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Movimiento 68 Formas de organización y lucha generadas por el Movimiento estudiantil de 1968

Enviado por   •  21 de Diciembre de 2017  •  2.312 Palabras (10 Páginas)  •  495 Visitas

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las demandas conectaban con ciertos sectores de trabajadores en realidad este programa carecía de visión política, las consignas eran meramente reformistas y en ningún momento se incluyeron demandas que pudiesen sumar a otros sectores a la lucha, principalmente a los trabajadores. Además ninguna de estas consignas llamaba a romper los marcos de la democracia burguesa. Este fue uno de los puntos más vulnerables del movimiento, el querer solo el apoyo de los trabajadores encerró a la lucha en un callejón sin salida. Si por el contrario se hubieran sumado las demandas mas sentidas de los trabajadores estos se hubieran contagiado del ánimo de la juventud y la lucha hubiera trascendido del sector estudiantil para convertirse en un movimiento de los explotados contra el gobierno.

Otro punto que es importante rescatar en el debate con respecto al programa es el siguiente; si bien las libertades democráticas eran necesarias las estructuras encargadas de poder permitir esta apertura eran totalmente represoras, cerradas y despóticas, a pesar de ello el problema es más de fondo todavía; como hemos explicado, el Estado, esa súper estructura encargada de hacer respetar los privilegios de una clase, no es un árbitro entre las clases, mucho menos en el momento en que estas están en pugna. Era de esperarse que al exigir la desaparición del cuerpo de granaderos o leyes que hablaban del domino de los explotadores se cuestionaran las razones de existir del mismo Estado.

Estas consignas en realidad lo que pedían era más apertura democrática, sin embargo cuestionaban la existencia de la máquina represora en el poder. Si no se comprende esto no comprenderemos que el movimiento estaba encerrado en un callejón sin salida porque mientras que no hacia un llamado serio a los demás sectores de los explotados, principalmente a los trabajadores, y llamaba conscientemente a la necesidad de derrocar al régimen, sus consignas si lo hacían. Desde nuestro punto de vista este fue uno de los factores más importantes para la derrota del movimiento, el segundo y tal vez de mayor importancia, es que no se logró atraer a los trabajadores como protagonistas principales de la lucha.

Esto lo comprendían algunos miembros del CNH que comenzaron desde mediados del mes de agosto a agitar por la vinculación del movimiento estudiantil al de los trabajadores, querían ampliar el pliego petitorio y así romper el aislamiento que el gobierno quería cernir sobre ellos. Sin embargo, en este primer momento, la dirección del CNH la tenía el bloque de centro-derecha, la cual pugnaba porque el conflicto se redujera al respeto de la autonomía reiterando que la lucha era sólo de los estudiantes. A la cabeza de ésta ala se encontraba el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, profesores de varias escuelas de la UNAM y el Poli, y estudiantes que, aunque honestos, por su corta experiencia en la lucha no habían sacado las conclusiones necesarias.

El primero de agosto el rector de la Universidad, Javier Barros Sierra, encabezó una movilización de aproximadamente 100 mil personas por la muerte de la autonomía universitaria; para el 5 de ese mes salió otra manifestación respetable, en esta ocasión solo marchaban de forma organizada contingentes del Poli; y para el 13 de agosto la manifestación llenó totalmente el Zócalo de la Ciudad de México.

Eran los momentos de más empuje, miles de jóvenes se foguearon bajo este ambiente de lucha, los trabajadores comenzaban a lanzar miradas de simpatía al movimiento estudiantil, las manifestaciones venían a más y el gobierno parecía que extendía una posibilidad para el diálogo público demandado por el movimiento. Por un pequeño episodio de tiempo se podría decir que el gobierno dejó de reprimir tan brutalmente. El secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, leyó, ante la prensa, una declaración: “El gobierno de la república expresa su mejor disposición de recibir a los representantes de los maestros y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Politécnico Nacional y de otros centros educativos vinculados al problema existente, para cambiar impresiones con ellos y conocer en forma directa las demandas que formulen y las sugerencias que hagan, a fin de resolver en definitiva el conflicto... Estimamos que un diálogo franco y sereno desembocará en el esclarecimiento de los orígenes y el desarrollo de este lamentable problema, muchos de cuyos aspectos todavía aparecen confusos o contradictorios... El Poder Ejecutivo Federal considera deseable la unidad estudiantil y que tanto los maestros como los estudiantes designen con libertad a quienes los representen, apartándose de factores ajenos, en el intercambio de ideas que han propuesto por medios indirectos..."

No obstante, los estudiantes tenían una urgencia muy importante dar una respuesta masiva a la desinformación que el gobierno vertía a partir de los medios de comunicación oficiales.

Es por estas fechas cuando se constituye la Coalición de Profesores de Enseñanza Media y Superior Pro Libertades Democráticas con la representación de los profesores de todas las escuelas del IPN y de la mayoría de las escuelas y facultades de la UNAM. La coalición hace suyos los 6 puntos del pliego petitorio del CNH y acuerda sumarse a la huelga general decretada por el movimiento estudiantil. A partir de este momento se incrementó el apoyo al movimiento estudiantil por diferentes sectores fuera del ámbito universitario.

Las brigadas estudiantiles salieron a las calles de forma increíble, eran miles de personas que realizaban asambleas relámpago, brigadeos a puertas de fábrica o mercados, realizaban pintas en el transporte público y daban una campaña sistemática de información además de que invitaban a las manifestaciones. Estas acciones representaron la expresión máxima de cohesión e ingenio de los hijos de los trabajadores. El campo de intervención no se reducían al DF, estas brigadas salieron a los estados para explicar el conflicto e invitar a las universidades a sumarse a la lucha.

El ingenio y la espontaneidad eran la sabia de estas brigadas, no solo se convirtieron en una parte de la estructura de la lucha sino que fueron el vínculo más importante con los trabajadores: “Por debajo del CNH, se agrupaban “el Comité Coordinador o Comité Central de cada institución de enseñanza”, que tenia un representante o delegado en el CNH y dirigía la lucha estudiantil en su sector. Las escuelas o Facultades se regían por Asambleas Permanentes de alumnos y Comités de Huelga o de Lucha de cada una de ellas, estructurados a semejanza del CNH, en comisiones de propaganda, brigadas políticas, finanzas, etc. Los miembros de los Comités de cada centro académicos

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