Origen del domingo de las tablas

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Después de los movimientos sísmicos que se dieron al finalizar el año 1,913, el sacerdote Ceferino Arrue visitaba con bastante frecuencia el caserío de La Teta para predicar y aconsejaba a sus habitantes para que consiguieran un Santo Patrono ya que se hacía necesario y de paso recomendaba la conveniencia de cambiarle el nombre al pueblo. En ese tiempo estaba de maestra en el lugar la señorita Carmen Guadalupe (Guaya) Peñafiel quien asesorada pro el cura Párroco de Las Tablas el Presbítero Ceferino Arrue y Broce se convirtió en una gran propulsora de la fe católica y del cambio del nombre que tenía el pueblo, La Teta.

En esos tiempos el señor Pedro “Alcántaro” Vergara asistía con bastante frecuencia a la Parroquia Santa Librada en la ciudad de Las Tablas para participar de la Santa Misa y como fiel católico era convencido de que su querido pueblo La Teta necesitaba un Santo Patrono. Cierto día después de escuchada la Santa Misa, se acercó al Cura Párroco de la Iglesia Santa Librada y le contó lo que estaba pensando y el cura muy emocionado le permitió mirar en la sacristía los Santos que tenían guardados en élla y después de observar por un buen tiempo, le llamo poderosamente la atención la imagen de un santo chico que había debajo de una mesa; lo cogió, lo limpió y enseñándoselo al Presbítero Arrue y Broce le dijo que ese era el Santo que más le gustaba para su comunidad. Cuando el Padre Arrue lo miró cuidadosamente le dijo que ese santo era nada menos que Santo Domingo de Guzmán y que con mucho gusto él se lo regalaba al nuevo corregimiento de la Teta.

Pedro “Alcántaro” salió muy ufano con el santo de la iglesia, pero antes de abandonar el poblado de Las Tablas le salieron al encuentro los señores Pedro Díaz y Francisco (Chico) Díaz, quienes con amenazas le quitaron el santo con el pretexto de que no había pagado y que el Padre Ceferino Arrue no tenía autoridad para regalar lo que no era de él, agregándole que sin no se los entregaba sería acusado de robar el santo a la Iglesia de Santa Librada. El señor Pedro “Alcántaro” regresó y le contó todo lo sucedido al Padre Arrue y éste muy apenado y dolorido, después de pedir perdón a Dios y a la Virgen Santa Librada prometió comprarla, como en efecto lo hizo y así cumplió con la promesa hecha al pueblo de La Teta de regalarle el Santo Patrón, Santo Domingo de Guzmán.

Días después el señor Pedro “Alcántaro” Vergara atendiendo el llamado que le hizo el religioso Arrue fue por Santo Domingo a Las Tablas y lo trajo a La Teta. Como es natural todos los moradores sabían ya que venía el Santo Patrono y fueron en procesión al encuentro de nuestro querido Patrón, Santo Domingo de Guzmán, que traído por Pedro “Alcantaro” Vergara, llegó a La Teta en el mes de diciembre de 1,913, pero se encontraron con el problema de que no había capilla todavía, y en reunión abierta se acordó hablar con el señor Rafael Sánchez quien tenía una casa y estaba deshabitada ya que el señor Sánchez estaba soltero todavía, aceptó la solicitud como un honor y allí estuvo Santo Domingo de Guzmán hasta cuando se construyó la primera capilla y así con el interés de toda la comunidad en el verano del año 1,915 se construyó la primera capilla que a pesar de quincha quedó muy bonita y llenó su cometido, cual era en primer lugar el de albergar a nuestro santo y de inmediato se procedió al nombramiento de una junta católica compuesta por 12 personas, las que quedaron comprometidas a decir una misa los días 4 de cada mes, (confundiendo desde luego la verdadera fecha del Santo Patrón) nació el 4 de agosto de 1,170 y murió el 8 de agosto de 1,221.

La junta católica quedó integrada por las siguientes personas:

Agustín Jaén Batista

José de Jesús Córdoba

Francisco Jaén Batista

Pascual Herrera

Antonio Jaén

Casimiro Herrera

José Gil Jaén (Girio)

José María Zambrano

Santiago Córdoba

Antonino Zambrano

Lorenzo Córdoba

Manuel Vásquez Soriano

Según los libros de la iglesia se le cambio la denominación de La Teta por el de Santo Domingo, debido a que sus moradores en su mayoría eran adictos a los rezos, pero no pensaban en la construcción de una capilla sino hasta que en 1,913 se dio el fenómeno natural de una sucesión de temblores de tierra por espacio de un mes. Estos se suscitaban hasta 10 veces al día y los habitantes que eran apegados a las oraciones espirituales se acercaban de continuo a las personas que sabían rezar, tales como: María José Molina, Rosa Molina, Rosa Vergara, María José Herrera, Secundino (Chiche) Barrios y Antonio Zambrano para de esta forma pedir al Todopoderoso la conservación de la comunidad y la de sus pobladores.

Informaciones obtenidas nos revelan algunos nombres de ciertas personas que sobresalieron por su interés y ayuda en la construcción de la primera capilla en La Teta.

Santiago Córdoba

Agustín Jaén Batista

Benjamín Vergara

Francisco Jaén Batista

Aurelio Molina

Antonio Jaén

José de la Rosa Barrios

José Gil Jaén (Girio)

Manuel Vásquez Soriano

José del Carmen Vásquez G.

Pedro José Sánchez

Secundino (Chiche) Barrios

Jacinto García

Antonio Zambrano

Pascual Herrera

Isidro Roca

Casimiro Herrera

Indalecio Vergara

David Herrera

A todos estos nombres se les pueden sumar muchos otros más, pero por razones involuntarias hoy han escapado de la mente de mis informantes.

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