Muerte en el nilo.

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Asimismo el Nilo se convirtió en un hilo conductor de la expansión del imperio egipcio. Por eso los egipcios aprovecharon el caudal para transportarse y comunicar las ciudades y pueblos del alto y bajo Egipto por medio de barcos.

Agatha Christie Nació el 15 de septiembre de 1891 en Torquay (Gran Bretaña). Durante un viaje por Oriente Próximo, se encontró con el prestigioso arqueólogo inglés Max Mallowan. Se unieron en matrimonio ese año, y desde entonces acompañó a su marido en sus visitas anuales a Irak y Siria. Utilizó estos viajes que sirvieron como material para su novela, Muerte en el Nilo (1937). Teniendo en cuenta el momento histórico en el que escribe su novela, momento del siglo XIX donde se despertó un gran interés por regiones egipcias. Según Murphy se produjo una revolución lexicográfica y filológica “los relatos de viajeros, mercaderes y diplomáticos describieron las diferencias, con una mirada occidental y se incorpora el literato”.[11] El surgimiento de un nuevo género, la novela y en particular lo colonial promueve la búsqueda de material exótico.

El viaje tiene la particularidad de combinar el movimiento y las miradas; las imágenes que se transmiten en los relatos testimonian la realidad y el éxtasis que provoca ver esos monumentos enigmáticos, las ruinas de las ciudades y templos vacios, que a su vez se mesclan con las anécdotas sobre lo desconocido. Estas narraciones de los viajeros se ubican espacialmente en la escena del no-lugar y su relación con el “otro”, que en la escenificación es espectacularizado. Esa visión heterogénea fue la que se transmitió a una Europa imperialista y colonial.[12] Los relatos de los viajes en diferentes tiempos y espacios ofrecen testimonio del contacto de los “otros” y pone de manifiesto esa heterogeneidad de relaciones que se desplazan entre los polos de la aceptación y negación. El viajero se instituye en un intermediario entre culturas diferentes.[13]

Al observar y analizar registros escritos sobre la visión del mundo conocido en la antigüedad, se manifiesta un marcado sentido de etnocentrismo, Goody[14]plantea que todo ser humano tiene el sentimiento de superioridad étnica que no impide la existencia de sentimientos de inferioridad.

Lo imaginario, lo simbólico y el rito impone su marca en los lugares a los cuales visito Agatha Christie, quien fue toda su vida una viajera incansable. Esta novelas ofrece una trama interesante, ya que con el contexto cultural de Egipto, la escritora descubre los personajes en relación con el “modus vivendis” del país y lo refleja en sus descripciones. Un ejemplo de ello son los templos que menciona. Los templos egipcios, estaban dedicados a un sinfín de deidades y faraones, se encontraban distribuidos por todo el alto y bajo Egipto. En ellos encontramos altos y bajo relieves, así como jeroglíficos y esculturas, dedicadas a dioses, faraones y otros simbolismos religiosos. Los personajes de la novela visitan varios lugares históricos uno de ellos fue el Karnak, donde Linnet propone permanecer diez días “el vapor Karnak saldrá de shallal”.[15] El karnak, En realidad, es un complejo de templos, el más grande de todo Egipto. Situado en la ribera oriental del Nilo, junto a Luxor. Durante siglos fue el más influyente centro religioso egipcio. El templo principal, estaba dedicado al dios Amón, pero como en el resto de templos egipcios, se veneraban también a otras muchas deidades. Los templos egipcios, eran lugares de culto a los dioses y faraones del antiguo Egipto. Los templos eran también vistos como el hogar de los dioses y los faraones a los que estaban dedicados y el pueblo acudía a los mismos a realizar ofrendas y realizar los rituales propios de la religión egipcia. Las tumbas representaba la conexión de la vida terrenal con la vida espiritual, razón por la cual se tomaba con gran importancia rituales fúnebres Según Assmann [16]lo importante era el KA que era la representación estatutaria del difunto y el BA representado como un ave que sobrevolaba la tumba. Lo vemos con la tumba 100 de Hieracompolis[17]donde se encontraron armas y alimentos, ya que existía la creencia de que el difunto los necesitaría “en la otra vida”.

Otra expedición que hicieron fue a File,” Simón Doyle y Linnet Ridgeway salieron para su expedición a File alrededor de las once de la mañana”[18]. File, era una isla a unos once kilómetros de Asuán, famosa por sus templos, erigidos en la época ptolemaica y dedicados al culto de la diosa Isis. El Templo de Isis, es la más antiguas estructuras de culto en File estas datan de la dinastía 25ava.[19]

“el vapor llego al día siguiente, de madrugada, a Es-Sebua (...) y ahora esta excursión maravillosa a Wadi Halfa”.[20] El templo de Wadi es-Sebua. Este templo fue construido por Ramsés II y se dedicó al Dios Amón y Ra-Horakhty, junto con el faraón divinizado Ramsés II mismo. El faraón dedica a sus prisioneros libios como mano de obra, para construir este templo; quien capturó después de la guerra contra los invasores de Libia.[21]

Otra visita importante que hicieron es al gran templo de Ramsés. Ramsés II es uno de los faraones más célebres de Egipto. Fue el tercer faraón de la Dinastía XIX de Egipto. Es uno de los faraones más importantes en la historia del arte debido a la gran cantidad de vestigios encontrados (y que aún hoy se conservan) correspondientes a su reinado. Descrito como un astuto y gran guerrero, se le atribuyen multitud de batalla, Entre las batallas que se destacan, es la Batalla de Qadesh, en la cual Ramsés lucho contra los hititas.[22] El templo de Ramsés II fue construido en honor a los dioses Ra, Amón y Ptah, pero realmente Ramsés tuvo más intenciones. En primer lugar, construyó un templo de tal magnitud buscando encumbrar su propia figura a la altura de los propios dioses egipcios. Centrándonos en el santuario, se nos presenta ante nosotros cuatro esculturas sedentes, que al igual que los colosos, han sido talladas en la roca. Los representados son: Ptah, conocido como el señor de la magia o señor de la oscuridad. Amón-Ra, considerado un dios omnipresente en todas las cosas. Ramsés II divinizado, como hemos dicho, además de que mandó construir el "Templo de Ramsés II", se hizo encarnar a modo de dios, de acuerdo a esto Frankfort[23]nos dice que el faraón no era un mortal sino un dios, tenía una esencia divina y era considerado un dios encarnado. Tras visitar este templo ocurre algo Transcendental “un trozo de roca enorme se estrello con horrido estampido sobre la que ellos ocupaban dos segundos antes. Si Linnet se hubiera quedado donde estaba, habría sido reducida a trozos”.[24]

Mistress Allerton dijo: “Empecemos Por las pirámides, bloques gigantes