La crisis de los misiles de Cuba en 1962

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Kennedy comunicó al mundo el hallazgo de los misiles en Cuba y la puesta en marcha de un bloqueo comercial, invitando a Khrushchev a retirar sus misiles y terminar con ese conflicto, puesto que de no ser así y ellos atacarían y eso los llevaría a un caos.

La unión soviética declaró que ese bloqueo suponía un “paso” para una guerra termonuclear y ordeno a sus fuerzas a que se prepararan para un combate.

Kennedy solicito ponerse en contacto directo con Moscú y envió a su hermano Robert a que se reuniera en secreto con el embajador soviético. A lo cual el embajador declara: “Robert dijo que habíamos instruido al gobierno y a los capitanes de los barcos para que regresaran a casa, porque Kennedy había puesto en práctica la cuarentena, a lo cual yo respondí no, nuestros capitanes no han recibido esa orden, por lo cual yo se tienen instrucciones de llegar a Cuba y conforme a la ley internacional no tienen ningún derecho a retener nuestros barcos en mar abierto, no pueden establecer una línea imaginaria, va contras la ley, a lo cual el replico bueno entonces no sé a dónde iremos a parar”.

El “Pentágono” declaró que Estados Unidos iba a registrar los buques del bloque comunista que se dirigieran a Cuba y que si se negaban de ser necesario usarían la fuerza. La gente se preparaba para lo peor, por lo que los norteamericanos comenzaban a hacerse con provisiones. En el último momento los buques soviéticos que se dirigían a Cuba aminoraron su marcha y cambiaron de rumbo. El departamento de Estados Unidos recibió una carta de Khrushchev en el cual rechazaban todas las exigencias de Kennedy y declaraba que sus misiles en Cuba se preparaban para la acción. Estados Unidos se preparaba para la acción.

El 25 de octubre Kennedy ordeno la intercepción de un buque petrolero para avisar a Khrushchev que su decisión era en serio. El 26 de octubre Kennedy recibe un telegrama de Khrushchev que decía: “Presidente usted y yo estamos tirando de una cuerda con un nudo en medio, cuanto más tiremos más apretaremos el nudo y llegara un momento en que habrá que cortar con una espada el nudo, por qué no lo soltamos antes y tratamos de deshacerlo”. La oferta de Khrushchev decía que si Estados Unidos aseguraba que no invadirían Cuba, concretamente el sitio donde se encontraban los misiles, la presencia de su milicia en Cuba desaparecería. Al dia siguiente rectifico su propuesta y pidió sus misiles a cambio9 de los de Estados Unidos en Turquía.

Debido a la amenaza inminente de una guerra Castro se dio cuenta de que Cuba desaparecería del mapa, por lo cual le envió un comunicado a Khrushchev diciéndole que si Estados Unidos atacaba, él tendría que atacar aniquiladoramente.

Kennedy le comunicó a Khrushchev que entendía lo que proponía y eludía los aspectos con los que estaba de acuerdo. Kennedy envió a su hermano a otra reunión con el embajador soviético, por lo cual concordaron que lo mejor era que ambos retiraran sus misiles, pero hasta ese momento aún no se decidían a hacer nada.

Khrushchev dijo por medio de un comunicado de la radio que aceptaba la retirada de sus misiles y su milicia y que Kennedy le daría una garantía (esta garantía no mencionaba públicamente la existencia de los misiles en Turquía).

Todo esto resulta algo curioso y hasta cierto punto gracioso, puesto que a Estados Unidos lo que mayormente lo tenía afectado era la opinión pública, ya que los demás países creerían que no serían capaces de cuidarse solos, por ello tomaron todas esas decisiones, cuando en mi inexperta opinión –a riesgo de sonar errada- debieron hacer arreglado los problemas de una manera más “diplomática” y no atacando, puesto que esto solo genero malos entendidos y conflictos mayores, como el hecho de que Castro y los soviéticos pensaron que en un principio Estados Unidos si quería atacar verdaderamente.