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La docencia para las mujeres: una alternativa contradictoria en el camino hacia los saberes “legitimos”

Enviado por   •  18 de Diciembre de 2018  •  1.652 Palabras (7 Páginas)  •  312 Visitas

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No pretendo que deba negarse al pueblo la instrucción primaria sino que es un medio imponente de mejoramiento comparado con otros, que se han desatendido.

En la instrucción secundaria, tenían el defecto de que las ciencias morales y filosóficas eran preferidas a las ciencias prácticas y de aplicación que son las que deben ponernos en aptitud de vencer esta naturaleza selvática que nos domina por todas partes siendo la principal misión de nuestra cultura actual el convertirla y vencerla. La instrucción para ser fecunda a de contraerse a ciencias y arte de aplicación, a cosas practicas, a lenguas vivas, a conocimientos de utilidad material e inmediata .

El plan de instruccion debe multiplicar las escuelas de comercios y de la industria, fundándolas en pueblos mercantiles.

Nuestra juventud debe ser educada en la vida industrial, y para ello ser intruida en las artes y ciencias auxiliares de la industria. El tipo de nuestro hombre sudamericano debe ser el hombre formado para vencer el grande y agobiante enemigo de nuestro progreso: el desierto, el atraso material, la naturaleza bruta y primitiva de nuestro continente.

La industria es el único medio de encaminar la juventud al orden. Es el calmante por excelencia. Ella conduce el bienestar y por la riqueza al orden, y por el orden a la libertad . america debe encaminar su propósito a la industria. Es el gran medio de moralización. Facilitando los medios de vivir, previene el delito.

XIV acción civilizadora de Europa en las repúblicas de sud américa.

Las Repúblicas de la América del Sur son producto y testimonio vivo de la acción de Europa en América. Lo que llamamos América independiente no es más que Europa establecida en América; y nuestra revolución no es otra cosa que la desmembración de un poder europeo en dos mitades, que hoy se manejan por sí mismas.

la América es un descubrimiento europeo. La sacó a luz un navegante genovés, y fomentó el descubrimiento una soberana de España. Cortés, Pizarro, Mendoza, Valdivia, que no nacieron en América, la poblaron de la gente que hoy la posee, que ciertamente no es indígena.

Todas nuestras ciudades importantes recibieron nombres europeos de sus fundadores extranjeros. El nombre mismo de América fue tomado de uno de uno de esos descubridores extranjeros, Américo Vespucio, de Florencia.

Nosotros, los que nos llamamos americanos, no somos otra cosa que europeos nacidos en América.

El indígena nos hace justicia; nos llama españoles hasta el día. El idioma que hablamos es de Europa.

Nuestra religión cristiana ha sido traída a América por los extranjeros. Nuestras leyes antiguas y vigentes fueron dadas por reyes extranjeros, y a favor de ellos tenemos hasta hoy códigos civiles, de comercio y criminales.

En América todo lo que no es europeo es bárbaro: no hay más división que ésta: 1°, el indígena, es decir, el salvaje; 2°, el europeo, es decir, nosotros, los que hemos nacido en América y hablamos español, los que creemos en Jesucristo y no en Pillán (dios de los indígenas).

No hay otra división del hombre americano.Rosas no ha dominado con ganchos, sino con la ciudad. Los principales unitarios fueron hombres del campo por el contrario, los hombres de Rosas fueron educados en las ciudades. La mazorca no se componía de gauchos.

La única subdivisión que admite el hombre americano español es en hombre del litoral y hombre de tierra adentro o mediterráneo. Esta división es real y profunda. El primero es fruto de la acción civilizadora de la Europa de este siglo, que se ejerce por el comercio y por la inmigración, en los pueblos de la costa. El otro es obra de la Europa del siglo XVI, de la Europa del tiempo de la conquista, que se conserva intacto como en un recipiente en los pueblos interiores de nuestro continente, donde lo colocó España, con el objeto de que se conservase así.

Desde el siglo XVI hasta hoy no ha cesado Europa un sólo día de ser el manantial y origen de la civilización de este continente. Bajo el antiguo régimen, Europa desempeñó ese papel por conducto de España. Esta nación nos trajo la última expresión de la Edad Media, y el principio del renacimiento de la civilización en Europa.

Con la revolución americana acabó la acción de la Europa española en este continente; pero tomó su lugar la acción de la Europa anglosajona y francesa. La Europa de estos días no hace otra cosa en América que completar la obra de la Europa de la Edad Media, que se mantiene embrionaria, en la mitad de su formación.

Europa nos ha traído la noción del orden, la ciencia de la libertad, el arte de la riqueza, los principios de la civilización cristiana. Europa, pues, nos ha traído la patria, si agregamos que nos trajo hasta la población, que constituye el personal y el cuerpo de la patria.

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