LA IMPORTANCIA DE LA RELIGIÓN EN LA FORMACIÓN DEL PENSAMIENTO NACIONAL

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Cuando se habla ya, de una religión con principios y lineamientos bien definidos, se trata de un grupo con una compleja organización social, cuya superestructura corresponde a una base económica, en la que a cada clase social, se le ha ubicado y asignado un papel definido dentro del proceso de producción.

Cuando se llega al concepto del dios antropomorfo, ya la dominación ideológica a partir de la religión es sólido, pues se acepta la idea de que la deidad de que se trate, nos formó a su imagen y semejanza.

De tal suerte, la formación del pensamiento de pertenencia nacional, gira en torno a un destino común, cuyo origen se haya intrínseca e inexplicablemente, ligado a la voluntad divina, y de ahí surge la necesidad de hacer creer a la sociedad, por todos los medios posibles, que son el pueblo elegido por Dios, quien, tomando en cuenta su devoción y disposición de sometimiento, para aceptar la voluntad divina ha elegido a dicho grupo social, para llevar a cabo en el mundo hacer su voluntad y aplicar sus preceptos (mismos que son dictados por la casta sacerdotal y, siempre como refuerzo al control que ejerce la clase dominante), de ahí el destino manifiesto de los Estados Unidos de América, la Guerra Santa de los pueblos Islámicos, la Biblia de los Judaicos y la propia mitología mexica, que es la que me ocupa, amén de otras sociedades, tales como la romana, la griega y algunas otras, que demuestran cómo la práctica de las políticas imperialistas de invasión y sometimiento sobre pueblos menos desarrollados tecnológicamente, han sido inspiradas y justificadas bajo preceptos ideológicos que encuentran sustento en teorías religiosas.