TEORÍAS DE LA OPINIÒN PÙBLICA- ENSAYO
Enviado por Antonio • 27 de Octubre de 2018 • 1.981 Palabras (8 Páginas) • 364 Visitas
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Por lo tanto, la opinión pública bajo este marco no es el resultado de un debate: es la expresión de un grupo determinado, racionalizado por agentes externos a la colectividad, generando una opinión inmediata y momentánea. Fueron varios cambios que tuvo la opinión pública desde los Liberales hasta la Sociedad de Masas, donde ésta ya no fue objeto de estudio político e histórico sino que pasó hacer objeto de estudio multidisciplinar. Estudios que permitieron dimensionar a la opinión pública como un conocimiento cotidiano que puede ser condicionado. De ahí, que en la sociedad de masas se entienda a la opinión pública como un ente que manipula a la masa conforme a lo que determinan las élites generando que ésta se construya, se diseñe y se ha entendida desde los medios.
Marx construye un modelo de la opinión pública basado en la aparición de estas ideologías, La opinión pública en la sociedad capitalista no existe como tal, puesto que no es sino un reflejo de los intereses de la clase dominante; los pequeños propietarios autónomos que debaten en condiciones de igualdad frente al poder, como modelo de la opinión pública generando una opinión.
La escuela de Frankfurt ejecuto dos procesos de la burguesa que fueron:
1) Unificar bajo el mismo concepto teorías distantes e incluso contradictorias.
2) Minimizar las diferencias teóricas entre los diferentes autores.
Dando a entender que la mente humana es parcial y disgregada, incapaz de funcionar como la razón pretende. La Teoría Crítica pretende poner de relieve que detrás de una supuesta forma de obrar “racional” se esconde la dominación de las masas, siendo ese su único objetivo que el ser humano junto con la sociedad sea justa ante cualquier tipo de ideología.
Karl Mannheim estimulo las ideas y del efecto que las ideas dominantes tienen sobre las sociedades, y en otras obras que la ideología de la gente, incluidas sus creencias y opiniones políticas y sociales, derivaban de sus intereses de clase, y más en general en las condiciones sociales y económicas en que vivían: Es el hombre, quien en el desarrollo de sus intercambios materiales, cambia, junto con su existencia real, su pensamiento y los productos de su pensamiento.
Con el auge de los medios de comunicación como la prensa o la radio, paulatinamente se dejó de tener el simple uso de entretenimiento, sino que también se empezó a tener un efecto negativo sobre las estructuras de las masas. Es así como surgieron dos puntos de vista que se distinguían claramente. Por un lado estaba el enfoque aristocrático, con Nietszche como representante y por otra parte se encuentra el enfoque crítico o Escuela de Frankfurt.
En el enfoque aristocrático, de acuerdo con Nietszche- el sistema social tenía que ser regido por los intelectuales, posteriormente el poder lo tendrían “los fuertes en músculo y temperamento” y “los mediocres” serían los últimos en la pirámide de clases. Por otro lado, el enfoque crítico de la Escuela de Frankfurt, alega que las masas son las que deberían de tener el control. La idea que sí logran compartir ambos enfoques es el desagrado hacia los medios de comunicación ya que inculcaban en la sociedad una cultura errónea y fabricada. Desprendiéndose de éstos ideales, surge “la teoría de la aguja hipodérmica” o “bala mágica”; con la cual se creía firmemente que la opinión pública se podía manipular y lograr que se creyera lo que el emisor quisiera. Todo dependerá de los estímulos que se ocupen para así poder saber bajo qué enfoque se dará a comunicar el mensaje de una ciudadanía.
La opinión pública es para Luhmann algo básico e inmenso como “la estructura temática de la comunicación social”. “No significa ya la generalización del contenido de las opiniones individuales, mediante fórmulas generales, aceptables para cualquiera que tenga uso de razón”. Para Luhmann la opinión pública deja de ser el resultado de la libre discusión racional de los temas de interés pública. Muy al contrario: la opinión pública es tan sólo esa coincidencia social efímera que considera algún asunto más relevante que el resto. Se refiere a la circulación de la coincidencia de atención general y no, a ningún tema ni característica sociopolítica del tema. No es más que el resultado del proceso de definición de temas relevantes.
La opinión pública puede manipularse e instrumentalizarse, pero a costa de perder de vista la realidad propia de los individuos, el sentido de sus vidas y su interdependencia dentro de un mundo simbólico compartido. Cuando el espacio de juego no permite la sinceridad en las expresiones y las críticas abiertas, se pierde la capacidad de interacción entre los agentes sociales y la articulación necesaria entre ellos. Las opiniones públicas pueden manipularse, pero ni pueden comprarse públicamente, ni tampoco arrancárselas al público mediante un evidente ejercicio de presión pública. Para Habermas el espacio del libre juego de la opinión pública es el motor de la política democrática en un sentido real empírico y en un sentido normativo. El conocimiento de sus características y posibilidades permite replantear aspectos procedimentales.
Queda claro que para formar la opinión publica no solo depende de un grupo con poder adquisitivo llamados políticos, sino que mientras exista la comunicación existirá la opinión publica donde nos podemos expresar con libertad ante cualquier circunstancia y nadie puede limitar que sea efectuada.
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