Una historia decisiva: José Eduardo de Cárdenas y Romero
Enviado por Mikki • 12 de Enero de 2018 • 1.256 Palabras (6 Páginas) • 392 Visitas
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¿Qué sentido tiene entonces calificar a José Eduardo de Cárdenas como conservador o precursor de la Independencia en Tabasco?, ¿qué sentido tiene colocarle un adjetivo en un contexto donde el acontecimiento referido no tuvo resonancia? Este presbítero no fue ni un héroe ni un traidor, simplemente un hijo de su tiempo y contexto. Un hombre que nació en el trópico tabasqueño donde la selva, la abundancia de moscos, sofocante calor, ausencia de oro aunado a sistemáticas inundaciones y una escasa ocupación territorial, hicieron de estos pueblos lugares con pocos caminos de herradura y por tanto, débiles vínculos terrestres con el centro de la Nueva España; en cambio, los ríos y en especial para finales del siglo XVIII, el puerto de Frontera en el Golfo de México permitían un rico intercambio internacional que dependía al interior de la vasta red fluvial de la cuenca del Grijalva y Usumacinta. Por tierra, las inundaciones y la selva se tradujeron en una frontera natural que posteriormente se duplicó con el surgimiento de la frontera político-administrativa con Centroamérica. Una doble frontera, no imposible pero sí difícil de transitar.
Por tanto, no es de extrañarse que hasta bien entrado el siglo XX, Tabasco tuviera voluntades políticas, comerciales y sociales distintas al centro del país pero paradójicamente fuertes vínculos internacionales. Por tanto, en la actualidad, la condición de asumir juicios de valor sobre el pasado tabasqueño insertándolo en la historia patria, contribuye a una creciente pérdida de identidad y en términos historiográficos a la incapacidad de generar una historia crítica, partiendo de hombres reales, de tabasqueños reales que ayuden a comprender y explicar nuestro presente a partir de las condicionantes geográficas y de las circunstancias particulares de la historia de Tabasco. Un mejor juicio de estas imponderables, son esenciales para entender procesos locales recientes como la progresiva deforestación, la colonización de la selva y la abusiva extracción de recursos naturales (incluido el petróleo), los proyectos de contención hidráulica, un sistema político caciquil, entre otros.
Por ende, un rescate auténtico de la historia inmediata es necesario, imprescindible. Luego es importante remarcar, insistir y manifestar que José Eduardo de Cárdenas fue un hombre admirable pues regresó al terruño por decisión propia, aceptó ser diputado ante las Cortes de Cádiz en un momento de guerra entre dos imperios, en un gobierno sin rey y sufriendo una enfermedad creciente. Pero de ningún modo un precursor de la Independencia. Espero que el mensaje sea claro: los hombres viven y mueren inmersos en frecuentes contradicciones, durante su trayecto biográfico deben decidir ante un futuro desconocido, equivocándose, acertando en un tiempo y contexto concreto. Con tal de detectar estas sutilezas y en aras de incentivar una genuina comprensión de la historia local, es importante el rescate de estos hombres y mujeres que forjaron y tuvieron impacto en el entorno vivido, sin miedos, sin juicios, afrontándolos como hombres con sentimientos y equivocaciones.
Sin bien esto es un llamado hacia una historia más viva, también debemos estar consciente que políticamente reditúa menos que la historia patria. Hay que decirlo: el discurso histórico ha servido siempre como instrumento político, útil para crear simpatías, antipatías y justificar acciones. De hecho, no está de más preguntarse por las intenciones que impulsan las celebraciones bicentenarias. Pero dejémoslo aquí. El mejor homenaje a José Eduardo de Cárdenas y Romero es entonces traerlo al presente, leerlo con otros ojos y reconocerlo como un notable individuo que trascendió con los años y llegó hasta nosotros. Llegó para darle sentido al lugar donde vivimos.
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