RESUMEN: HISTORIA Y VERDAD – ADAM SCHAFF
Enviado por Kate • 13 de Junio de 2018 • 1.134 Palabras (5 Páginas) • 2.669 Visitas
...
¿Cuál es el papel del historiador?
El papel del historiador en este caso es como sujeto cognoscente. El historiador no puede escapar al papel activo que le incumbe como sujeto cognoscente en la relación cognoscitiva que es el conocimiento histórico; y porque no puede evitar introducir el factor subjetivo en el conocimiento que siempre es “parcial”, “partidario", en la medida en que las perspectivas cognoscitivas del historiador están condicionadas por las relaciones y los intereses sociales de su época y de su medio. El hecho histórico, categoría fundamental del postulado de la historia puramente descriptiva introduce en el conocimiento el complicado sistema de las incidencias del factor subjetivo: lejos de garantizar la objetividad “pura” del conocimiento, su “depuración” por la exclusión de toda subjetividad, el hecho histórico como categoría científica introduce por el contrario el factor subjetivo en los fundamentos mismos de la historiografía, con todo lo que conlleva de complejo en el plano gnoseológico.
Cuando hablamos de la relación cognoscitiva como relación entre el sujeto cognoscente y el objeto de conocimiento, es evidente que nuestras intenciones dependen en gran medida (o en su totalidad) del sentido que atribuyamos a la expresión “sujeto cognoscente”. Dos son las concepciones que aquí se enfrentan: una individualista y subjetivista, y otra, social y objetivista. El sujeto cognoscente no es un espejo, ni un aparato que registre pasivamente las sensaciones originadas por el medio ambiente; por el contrario, es precisamente el agente que dirige este aparato, que lo orienta y regula, y transforma después los datos que éste le proporciona. El carácter activo por excelencia del sujeto cognoscente está en relación con el hecho, olvidado en la mayor parte de los análisis abstractos, de que el conocimiento equivale a una actividad.
Se debe distinguir cuidadosamente el “hecho” como acontecimiento histórico objetivo, por una parte, y el “hecho” como su representación mental, en el conocimiento, por otra. La selección de los materiales que constituyen el hecho histórico no es arbitraria; las correlaciones consideradas, las interacciones, etc., existen objetivamente; no son el producto ni la invención del historiador. El conocimiento y el compromiso del historiador siempre están condicionados socialmente: el historiador tiene siempre un “espíritu de partido”. Lo que el historiador aporta a la constitución del hecho es la selección definida que realiza en los materiales existentes objetivamente, entre las correlaciones y las interacciones objetivas, etc. Los criterios en función de los cuales el historiador selecciona sus materiales y les atribuye una estructura interna, etc., difieren según la teoría previa a dichas actividades. Evidentemente estas actividades, guiadas por diversas teorías, dan resultados también diversos.
El historiador como investigador empieza con una interpretación que él reinterpreta y basándose en una teoría definida, realiza la selección de los acontecimientos y de los procesos históricos que él eleva a la dignidad de hechos históricos. Pero los historiadores, a pesar de los métodos y de las técnicas de investigación perfeccionadas, no sólo juzgan e interpretan idénticas cuestiones y acontecimientos en términos diferentes, sino que también seleccionan, perciben y presentan de modo distinto los hechos.
Schaff, A. (1971). Historia y Verdad (I. Vidal. Trad.) México, D.F: Grijalbo.
...