Las fuentes y sus problemas de interpretación

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También el judaísmo encontró adeptos entre los árabes del sur de la Península y en la región del Hiyaz.

Finalmente también había un importante número de árabes que practicaba el paganismo.

1.5 La figura de Mahoma

Nace en La Meca de una familia de la tribu de Qurays. Su familia sin embargo no era en ese momento de las más potentes dentro de los qurasies.

Era huérfano y quedó bajo la tutela del clan, de su abuelo y de su tío paterno, Abu Talib.

Ejerció como comerciante y parece que llegó hasta Siria, lo que le permitió entrar en contacto con monjes eremitas del desierto, uno de los cuales vio en el joven los signos de un profeta anunciado en las Escrituras.

A los 25 años comenzó a trabajar para una mujer rica llamada Jadiya (que una mujer tuviese una gran fortuna en una sociedad patriarcal es algo difícil de explicar). Mahoma se casa con ella teniendo varios hijos de entre los cuales destaca Fátima.

Acostumbrado a retirarse a una colina a meditar hasta que un día es interrumpido por una visión, donde recibe la primera revelación del Corán.

Él mismo duda en un principio, siendo su mujer quien más lo respalda, segura de que era el Arcángel Gabriel. Además de Jadiya, también su primo Ali y grupos de jóvenes en situaciones económicas complicadas lo creyeron. En cambio encontró pocos seguidores entre las clases poderosas con una oposición cada vez más patente.

Abu Talib, su tío, fue uno de sus apoyos, ya que aunque no se convirtió sí brindó el apoyo de todo su clan. Con la muerte de Abu Talib, la situación de Mahoma empeora, año 619 (también muere su mujer).

1.6 La Hégira

Debido a la situación Mahoma decide abandonar La Meca. En el cercano oasis de Yatrib (Medina o Madinat al-Nabi, ciudad del profeta) existía una tensa situación motivada por disputas internas. Dos tribus enfrentadas: Aws y Jazray. Junto a ellos tres grupos de religión judía: Banu Qurayza, Banu l-Nadir y Banu Qaynuqa. Deciden recurrir a Mahoma para que hiciera de árbitro (también se dice que estas tribus pensaron que era el Mesías anunciado a los judíos).

En Julio del 622 Mahoma emperndió la Hégira (emigración) con buena parte de sus seguidores. Algunos se habían adelantado ya. Todos ellos acabaron por conocerse como Muhayirun (emigrantes). Cierto número de residentes en Medina se convirtió a su religión y dieron hospedaje a los recién llegados; serán conocidos como Ansar (auxiliadores).

A fin de establecer pactos y regular las relaciones entre los diversos grupos se crea la “constitución de Medina”. Une a los partidarios de Mahoma y a los medinenses en una nueva confederación tribal (con cierta independencia entre sí) llamada Umma (comunidad), bien diferenciada del resto de grupos existentes en Arabia. Esta comunidad acoge y da protección a cualquier persona que se convierta en musulmán. Los judíos de Medina, por su parte, aportan para los gastos de guerra, pero mantienen su propia religión. A Allah y a Mahoma es a quien hay que referir las posibles querellas entre los miembros de la comunidad.

Finalmente la constitución consagra el carácter inviolable de Medina, declarándola lugar sagrado (haram).

Mahoma comienza su ajuste de cuentas con los mequenses. Grupos de muhayirun atacan las caravanas de esta ciudad. El botín permitió al Profeta ganar adeptos para nuevas campañas.

Así en el 624, Mahoma decidió atacar una gran caravana procedente de Gaza, en la que los principales Qurasies tenían riquezas invertidas. Los mequenses fueron advertidos y enviaron un ejército de apoyo, al que Mahoma vence en Badr.

Tras este triunfo afianza su posición y tiene lugar el primer enfrentamiento contra los judíos de Medina. Parece que Mahoma empieza a presionar con más fuerza para que se conviertan. El clan judío de los Banu Qaynuqa es expulsado de Medina y sus propiedades confiscadas.

En 625 un ejército mequense se dirige contra Medina (por aquél episodio de la caravana), se baten en la colina de Uhud, con los mequenses al mando del general Jalid b. al-Walid . Estos vencen a los musulmanes, pero se retiran sin conquistar Medina.

Este revés pone en alerta a Mahoma que se sabe inferior en fuerza a los mequenses. Por ello intenta ganarse a diversos grupos tribales del Hiyaz hasta ahora neutrales. Además esta derrota agudizó los recelos contra aquellos que no prestaban su apoyo a los musulmanes. Otra tribu de judíos, los Banu-l-Nadir es expulsada.

Los mequenses intentan asestar el golpe final, pero tras una táctica acertada de Mahoma, desisten, marcando el principio del fin de la supremacía mequense.

A su vez, el último grupo judío, los Banu Qurayza, fue exterminado.

En el 628 Mahoma realiza una expedición a La Meca en son de paz y se llega a un pacto con los qurasíes, el conocido como pacto de al-Hudaybiyya= tregua de diezaños y permiso a Mahoma para realizar el peregrinaje al santuario al año siguiente. Los mequenses abandonarían su ciudad durante tres días para que los musulmanes no fuesen molestados durante su visita al santuario.

Entre tanto, algunos miembros destacados como Jalid b. al-Walid se pasan a las filas musulmanas. Mahoma en el 629, después del peregrinaje acordado, con una expedición de 10.000 hombres se presenta en La Meca y la ciudad se rinde, haciendo el profeta su entrada triunfal. La ka’ba fue limpiada de todos los ídolos y sólo quedó la piedra negra como objeto de culto.

Los Qurasíes fueron perdonados y pasaron a convertirse en piezas fundamentales.

Los dos últimos años de su vida, Mahoma se dedicó a extender el poder musulmán por toda la Península Arábiga. Tras la victoria contra los árabes en la batalla de Hunayn (630) se consagra el poder de Mahoma en El Hiyaz, además se suceden una serie de sumisiones por parte de las tribus árabes que coincide con un momento de decadencia del imperio Sasánida y un debilitamiento de su posición en la península. Las tribus del interior y sur de Arabia comienzan a mandar delegaciones al Hiyaz para llegar a pactos de no agresión y a cambio reconocer a Mahoma como enviado de Allah. En algunos casos incluso remiten una contribución a Medina en concepto de limosna (sadaqa).

Mahoma consigue por tanto hacer reconocer su autoridad y la de su Dios en buena