Lo que realmente quiere el tío Sam. Los objetivos principales de la política exterior estadounidense.

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Lo que se buscaba básicamente era la estabilidad de la clase alta y las grandes empresas internacionales.

Se ayudó a restaurar al enemigo, Japón, pero bajo el dominio propio, y se le permitió que hicieran un control sobre los mismos territorios que habían dominado antes de terminar la guerra, se le permitió industrializarse siempre y cuando se controlaran las importaciones de petróleo, siendo éste un bloque económico, el segundo fue Alemania, y el tercer bloque fueron los Estados Unidos, se incluyeron a Canadá y a México en sus dominios con Tratados de Libre Comercio.

A Estados Unidos poco parece preocuparle el trato en países latinoamericanos hacia los habitantes, pues los derechos humanos no figuran entre sus objetivos a cumplir. Se les permitió aumentar las exportaciones para disminuir su consumo, generando un “milagro económico” que termina haciendo pasar hambre a la mayoría de la población. Cualquier oposición sería reprimida con las fuerzas policiales, en caso de ser una insubordinación de mayores proporciones, se usa al ejército. Si ya no se puede controlar al ejército, se opta por derrocar al gobierno en turno. Un ejemplo de ello es el de Brasil en 1964, donde apoyaron un golpe de estado, al tiempo que se instituía un régimen militar neonazi con torturas y represión. De igual forma en Chile y Argentina se dan periodos muy sangrientos entre los ’60 y los ’80.

Pasado un tiempo se instauran mecanismos de control mediante el Fondo Monetario Internacional al otorgar préstamos al Tercer Mundo.

La situación es difícil en América Latina, pues de los ’70 en adelante se asesinaron 200.000 personas con apoyo de las fuerzas militares. En el país salvadoreño la situación se tornó escalofriante, ya que se entrenaron ejércitos locales para que hicieran el trabajo sucio, realizando masacres dignas de películas de terror más aterrorizantes, todo a raíz de que se empezaron a unir las personas para ayudarse entre ellas, con apoyo de la Iglesia. Todo esto fue de poca importancia para los medios de comunicación masivos, donde no se ocupaban más de dos líneas para los hechos ocurridos, por considerarse de escasa importancia.

A pesar de todos los recursos enviados a Nicaragua para sofocar los movimientos que se estaban gestando, no se logró crear un movimiento fuerte para cumplir sus objetivos. Por lo tanto se vió un esfuerzo por mejorar la calidad de vida de los habitantes, invirtiendo en temas como la educación, salud y agricultura en familias pobres. Se le describió como el primer gobierno que se dedica a su pueblo en Nicaragua.

La situación en Guatemala no era muy diferente, las políticas económicas implementadas por el gobierno estaban haciendo mejorar las condiciones de la población en general. La intervención no se hizo esperar, y se colaboró en hacer un golpe de estado, se asesinaron y torturaron a decenas de miles de personas, y se hicieron explotar edificios de prensa.

En Panamá, Omar Torrijos, quien poseía nexos con el narcotráfico, fue electo presidente, y fue aliado de la CIA por muchos años, hasta que dejó de robar a los pobres y trató de meterse con la clase empresarial del país, siendo después que se le juzgara y se le destituyera, no sin antes aplicar fuertes sanciones económicas al país entero, haciendo pasar hambre a miles de personas, aunado al asesinato de tantas personas que por su escasa importancia nadie tuvo la pericia de contar. Posteriormente, mediante el fraude electoral se impuso un gobernante aliado de los intereses del tío Sam, que sería validado por el jefe de Estado que iría a “comprobar la legalidad de las elecciones”. Ningún medio criticó el fraude electoral. En 1989 de igual forma se robaron las elecciones.

En Honduras, a pesar de no haber terrorismo de estado, habían grupos entrenados por la CIA que perpetraban los más horrendos crímenes contra la humanidad.

Así mismo, las guerras en Indochina siguen el mismo patrón en 1948, pues en Vietnam surgió un movimiento que no apoyaba a la oligarquía ni favorecía a los intereses empresariales. De inmediato había que destruir ese virus que podía contagiarse por toda la región. Si los militares locales no sofocaban el virus, se tienen que usar las tropas propias. Fue durante el gobierno de Kennedy que se pasó del terrorismo de estado a la intervención directa.

En Indonesia se dio también una masacre de cerca de 700.000 personas para asegurar la “victoria de los Estados Unidos”.

En 1975 que terminó la guerra de Vietnam, se maximizó el grado de crueldad y sufrimiento hacia los países ya devastados. No hubo grado de violencia que pareciera sádico para Washington.

Contrario a lo que se piensa, el objetivo se logró en Vietnam, pues el país se derrumbó. En 1991 hubo protestas contra el bloqueo económico a Vietnam.

Cuando Irak invadió Kuwait en 1990, la reacción por parte de la ONU y de Estados Unidos fue increíblemente veloz y enérgica, a pesar de no llegarle ni a los talones a las atrocidades cometidas por los propios estadounidenses, tal como el genocidio en Indonesia, donde un cuarto de la población fue exterminada, ni el mismísimo Hitler habría logrado tales proporciones.

Las sanciones económicas en Irak no tuvieron tiempo para surtir efecto, pues inmediatamente ya se habían enviado más de quinientas mil tropas al Oriente Medio, todo esto para proteger a Kuwait. No hubo casi intervención diplomática, pues sólo se hizo la oferta de la retirada total de Irak o se bombardearía el país. Lo que realmente importaban eras las reservas petroleras para si mismos y su cliente, Gran Bretaña.

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