Educación holista: un enfoque a la formación profesional integral basado en el modelo educativo del Dr. Ramón Gallegos

...

como una forma de vida bajo el principio de que hay suficiente para todos, si todos aceptamos vivir con lo suficiente. (Gallegos, R. 2008 a)

El cuarto pilar de la educación holista es aprender a ser, ese aprendizaje nos lleva directamente al corazón de la educación holista: la espiritualidad. La espiritualidad en un contexto holista es una experiencia directa, inmediata e interior de lo sagrado, es independiente de instituciones, creencias, mitos y dogmas.

Aprender a ser significa entrar a la espiritualidad, establecer un orden interno, dentro de nosotros, establecer la relación con el potencial ilimitado que es el fundamento de nuestra vida, entender que en cada uno de nosotros hay un potencial de sabiduría pero que necesitamos ponerle atención y eso nos lleva al campo de aprender a ser, que está más allá de lo que son las emociones, los sentimientos y los pensamientos.

En este cuarto pilar encontramos valores como la interdependencia, la cooperación, la confianza, la fraternidad, la concordia, la paz, el amor universal, la compasión, la generosidad, la fraternidad relacionada con el valor de conservar la paz, la responsabilidad como la capacidad de responder de manera correcta e inteligente a los retos que tenemos. Aprender a ser es abrirnos a la compasión universal, es reconocer nuestra verdadera naturaleza, percatarnos que somos seres espirituales. (Gallegos, R. 2008 a).

iii. Necesidad de cambio de paradigma educativo

La Humanidad ha transitado por tres cambios de paradigma: el primero fue durante la prehistoria, cuando el ser humano dejo la vida nómada para establecer la sociedad agrícola sedentaria, el segundo durante la edad media con el descubrimiento de las Leyes de la Física mecánica, con Newton, Descartes y Bacon como principales exponentes, dando inicio a la Era Industrial, cuyo pensamiento fragmentario, reduccionista y mecanicista ha predominando hasta mediados del siglo XX.

Después de tres siglos de predominancia del Paradigma Mecanicista, es evidente la necesidad de cambiar de rumbo, estamos presenciando y transitando hacia el tercer cambio hacia el Paradigma Holista (Gallegos, 2001) que surge de la visión holista para dar una respuesta inteligente a los retos fundamentales de la humanidad
Los principios de la filosofía perenne centrados en la conciencia humana y su interdependencia con todos los seres y el universo, definen el significado y misión de la educación holista.

La filosofía perenne se refiere a la sabiduría espiritual que está presente en todas las religiones o creencias, pero se refiere a la espiritualidad genuina y laica. Se basa en verdades eternas, y Ken Wilbert señala los puntos básicos (citado por Gallegos 2003):

- El espíritu existe, Dios existe 


- El espíritu está dentro de nosotros 


- No nos percatamos del espíritu porque estamos dormidos 


- Hay una salida para este estado de inconsciencia 


- Si la seguimos llegamos al renacimiento, iluminación 


- Esta experiencia marca el final del sufrimiento 


- El final del sufrimiento conduce a la autocompasión hacia todos los seres

Estos principios básicos de la filosofía perenne fundamentan la educación holista, por lo tanto, en su sentido más profundo, la educación holista es una práctica espiritual orientada a fomentar la evolución de la conciencia a su nivel superior que es la espiritualidad, y permite reconectar la mente y el corazón a través del camino espiritual centrado en el Amor Universal que conduce a la realización del Ser Humano (Gallegos, 2003)

La educación holista nos enseña a vivir en armonía con el universo, paz interior y felicidad a partir del desarrollo de la Inteligencia Espiritual. Es la pedagogía para comprender las verdades eternas al contemplar el mundo con el ojo del espíritu.

El Ser es espíritu puro que transita por la experiencia humana que es el camino a la iluminación al recordar su esencia divina y por el amor universal en acción desarrollar la compasión por todos los seres. Para la filosofía perenne, el ser humano se integra como Unidad en la Trilogía cuerpo-mente-espíritu, cuya esencia espiritual inherente es: Verdad- Conciencia- Felicidad. La experiencia de la verdad despierta la conciencia al conocimiento la felicidad (Gallegos, 2003)

Muchas generaciones se han visto beneficiadas con la educación mecanicista, sin embargo, esta forma educativa vigente hoy en día, queda corta. Egresados que hacen de todo menos ejercer su profesión, seres humanos en búsqueda de “algo” que no saben que es, una sociedad cada día más violenta y muy deshumanizada; empresarios y emprendedores que siguen buscando sus satisfacciones personales, el enriquecimiento, ya sea de manera legal o ilegal, el poder que engrandezca sus egos a costa de multitudes.

Hasta el día de hoy son muchos docentes en muchas Universidades que, o bien, se siguen preocupando por mejorar su materia, dejando de lado las necesidades del alumnado y la interrelación de la disciplina que enseñan con el conjunto del programa educativo y la vida profesional, o bien se preocupan más por caerles bien a los alumnos, dejando de lado la enseñanza y el desarrollo adecuado de los conocimientos requeridos para poder desempeñarse profesionalmente además de ayudarlos a convertirse en ciudadanos del mundo.

Solo la educación debidamente guiada podrá poner fin al sufrimiento humano, aquel que surge de falsas percepciones. Solo la debida educación, aquella que nos desarrolle de manera integral podrá hacer que en un futuro no muy lejano, las sociedades sustentables empiecen a proliferar en todo el globo terráqueo.

La educación holista “favorece el despertar de la inteligencia y el despliegue de la belleza del alma” (Gallegos Nava, 2001a, pág. 45) Y justo eso es lo que esta sociedad necesita. Seres más inteligentes y menos intelectuales, más bellos de manera interna, no externa.

Tenemos la solución en nuestras manos. Contamos con las condiciones sociales, económicas y políticas que permiten el surgimiento de este nuevo paradigma educativo propuesto por Ramón Gallegos Nava.

En él se reúne el saber antiguo, los conceptos modernos, las necesidades actuales, las búsquedas espirituales, el desarrollo multidisciplinario del ser humano para poder lograr un estado más completo, más pleno y feliz.

Es una pedagogía de amor universal que transforma consciencias, a través de fomentar el autoconocimiento y el conocimiento