Resumen "Brindis por la modernidad" de Marshall Berman
Enviado por Mikki • 12 de Diciembre de 2018 • 1.840 Palabras (8 Páginas) • 567 Visitas
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Mientras que los jóvenes radicales de los 60’ luchaban por cambios que permitieran a la gente controlar sus vidas, el paradigma “unidimensional” proclamaba que no era posible y que estas personas ni siquiera estaban realmente vivas. Se abrieron dos vertientes. Una era la búsqueda por una vanguardia totalmente “fuera” del mundo-contemporáneo. Para los que comprendieron esto pensaban que lo único que quedaba era la esterilidad y la desesperación.
El modernismo de los 60 puede dividirse en tres tendencias, basadas en sus actitudes hacia la vida moderna como un todo: Afirmativa, negativa y apartada. Las actitudes recientes hacia la modernidad tienden a ser cada vez más drásticas y simples, menos sutiles y dialécticas que las del siglo pasado.
• La primera fue la apartada. El único interés legítimo del arte modernista era el arte mismo. No existía una relación propia entre el arte moderno y la vida social moderna. El modernismo surge así como un gran intento por liberar a los artistas modernos de las impurezas y vulgaridades de la vida moderna. Pero un arte alejado, sin sentimientos personales, es propenso a la aridez después de un tiempo.
• La negativa está en contra de la totalidad de la existencia moderna. Busca destruir de manera violenta los valores y no le interesa reconstruirlos. El modernismo se asocia con el conflicto, pero no tiene en cuenta los problemas de la sociedad moderna en sí misma, que fueron hechos básicos para la vida moderna. Elimina todos los disturbios de las relaciones sociales.
• La afirmativa cree que debemos despertar la vida que estamos viviendo. Romper con las barreras existentes entre el “arte” y las actividades humanas como el entretenimiento y la tecnología industrial, la moda, el diseño y la política. También animaba a diferentes tipos de artistas a trabajar juntos para crear artes más ricas y variadas. A veces se autodenominaban “posmodernistas”. Su ideal era abrirse a la inmensa variedad y riqueza de las cosas materiales e ideas que trajo el modernismo. Iguales a los modernistas del pasado en cuanto a la creatividad pero nunca recuperó la crítica.
Si bien todas estas iniciativas fracasaron, intentaron relacionar el presente turbulento con el pasado y el futuro, trataron de ayudar a hombres y mujeres a sentirse más cómodos. En la actualidad casi nadie acepta las grandes relaciones humanas que representa la idea de modernidad. El discurso y la controversia sobre el significado de la modernidad, tan vivos hace una década, han dejado virtualmente de existir. Los modernistas del pasado pueden darle sentido a nuestras propias raíces modernas. Pueden ayudarnos a relacionar nuestras vidas con las vidas de millones de personas que viven el trauma de la modernización a miles de kilómetros de distancia. Recordar los modernistas del siglo XIX puede que nos dé una visión y el coraje para crear los modernismos del futuro, ayudarnos a llevar al modernismo a sus raíces, para alimentarse y renovarse, con el fin de enfrentar las nuevas aventuras y peligros que vendrán.
2. ¿Por qué la comunicación visual no actúa de manera lineal y unívoca? ¿Cuál es su opinión respecto a la concepción higienista en el campo del Diseño Gráfico?
La comunicación visual depende de muchos factores para ser comprendida, los cuales siempre van a ser diferentes, no hay una correspondencia convencionalizada entre significantes y significados como en la lengua. Como el idioma, la cultura y la gente son diferentes la comunicación visual también va a ser diferente, por eso no actúa de manera lineal y unívoca, hay que tener en cuenta muchos factores en el momento que se planea la comunicación y el resultado siempre va a ser distinto.
Existe una estructura que ocupa gran medida del pensamiento occidental, una triada compuesta por la ética, la lógica y la estética que a su vez están compuestos por pares opuestos, la ética por el bien y el mal, la lógica por lo verdadero y lo falso y la estética por lo bello y lo feo. Una medida extrema denominada Higienismo cree que lo bello es bueno y por lo tanto será verdadero. Pero esa verdad que sostiene es en realidad algo relativo. Cada pueblo, cada cultura tiene una ética, una lógica y una estética diferente, por lo tanto el diseño va a ser diferente. ¿Quién es uno para juzgar que es bello y que es feo, qué está bien y qué está mal? Por eso es ridículo relacionar la concepción higienista con el diseño gráfico. ¿Por qué debemos diseñar como la lógica y la estética dominante? El “caos” es el “desorden” porque es diferente al orden dominante, por lo tanto el desorden no es algo malo, sería inútil considerar que un “buen diseño” es bueno por ser limpio, ordenado y simétrico como lo pensaría la concepción higienista.
Toda comunicación tiene una función poética, el diseño gráfico es una actividad proyectual, está cruzado por el deseo, el erotismo, la ambición; todo esto atenta contra el discurso higienista. No deberían existir limitaciones para diseñar, no tiene que eliminarse lo sucio, lo desordenado. Si bien en la comunicación se dice menos de lo que se piensa en el diseño gráfico se dice más de lo que queremos, es un acto excesivo. Para cada diseño, como en la comunicación lineal o escrita, existe una interpretación diferente. Si como comunicadores queremos lograr una reacción en la sociedad hay diferentes formas de lograrlo, no existe un diseño establecido, no hay un “buen” o un “mal” diseño, por lo tanto hay que tomar partido por el propio lugar.
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