven poeta de 17 años llamado Thomas Chatterton toma una dosis letal de arsénico y pone fin a su vida. La razón de su suicidio es que nadie quiere publicar su poesía, llena de belleza y sabiduría y porque su incomprensible familia lo presionaba para que fuese un abogado. Tras su trágica muerte, surge un culto alrededor del joven y trágico poeta, que pasa a convertirse en algo más grande, en un emblema, un símbolo, algo que se volvería muy importante para los románticos, la idea de una persona sensible pero condenada, la idea de un artista que es rechazado por un mundo cruel y vulgar. Un mártir. Chatterton es el primero de una larga línea de “héroes” románticos, que irían desde Byron hasta Van Gogh, y eventualmente todo el camino hasta Jim Morrison y Amy Winehouse.

El romanticismo toma prestado del cristianismo, el héroe romántico es una figura secularizada tipo cristo, el fracasado que en realidad es profundamente noble a los ojos de los pocos que lo comprenden.

Mientras en Alemania, el famoso escritor Goethe, publicaría la historia romántica por excelencia “Las cuitas del joven Werther”, que cuenta la historia de un amor joven condenado que termina con el trágico suicidio de su protagonista. Pero en lugar de condenarlo como un lunático e impulsivo, Goethe, considerado uno de los padres fundadores del romanticismo, concentra toda la simpatía hacia Werther, con el objetivo de que en la historia estemos de su lado admirando su apasionada y totalmente impráctica actitud hacia la vida. El libro se vuelve la novela más popular de una generación; tres millones de copias se imprimen, el mismo Napoleón la declararía el mayor logro en la literatura Europea, y cambiara dramáticamente la forma en la que la gente pensaba en el amor, privilegiando los despliegues dramáticos de sentimientos sobre preocupaciones más tradicionales y racionales como el linaje, la clase social o el dinero. Para el romántico siempre es correcto y noble seguir a tu corazón, los resultados desastrosos que surjan son argumentos que prueban lo sombrío y descorazonado el llamado mundo adulto puede ser.

En Madrid, España, Francisco Goya produce una de sus imagines más icónicas titulada “El sueño de la razón produce monstruos” que captura de manera excelente el interés romántico en los límites de la razón y el poder de lo irracional sobre la frágiles mente humanas. El ser romántico significa tener simpatía por la locura y adoptar una actitud casi vengativa hacia declaraciones pomposas así como al crimen de la racionalidad, la ciencia y la lógica.

El ser un romántico es tomar el lado de la naturaleza contra lo industrial, es preferir un diente de león a una locomotora, un árbol a una fábrica. La civilización es lo que enferma al mundo, una creencia algo cruda del romanticismo.

EL movimiento del romanticismo cambio permanentemente nuestra sensibilidad, mientras que el mundo se ha vuelto cada vez un lugar más tecnológico y racional, el romanticismo ha salido a defender por lo irracional, lo desafiante, lo exótico, lo infantil y lo inocente.