Trabajadores bananeros asisten para construir una sociedad justa y de paz en Colombia

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Siento orgulloso de los avances que hemos logrado hacia mejores condiciones laborales. Antes, a menudo trabajamos horas adicionales sin pago pero ahora eso no ocurre. En el tema de horas adicionales somos muy estrictos porque el trabajo que realizamos nos exija un gran esfuerzo físico. Son cambios básicos así, y otros como ropa adecuada, equipaje y agua potable, los cuales forman parte de los criterios de Fairtrade, han tenido un gran impacto. En muchas fincas, los trabajadores no reciben estos beneficios. Tenía otro empleo donde los trabajadores tenían que llevar su propia agua potable porque no había en la finca. Sin embargo aquí, aunque sea un costo adicional para el gerente, las reglas de comercio justo nos ayudaron a negociar para eso con el gerente.

Aunque en Colombia existen buenos requisitos legales en cuanto a los derechos laborales y el sindicalismo, comparado con mi experiencia de haber trabajado en fincas que no son certificadas por comercio justo, opino que tengo una mejor calidad de vida ahora. Antes, había pocas oportunidades para poder crecer de manera personal. Como trabajadores bananeros, no teníamos oportunidades para mandar nuestros hijos al colegio/universidad porque no teníamos suficiente ingreso ni acceso ya que la mayoría de las universidades están ubicadas en las grandes ciudades a unos 500km. Ahora hemos usado la Prima de Comercio Justo para crear un fondo dedicado a la educación superior para le siguiente generación. Hasta ahora, hemos invertido USD 30,00 en eso. Gracias a Fairtrade, yo también he aprovechado de la iniciativa y recién he completado un curso profesional en finanzas. Hay 15 otras personal que han egresado. Además, en la finca Montesol, pregunta a los trabajadores qué tipo de capacitación les sería útil. Hemos decidido participar en cursos de resolución de conflictos, planificación familiar, administración de ingresos familiares y de presupuestos. Todos son facilitados por Fairtrade.

También se ha invertido la prima la construcción de nuevas casas para trabajadores que tienen necesidad. El gobierno también ha invertido una contraparte para ayudar a trabajadores que han sido desplazados y su única otra opción sería de alquilar casas que realmente son inhabitables sin piso ni paredes adecuados y con familias de 6 personas o más en una sola habitación. Ha sido un gran beneficio ser certificado por comercio justo porque hemos recibido mucho apoyo a nivel económico y social. Se ha cambiado la vida de muchas personas.

Siento que hemos escapado el ciclo de pobreza. Pobreza no es un problema económico sino un problema mental. Ahora he recibido una educación, tengo las herramientas para negociar y siento orgulloso para representar mis compañeros de trabajo. Ahora que como Colombianos luchamos para la paz, comienzo a ver la luz al final del túnel.