LA FAMILIA MEDIEVAL A LA FAMILIA MODERNA

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A partir del siglo XV las realidades y los sentimientos de las familias se transformaran lentamente pero de manera profunda.

Poco a poco la educación se realizó cada vez más en la escuela. La escuela dejo de estar reservada únicamente a los clérigos para convertirse en el instrumento normal de iniciación social .Ellos respondieron a una necesidad nueva de rigor moral por parte de los educadores, a un interés en aislar a su juventud del mundo contaminado de los adultos, con el propósito de formarla para que resistiera mejor las tentaciones de los adultos.

La sustitución del aprendizaje por la escuela permitió un acercamiento entre la familia y los hijos, entre el sentimiento de la familia y el de la infancia, que antes eran separados. La familia se concentra más en el niño, aunque este no se queda aún en casa de sus padres porque tiene que asistir a escuelas lejanas .Sin embargo el alejamiento del escolar no significa lo mismo y no dura tanto. Se ha estrechado el lazo entre el escolar y su familia.

Los libros de educación del siglo XVII insisten en los deberes de los padres con respecto a la elección del colegio, en la vigilancia de los estudios, el repaso de las lecciones cuando el niño regresa a dormir a casa. Pronto los padres son incapaces de soportar el alejamiento producido por la escasez de colegios y ayudados por los magistrados hacen un esfuerzo por multiplicar las escuelas con el fin de acercar a sus hijos a sus hogares. Se crea al principio del siglo XVII una red sumamente densa de instituciones escolares: alrededor de un colegio de ciclo completo que contenía todos los cursos, se establecían un sistema concéntrico de colegios de humanidades, de regencias latinas más numerosas. Las regencias preparaban a los alumnos para cursos superiores de los colegios de humanidades y los de ciclos completos.

Esta proliferación escolar respondió a una necesidad de recibir una educación teórica que sustituyera las antiguas prácticas de aprendizaje y también a la necesidad de no alejar demasiado a los niños de conservarlos lo más cerca y el mayor tiempo posible .El clima afectivo es muy diferente y se asemeja al nuestro, como si la familia moderna naciese al mismo tiempo que la escuela o por lo menos de la costumbre general de educar a los niños en la escuela.

Claro es que esta escolarización de tan graves consecuencias para la formación del sentimiento familiar no se generalizo inmediatamente, gran parte de la población infantil continuo educándose según las antiguas prácticas de aprendizaje sobre todo las muchachas que la mayoría se formaba en el hogar o en hogares ajenos. La escolaridad a las muchachas se difundió hasta el siglo XVIII Y principios del XIX.

La escolarización en lo que se refiere a los muchachos se extendió primeramente a las categorías intermedias de la jerarquía de las condiciones sociales; la alta nobleza y la artesanía mecánica permanecieron fieles al antiguo aprendizaje, en el siglo XVII, la costumbre cayó en desuso y la sustituyeron por las academias militares. Las supervivencias del antiguo aprendizaje en ambos extremos de la escala social no impidieron su decadencia. La escuela acabo por conseguir la autoridad moral, mediante el incremento del alumnado y el aumento de las unidades escolares.

Nuestra civilización moderna quedo definitivamente fundada y el tiempo la ha ido consolidando.