Industria de México en la época del Porfirio Díaz
Enviado por Helena • 27 de Diciembre de 2018 • 2.074 Palabras (9 Páginas) • 326 Visitas
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Según De la Peña, el 60% del movimiento de carga lo constituía el transporte de minerales. Otros factores que también influyen para que en este período se marque un gran auge de la minería, son los avances técnicos en la electricidad, que usada principalmente en las labores de desagüe en la fundición de metales, logra disminuir los costos y aumentar la capacidad productiva.
De igual modo influyó la expedición del Código Minero de 1884 que estimuló y concedió numerosas franquicias al capital extranjero, la minería pudo (así) operar bajo condiciones propicias para generar excedentes que le permitieran evolucionar e influir en el desarrollo de los demás sectores de la economía. Además de descubrimientos científicos en el extranjero que permitieron una explotación a mayor escala, a la vez que se diversificaba.
Y también las amplias facilidades fiscales y exenciones de impuestos a toda producción minera y rebajas a las tarifas de importación de materiales y equipo minero.
Todos estos factores, además de otros como la creciente demanda de minerales como plomo, zinc y cobre para las nuevas ramas industriales que se abrían ante el gran avance tecnológico, influyeron para que la evolución de la minería adquiriera el carácter de auge durante el período.
Como en casi todos los sectores productivos, en la minería las principales inversiones que se realizaron fueron de capitalistas extranjeros, lo cual es congruente con lo que ya se expuso al principio, en el sentido de que los grandes grupos monopólicos buscan tener el control sobre yacimientos de materias primas para sus industrias en un afán de integración total.
Los siguientes datos ilustran este hecho: Estados Unidos poseía un capital de 499 000 000 pesos invertidos en la minería, lo cual significaba 38.6 % de su inversión total en México y 61.7% de lo invertido en la minería por todo el capital extranjero. Esto habla del amplio dominio que ejercía dicho país, sobre el sector minero hacia el año de 1911. Francia por su lado, tenía invertido un total de 179 552 000 pesos, 19.8 % de su inversión total en México y 21.8 % del total invertido en la minería por todos los países extranjeros.
Gran Bretaña, invertía por el mismo año, 116 887 140 pesos, es decir 11.8 % del total de su inversión en México y 14.1% del total invertido en la minería por todos los países. La tendencia que siguió la explotación de los minerales es también una muestra indicativa de que éste atendía los cambios registrados en las economías dominantes. Así, mientras que hasta 1892 la industria minera se limitó casi exclusivamente a la extracción de minerales preciosos, a partir de estos años la producción se orienta a la extracción de minerales industriales como plomo y zinc, sin por ello desatender la producción de los primeros. Prueba de ello es que en el año referido la producción de minerales industriales creció 507% y la de metales preciosos sólo un 197%. Además, en 1901, 90% de toda la producción minera estuvo representada por metas industriales no ferrosos tales como cobre, plomo, antimonio, mercurio y zinc.
El desenvolvimiento de la industria durante el "Porfiriato" sigue el mismo ritmo a ascendente que las otras ramas productivas, aunque no presenta un crecimiento tan acelerado como para hablar de un auge industrial en el país.
La mayor parte de los establecimientos industriales al iniciar esta época eran pequeñas unidades productivas, sólo en algunas ramas se notaba cierto vigor en la producción como en la fabricación de textiles. Sólo hasta la última década del siglo XIX podemos hablar de que hubo un proceso de aceleración en la incipiente industrialización del país.
Entre las causas que originan esta creciente expansión está el ensanchamiento del mercado interno aunque el factor que fue determinante y favoreció grandemente a la naciente industria fue la amplia protección arancelaria que existía en esa época. Tan era así, que en muchas ocasiones se llegó a prohibir la total importación de mercancías que pudieran competir con las nacionales.
De la misma manera actuó el hecho de que el peso permaneciera subvaluado durante todo el período, situación que deja de rendir sus frutos hacia 1905 la reforma monetaria que vinculó el peso al oro con una equivalencia fija revaluó la moneda nacional y ello abrió las puertas a la importación de manufacturas extranjeras con los consecuentes efectos negativos para la industria mexicana.
Otro factor que impulsó la producción industrial fue la desaparición de las alcabalas que gravaban el comercio y hacían poco atractiva la producción.
Con todo sin embargo, la expansión industrial en esta época fue limitada. Sobre todo por otros factores que actuaban en forma negativa tales como: una demanda poco diversificada, un mercado poco amplio, la falta de una infraestructura adecuada y de elementos financieros disponibles y sobre todo, porque era mucho más atractivo invertir en actividades productivas, dedicadas a la exportación, que en la industria que se dedicaba al abastecimiento, primordialmente del mercado interno. . Así en el período 1877 a 1910, el producto de la industria de transformación sólo logró un crecimiento modesto e irregular de 3% anual a precios constantes.
Es posible observar que fue la industria uno de los sectores en que la inversión extranjera fue más baja porque ésta se dirigía a actividades más lucrativas, como la minería y ferrocarriles, sin embargo, se invirtieron importantes montos de capital ahí, particularmente de empresarios nacionales: el 71% del capital invertido entre 1886 y 1910 en nuevas sociedades industriales lo aportaron mexicanos, y el 29 % restante extranjeros: de un total de 121 millones de pesos, 86 correspondieron a empresas mexicanas y 35 a firmas extranjeras. La inversión extranjera total en las manufacturas del país (no tan sólo de nuevas sociedades) se estimaba hacia 1911 en 131 millones de pesos.
La industria se vio beneficiada en esta época por los avances tecnológicos que pudieron introducirse, aumentando con ello su productividad y sus niveles absolutos de producción. Tales fueron: la utilización de la máquina de vapor y de la energía eléctrica así como el uso de petróleo como combustible. Esto mismo obligó a utilizar medios de producción más sofisticados que obviamente tuvieron que importarse, de la misma manera que creció la demanda de importaciones de insumos industriales. Sin embargo, la mayor parte de la expansión industrial se efectuó dentro de las pautas tradicionales, es decir, a base de pequeñas unidades fabriles de baja eficiencia y dedicadas a la producción de bienes de
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