PRIMERA ETAPA Hacia el sistema educativo Nacional
Enviado por Rebecca • 16 de Noviembre de 2017 • 9.790 Palabras (40 Páginas) • 697 Visitas
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Bajo su influencia muchas provincias sancionaron y complementaron sus leyes de educación, para responder al apoyo nacional.
La tensión en los planteos teóricos y prácticos, consecuencia de las tendencias que expresaban distintos enfoques, una nacional, sosteniendo la necesidad de consolidar una escuela común y homogeneizadora, y otra federalista, afirmando a la escuela elemental local, será un problema recurrente de la política educativa nacional, y determinante, en alguno de sus momentos decisivos, del desarrollo o estancamiento de la escuela primaria argentina.
Sin embargo, hubo una serie de inconvenientes que condicionó la eficacia de las subvenciones. En primer lugar, por ser un recurso de emergencia, no alcanzaron a remediar el déficit financiero de las provincias en esta matera, y en segundo término, como el gobierno central carecía de datos estadísticos suficientes, era muy difícil determinar si las subvenciones cubrían o no las reales necesidades educativas.
Tampoco se había comprendido la necesidad de la educación, ni las nuevas instituciones, que con innumerables dificultades iban surgiendo a pesar de la inercia colectiva.
Los esfuerzos no habían sido suficientes, y se vio la necesidad de dar una respuesta mas concreta a los problemas, canalizando sus soluciones por otras vías.
Faltaba un impulso homogéneo y constante, que podría lograrse a través de medidas como el establecimiento de una Dirección de Instrucción Pública; la creación de un Fondo Público Permanente para el sostenimiento de las escuelas; la sanción de un Plan de Instrucción General; la fundación de Bibliotecas Populares, etc.
Proyección Nacional de una enseñanza humanista y general: El Colegio Nacional.
Con anterioridad a la creación del Colegio Nacional, se fue gestando en el año 1863, un importante movimiento a favor de la enseñanza secundaria, que fue consolidándose con la creación de colegios provinciales de ese nivel. Fueron los primeros pasos de una política de fomento provincial de la enseñanza secundaria, que constituyen un antecedente de la importancia en el proceso de desarrollo de la educación secundaria nacional.
Hasta el año 1863, la República contaba sólo con dos colegios que dependían directamente de las autoridades nacionales: el Monserrat de Córdoba y el de Uruguay en Entre Ríos.
Ambos, eran preparatorios para el ingreso a careras universitarias o estudios superiores y con régimen de internado. Pero resultaban insuficientes para satisfacer las necesidades de la enseñanza secundaria y tampoco llenaban los requisitos de verdaderos centros de enseñanza. A todo ello se le agregaba el problema de los certificados de estudios que dificultaba el ingreso a la universidad.
La política nacional se orientó entonces, a difundir una enseñanza secundaria con “aplicaciones útiles y variadas, a fin de proporcionar mayores facilidades a la juventud de las provincias que se dedican a carreras científicas y literarias”.
Bajo la denominación de “Colegio Nacional”, se estableció una “Casa de Educación Científico-preparatoria”, en que se cursarían letras y humanidades, ciencias morales y ciencias físicas y exactas.
La enseñanza duraba 5 años, se mantenía el sistema de internado y los certificados eran válidos en las Universidades de la República.
Con el Colegio Nacional de Buenos Aires se abrió el proceso de institucionalización de la enseñanza secundaria. En el año 1864, un mismo decreto creó Colegios Nacionales en Catamarca, Salta, Tucumán, San Juan y Mendoza. El Reglamento, el Régimen interno y los planes de estudio, debían ajustarse a los del Colegio Nacional de Buenos Aires.
Sin embargo, planteó serios problemas de desarmonía, porque algunas provincias no pudieron cumplir con las exigencias de uniformidad. Se agregó también, la inestabilidad de los planes.
Las “notorias deficiencias” de la instrucción elemental, que no transmitía “los conocimientos suficientes para aprovechar la enseñanza secundaria”, obligó a varios colegios a establecer un año preparatorio, con el objeto de cubrir ese desajuste.
A pesar de dichos inconvenientes continuó y en el año 1869, había Colegios Nacionales también en San Luis, Santiago del Estero, Corrientes, La Rioja; en Jujuy, una “Casa Nacional de Estudios”. Los nuevos establecimientos presentaron en su estructura y organización, problemas similares a los señalados.
Se consideró entonces, posibilidad de una reforma dirigida a diversificar la enseñanza, para ofrecer distintas posibilidades a quienes no prosiguieran estudios universitarios.
Y la política educativa nacional, definió un nuevo objetivo: carreras con aplicaciones prácticas, anexas a los Colegios Nacionales. Con este sentido se establecieron cátedras especiales de Mineralogía en San Juan y Catamarca y Cursos de Geometría y Mecánica, Química y Fonografía en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Los Colegios Nacionales estarían destinados no sólo a formar hombres aptos para ejercer profesiones universitarias, sino a difundir la enseñanza al mayor número posible de habitantes, a fin de garantizar las funciones de la vida social y el ejercicio de los derechos y deberes de la República.
En el año 1878 se suprimió el internado del Colegio Nacional.
Pero al final del periodo los Colegios Nacionales no habían solucionado definitivamente problemas referidos tanto a sus planes como a su funcionamiento y organización, atribuyéndole gran parte de esta ineficiencia a la falta de profesores competentes. Muchos eran extranjeros y quedaban neutralizados por dos razones: una, la diferencia de carácter, de hábitos, y de gustos con respecto a los alumnos y otra, el defectuoso conocimiento del idioma castellano, que impedía una verdadera comprensión por parte del alumnado, lo que dio origen a la creación del profesorado.
Formación de un nuevo maestro: La Escuela Normal Nacional.
El desarrollo de la escuela primaria no podía llevarse a cabo sin contar con maestros capaces de realizar las nuevas ideas pedagógicas que orientaron las nuevas orientaciones de esa política.
La situación general de quienes se dedicaban a la enseñanza estaba muy lejos de satisfacer las exigencias. Carecían en la mayoría de los casos de profesionalidad.
El pago irregular e insuficiente, otro factor de desinterés por la enseñanza; la falta de uniformidad de planes y sistemas
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