Matias Ramon Mella

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Convocó e hizo posible una alianza entre los trinitarios y los reformistas haitianos que combatían con Boyer. Esto trajo como consecuencia, el 16 de enero de 1844, que se firmara el acta de separación, que proclamó la necesidad de separarse de la opresión haitiana y oficializó la unión de liberales y conservadores.

Entre los méritos de Mella destacamos: haber sido de los pioneros en la lucha independentista, uno de los fundadores de la Republica, defensor de la soberanía nacional durante la guerra dominico-haitiana y la guerra restauradora y Duartista y nacionalista a carta cabal.

El 24 de julio de 1844, la Junta Central Gubernativa dicto un decreto a manera de Electoral, que convocaba a los pueblos a elegir los miembros de la Asamblea Constituyente que debía redactar la nueva constitución de la Republica.

La Junta Central era un cuerpo colegiado de 11 miembros que asumieron el poder hasta que se formó la constitución del Estado. Su primera función fue la de conducir la guerra y dicto medidas urgentes para poner a funciona la maquinaria gubernamental (recaudar impuestos, informar a las potencias extranjeras la existencia de la nueva república…)

En julio de 1844 Pedro Santana es proclamado jefe supremo de la Republica. Este estaba a favor de la anexión a España, a lo cual Mella de declaro opuesto. Fue deportado del país por Santana.

Mella regresó al país en 1848 amparado en la amnistía del presidente Manuel Jiménez y se unió a los conservadores liderados por Pedro Santana, hasta que en 1861, ya ante la eminente anexión a España, se adhirió a los restauradores.

Aquí fue donde Mella logro sus más altos logros militares. Así mismo su hijo Idelfonso Mella Brea y su hermano también combatieron en la batalla.

Mella se desempeñaba como vicepresidente de la República Dominicana cuando, en pleno Grito de Capotillo, enfermó de disentería. Poco antes de morir pidió que sus restos fueran envueltos en la Bandera Nacional y pronunció estas palabras: “Aún hay patria, viva la República Dominicana”.

Murió el 4 de junio de 1864, en extrema pobreza, en una pequeña casa cercana a la Fortaleza San Luis, en Santiago, siendo enterrado cubierto por la bandera dominicana como fuera su deseo. Sus restos se encuentran, junto a los de Duarte y Sánchez, en el Altar de la Patria.