La argentina aborigen.
Enviado por mondoro • 30 de Abril de 2018 • 3.488 Palabras (14 Páginas) • 319 Visitas
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La resistencia de estos pueblos se extendió un siglo más y durante todo el proceso de colonización se mantuvieron relaciones belicosas entre los europeos y aquellas comunidades indígenas no sometidas, como es el caso de las regiones del Chaco, la Pampa y Patagonia. Los exploradores de la región de la Pampa tuvieron encuentros solo con los querandíes, ya que habían estado en contacto con los primeros españoles que llegaron al Rio de la Plata (Mandrini, 2008: 204).
En el caso de la región del Tucumán el sacerdote jesuita, Alonso de Barzana, describe en una carta a los pueblos originarios de esta región:
Los indios que pertenecen a esta provincia son muchos, unos conquistados, de adonde vienen los indios a servir a los españoles, asi en los edificios de las casas, de las labranzas de los campos, y a otras cosas, que siempre es menester de ordinario, a lo cual acuden los indios por sus veces, que acá llaman venir a hacer mita, y este es el provecho que se saca de los indios conquistados, fuera del tributo que pagan a los encomenderos, que es a las personas a quien, por ser beneméritos, a unos mas y a otros menos, se les encomiendan los indios o pueblos (…) otros muchos que no están conquistados y se van reduciendo con correrías que (en) esta tierra se llaman malocas. (Mandrini, 2008: 194)
Los ataques indígenas produjeron fuertes bajas en los españoles, el mismo Diego Rojas (explorador y conquistador) fue asesinado por una flecha envenenada. Pedro Gonzales del Prado, en su información por los servicios prestados a la monarquía habla de dicha situación:
(…) y asi pasados los dichos Andes (…), estuvimos (…) en la provincia del Tucuman, que es la primera provincia, adonde había mucha gente de indios flecheros (…), y en las flechas tenían ponzoña que, en hiriendo a un hombre o caballo, moria de allí a cinco o seis días. (Mandrini, 2008: 201)
Entre 1549 a 1556, se desarrollaron numerosos intentos de fundaciones, que terminaron concretándose en la ciudad de Santiago del Estero, se caracterizó por la presencia de "indios amigos" en el pie de monte del Aconquija y en la mesopotamia santiagueña mientras se mantenían hostiles los indios de las tierras altas de los valles Calchaquíes y de la Puna (Tandeter, 2000: 106); los cuales evitaron la creación de pequeñas ciudades como es el caso de Londres, fundada entre 1558 y 1560 en la región de los valles calchaquíes o Nieva del Valle de Jujuy. Estos indios amigos eran los mismos aliados de los incas; y participaron, conjuntamente con los españoles, en la conquista de aquellas comunidades que ya venían enfrentando desde el periodo incaico. Pero la alianza de los españoles durara poco, la paz se rompió en 1562 cuando destituyeron a Pérez de Zurita (gobernador del Tucumán), rompiendo así el pacto mantenido con los indios. La consecuencia fue el desencadenamiento de la gran rebelión de "toda la tierra" (tierras altas y bajas), esta rebelión redujo el asentamiento español a sólo el territorio de la ciudad de Santiago (Tandeter, 2000: 107). Los indígenas destruyeron las ciudades fundadas en esta región y les cortaron las rutas de acceso hacia Chile y Charcas. La insurrección logro apaciguarse con la llegada de militares desde Charcas.
Mas al norte, en la región de la Puna, específicamente en la quebrada de Humahuaca, se produjo una nueva rebelión en contra de la fundación de San Salvador de Jujuy en 1594 y al intento de encomendar a los indios de esta zona. Un líder regional, Viltipoco, reunió numerosas fuerzas y durante un tiempo cortó las comunicaciones con los centros del Alto Perú (Mandrini, 2008: 203).
En esta región luego de numerosas luchas, los españoles pudieron asegurar el paso de la ruta hacia Charcas pero no lograron establecer ninguna colonia española.
Los enfrentamientos sangrientos y luchas no lograron cambiar el objetivo de los invasores: someter a las comunidades indígenas y explotarlas para recuperar las inversiones realizadas en las fundaciones de ciudades, ya que el gasto emanaba de los recursos personales de los conquistadores.
Durante este periodo se conformaron tres áreas: aquella habitada por los españoles y los indios sometidos, el área de las comunidades indígenas sublevadas generando rebeliones continuas y el área de los indios de guerra los cuales nunca habían sido dominados por el conjunto español (Tandeter, 2000: 119).
Consecuencias para la sociedad indígena durante la conquista, siglo XVII.
A lo largo de este siglo, el escenario se fue consolidando. La presencia de los españoles se hizo más eficaz, su número aumento y se fue conformando el gobierno colonial.
Sin embargo, en la región del Tucumán los abusos y malos tratos fueron más profundos; lo que produjo el incremento de la mortalidad indígena, sumado a las pestes, epidemias y la mala alimentación. Por lo tanto hubo una caída de la población indígena, siendo solo una decima parte de la original.
Un nuevo gobernador, Alonso de la Rivera, agitado por la declinación de la población, presento ante el rey los abusos continuados hacia las comunidades indígenas.
Denunciaba que los encomenderos no respetaban los días de descanso de los indios, ni el tiempo para ocuparse de sus sementeras ni tampoco sus tierras "porque todas... les tienen tomadas sus encomenderos". El gobernador insistía en que los indios seguían siendo vasallos de los encomenderos y no de la corona. (Tandeter, 2000: 121).
Estas propuestas coincidieron con la política general de la corona; en el siglo XVII se dictaron las reales cedulas de 1601, donde se reforzaban los conceptos sobre la libertad de los indios, se prohibía venderlos (Tandeter, 2000: 121). Por culpa de los malos tratos en estas gobernaciones los indios se estaban “terminando”. No obstante, la población indígena continúo desapareciendo, lo que nos lleva a pensar que las ordenanzas no fueron llevadas a cabo. Dichas disposiciones legales no fueron respetadas para los indios de guerra del Chaco y los rebeldes de los Valles Calchaquíes. Aquí en 1630 estallo la gran insurrección, pero hacia el final muchos grupos del valle fueron desnaturalizados y repartidos entre los vencedores como yanaconas (Fradkin, Garavaglia, 2009: 44). La última batalla fue llevada a cabo por Pedro Bohorques, un aventurero andaluz, entre 1656 y 1664. Una vez sometidos, fueron repartidos entre los encomenderos del Tucumán y Santa Fe.
En el caso de los más aguerridos, como son los Quilmes; fueron dispersados en distintas zonas geográficas y concedidos a diferentes sectores de la sociedad colonial,
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