Las teorías Políticas y Jurídicas de la Roma Esclavista
Enviado por tolero • 4 de Marzo de 2018 • 3.634 Palabras (15 Páginas) • 2.249 Visitas
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Se agudizaron las relaciones mutuas entre los romanos y los pueblos por ellos sometidos, con respecto a los cuales se realizaba la política de “dividir para gobernar” (Divide et impera).
La estructura estatal de Roma, adaptada a la comunidad urbana y exaltada por el historiador griego Polibio como modelo de forma mixta y armónica de gobierno, se fue quebrantando en la tormenta de la guerra civil.
Al caracterizar la lucha de los esclavos contra sus opresores, V. I. Lenin hace notar que éstos “se sublevaban, organizaban rebeliones, emprendían guerras civiles, pero nunca podían crear una mayoría consciente capaz de dirigir la lucha de los partidos, no podían comprender claramente hacia qué objetivo marchaban, e incluso en los momentos más revolucionarios de la historia siempre resultaron ser juguetes en manos de las clases dominantes”.
En el siglo I a. de c., las contradicciones ya mencionadas se habían acentuado aún más, lo cual halla su expresión en las concepciones políticas y jurídicas de Cicerón, Salustio y otros, y en las reivindicaciones programáticas de los jefes de los propietarios urbanos, Catilina y otros, y también en los de los esclavos (Espartaco).
Las concepciones de Cicerón, famoso orador y estadista romano (años 106-43 a. de c.), están expuestas en forma sistemática en sus tres obras: del Estado, de las Leyes y de los Deberes.
Su teoría relativa al Estado y el derecho no se distingue por su originalidad y representa una unión ecléctica de las ideas de Platón, Aristóteles, Polibio y los estoicos. Pero su sistema de concepciones tiene interés por cuanto traduce en forma precisa los ideales y el estado de ánimo del sector aristocrático de los esclavistas romanos.
En la teoría de Cicerón sobre las clases y los sectores sociales se manifiesta con especial nitidez la ideología de la nobleza esclavista romana.
Toda su simpatía se vuelca hacia los optimates, la nobleza y los grandes terratenientes.
Estos, a su juicio, constituyen el sector más honorable de la sociedad, ya que, se dedican a una labor ventajosa, agradable, y la más digna de un hombre mundano.
Cicerón define el Estado como cosa del pueblo (res pública). Pero no considera pueblo a toda concentración o multitud. Este, a su juicio, sólo lo constituye una unión de personas basada en la comunidad de derechos y en la utilidad común. Sin embargo, él mismo pone al descubierto la esencia de clase de su concepción relativa al Estado, al afirmar que el objetivo de todo Estado es el de proteger los intereses patrimoniales, y que la defensa de la propiedad privada es el primer deber del poder.
Su afirmación de que el Estado se basa en la idea de la justicia y que ésta no existe donde el poder se basa en la arbitrariedad y la violencia, resultó hipócrita, pues sus actos, cuando llegó al poder, contradijeron abiertamente las concepciones que había postulado. Por sentencia propia, sin intervención de tribunales, fueron decapitados los partidarios de Catilina que estaban en la prisión.
En la solución del problema relativo a las formas del Estado, sostenía las posiciones de Polibio; dio preferencia a la forma mixta y, de manera un tanto imprecisa, se pronunció por la implantación de una dictadura militar.
Declaró categóricamente que si las leyes que rigen en un Estado determinado contradicen a la justicia, no son tales leyes.
La concepción idealista y metafísica de Cicerón lo lleva a un callejón sin salida.
Estimaba como derecho solamente lo que responde a la idea de justicia, y lo confundió con la moral, e incluso con las leyes naturales.
La teoría de Cicerón sobre el Estado y el derecho refleja, por lo tanto, de manera relevante, las agudas contradicciones de la sociedad esclavista romana y representa el arma ideológica de la aristocracia en su lucha contra las masas populares.
- Las teorías políticas y jurídicas de la antigua Roma durante el período de la crisis de la sociedad esclavista (siglos I al III).
La agravación de las contradicciones de clase en la sociedad esclavista romana durante los siglos I al III, provocó una crisis del régimen republicano e indujo a la parte predominante de los esclavistas a buscar una salida con la implantación de una dictadura militar directa, a fin de mantener el dominio sobre los esclavos y las masas de libres empobrecidos. La mayoría de los esclavistas estaba incluso dispuesta a renunciar a su propia libertad política y a aceptar el establecimiento de una dictadura militar en forma de monarquía. Pero, dado que entre esta nobleza no había unidad, y. como temía provocar el descontento de las masas trabajadoras, se fue estableciendo paulatinamente en Roma un nuevo régimen de Estado, denominado Principado. Este era prácticamente una monarquía revestida de apariencia republicana, que existió desde los siglos I al III. En ese período tuvieron lugar en la sociedad esclavista romana sustanciales modificaciones en la actividad económica y en la estructura de clase.
Durante los siglos I y III, el Estado romano llegó a ser una poderosa potencia integrada por vastos territorios. El Imperio romano se consideraba por aquel entonces un Estado mundial. Ese período se caracteriza por un amplio desarrollo del comercio y de las vías de comunicación, por un crecimiento de las ciudades y por la penetración de la cultura romana en las regiones más alejadas de Roma.
Al mismo tiempo, y a partir del siglo I, se inicia una crisis en la economía de la sociedad esclavista. La explotación de los esclavos llegó a ser desventajosa para los esclavistas, quienes comenzaron a entregar parcelas de tierra a los colonos, a cambio de su compromiso de cumplir determinadas obligaciones.
La población del Imperio romano, hizo notar Engels, se fue dividiendo cada vez más en tres clases, integradas por las más variadas nacionalidades y elementos. Ocupaban la posición dominante los pudientes, entre los cuales había no pocos libertos, grandes terratenientes y usureros, o unos y otros a la 'vez. En los peldaños inferiores de la escala social estaban los desposeídos libres y, finalmente, la inmensa masa de esclavos.
Señala Engels que las dos primeras clases mencionadas carecían de derechos frente al Estado, o sea, al Emperador, como los esclavos con respecto a sus señores. La crisis del régimen esclavista provocó la apatía y la desmoralización generales entre los representantes de la clase
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