“La Diosa Madre en la mitología universal”
Enviado por poland6525 • 4 de Febrero de 2018 • 10.703 Palabras (43 Páginas) • 419 Visitas
...
Para Beristáin, además, “las figuras míticas son simbólicas”,6 y por tanto, los mitos son símbolos de las cualidades o vicios del mundo. Aquí se alude a la poderosa capacidad de representación no sólo del mito, sino también del propio lenguaje. Es decir, el mito representa o simboliza alguna concepción del mundo. Se toma una figura mítica y se hace aparecer como símbolo de algo.
_________________________________________________________________________
Roland Barthes, Mitologías, 12a. ed., México, Siglo XXI Editores, 1999, p. 199.
2 Idem.
3 Dagoberto D. Runes, Diccionario de filosofía, México, Editorial Grijalbo, 1981, p. 253. La cursiva es mía, y se coloca justamente en esa palabra porque creo que es la forma de presentación de los hechos la que determina en gran parte el éxito público de medios como Alarma!, quien manifiesta desde el subtítulo un slogan que más bien parece una ironía: “únicamente la verdad”.
4 Las dos pequeñas citas son de la obra de Mircea Eliade, Mito y realidad, Barcelona, Editorial Kairós, 1999, p. 9. Además, Eliade, cuando hace alusión a las culturas antiguas, considera también al mito como “tradición sagrada, revelación primordial, modelo ejemplar”. No es propósito nuestro meternos en estos arduos asuntos que tienen que ver con la historia de las religiones, un tema donde Eliade es especialista. Sin embargo, para el caso que analizamos, es referencia importante por la coincidencia apuntada arriba y porque nos permite reflexionar sobre el proceso de mitificación sufrido por las Poquianchis, en el que mucho hay de “ilusión”, como tratamos de demostrarlo.
5 Hans George Gadamer, Mito y razón, Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, 1997, p. 26.
6 Helena Beristáin, Diccionario de retórica y poética, México, Editorial Porrúa, 2004, p. 336.
El mito para Gadamer es también lo que se puede decir; se equipara entonces con la leyenda y en ese sentido lo revelado o contado por el mito es regularmente indiscutible. Los receptores del mito deben admitir lo dicho sin experimentar; se convierten pues en sujetos pasivos del discurso del mito, un discurso que, como lo aclara el propio Gadamer, es de carácter narrativo y como tal, no busca probar nada sino solo exponer. Como toda narración, el mito “sólo se propone convencer y ser creíble”.7 El filósofo alemán fundamenta estos asertos en la idea de Aristóteles de que el mito como forma narrativa se hallaba en oposición contraria al discurso de la verdad, y añade que los maestros antiguos de retórica transmitían la mayor parte de sus enseñanzas mediante la exposición de mitos.
El mito cumple asimismo con cuatro funciones distintas, como lo afirma Joseph Campbell. La primera es de naturaleza mística, la segunda cosmológica o científica, la tercera de nivel sociológico y la cuarta de tipo pedagógico. Interesa para nuestro propósito detenerse en las dos últimas. Campbell asegura que la función sociológica del mito se encarga de “fundamentar y validar un cierto orden social”,8 y en ese sentido, el mito explica cómo se pueden caracterizar las relaciones entre los diferentes miembros de la sociedad; de algún modo, la función sociológica es un síntoma del comportamiento individual y del colectivo.
Helena Beristáin agrega, en este sentido, que los mitos “son los fundamentos de una verdad porque suelen encerrar las ideas científicas, filosóficas y morales del pueblo que los crea”.9 Gadamer opina además que todo mito implica una explicación del mundo, aunque ésta no puede ser racional, y esto supone entonces que no es posible caracterizarlo a través de una “experiencia metódica”.10
7Hans George Gadamer, Mito y razón, op. cit., p. 26.
8 Idem.
9H. Beristáin, Diccionario de retórica…, p. 335.
10H. G. Gadamer, Mito y razón, op. cit., p. 14. Justamente como en la ficción literaria, donde no importa comprobar la información o verificarla “científicamente”.
___________________________________________________________________________
La cuarta función del mito, la pedagógica de la que habla Campbell, trasciende lo explicativo para aplicarse a la vida misma: “hay una cuarta función del mito, y es ésta la que creo que hoy debería interesarnos a todos: la función pedagógica, la enseñanza de cómo vivir una vida humana bajo cualquier circunstancia. Los mitos pueden enseñártelo”.11 En el juego de la comunicación discursiva, el receptor del mito normalmente aprende algo, y el que construye el mito pretende enseñar.12
_________________________________________________________________________
11Joseph Campbell en diálogo con Bill Moyers, El poder del mito, Buenos Aires, Emecé Editores, 1999, p. 65.
12 En un sentido muy general, la propia literatura sirve a este propósito, aun cuando no sea estrictamente didáctica: no solo debe deleitar a los lectores sino aprovechar, ser de provecho para la vida.
CAPITULO II
LA DIOSA MADRE PALEOLÍTICA
En este capítulo vamos a hacer referencia a las primeras manifestaciones que conocemos sobre el mito de La Diosa Madre en la antigüedad
Hace más de 20.000 años, apareció la imagen de la diosa sobre un amplio territorio, extendiéndose desde los Pirineos al lago Baikal de Siberia. Estatuas de piedra, hueso y marfil, diminutas figuras de cuerpos largos y pechos caídos, redondeadas imágenes maternales cuyas formas abultadas anticipaban el nacimiento, efigies con signos arañados en ellas –líneas, triángulos, zigzags, círculos, redes, hojas, espirales, agujeros–, elegantes formas que surgían de la roca, pintadas de ocre rojo, todo ello ha sobrevivido a través de las ignotas generaciones de seres humanos que compusieron la historia de la humanidad. ¿En qué momento de la historia del hombre aparecieron estas imágenes sagradas? El fuego se descubrió hace alrededor de 600.000 años. ¿Qué pasó en los años, aproximadamente medio millón, transcurridos entre este tiempo y el comienzo del Paleolítico superior, hacia el año 50.000 a. C.? ¿Qué sueños se soñaron, qué historias se contaron en torno al fuego? Cuatro grandes eras glaciales, cada una de ellas de miles de años, vinieron
...