Viajeros en las entrañas de la pedagogía de la historicidad pedagógica

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Las repercusiones de esta crisis, nos llevaron a Europa Occidental en donde nos encontramos en una conferencia brindada por Michel Foucault en la cual explicaba su visión acerca de la sociedad y la escuela como ámbito de control disciplinario y vigilancia para el adiestramiento y la docilidad de los cuerpos.

Él sostenía durante el discurso, que las instituciones funcionaban vigilando, castigando, premiando, con el fin de docilizar los cuerpos, lo cual llamo “ortopedia social”. Este control de los individuos es por parte de otro, el cual ejerce un poder sobre ellos, método que llamo “panoptismo” que consistía en la vigilancia de las personas, sin que ellas advirtieran la misma.

Cuando Foucault, exponía la concepción del hombre lo llamaba de una manera particular: “cuerpo dócil” entendiendo al cuerpo como el que puede ser sometido, utilizado, transformado y perfeccionado, que se manipula, se le da forma, y se lo educa con la finalidad de obedecer y responder a las peticiones de los que poseen mayor poder, siendo estos lo que imponen su verdad, es decir su interpretación; ya que no existen verdades absolutas. Existen tantas verdades, como hombres en el mundo.

Foucault entiende la disciplina como el medio por el cual encauza la conducta, es decir, es la coordinación de actitudes con las cuales se instruye para desarrollar habilidades, o para seguir un determinado código de conducta u orden. Dentro de los instrumentos de la disciplina, el autor expuso a la inspección jerárquica (dispositivo que coacciona mediante el juego de la mirada, es decir, que es una técnica que se encuentra basado en las miradas que deben ver pero no ser vistas. Es un observatorio que tiene como modelo: el campamento militar, ya que debe tener intensidad, discreción, eficacia y valores preventivo), la sanción normalizadora (funciona con un pequeño mecanismo penal, que goza de cierto mecanismo de justicia, propias leyes y formaciones de sanción donde califican y reprimen un conjunto de conductas que su indiferencia sustraía a los grandes sistemas de castigos; el examen (técnica de jerarquía de vigilancia, que permite calificar, clasificar y castigar. Establece sobre los individuos una visibilidad a través de la cual se los diferencia y se los sanciona. La escuela pasa a ser un aparato de examen que acompaña en toda su extensión la operación de enseñanza, los alumnos confrontan fuerzas y hacen una perpetua comparación de cada cual con todos que permite a la vez medir y sancionar)

Una vez finalizado el discurso de Foucault, regresamos el barco en donde pre- sentimos que estábamos volviendo. Cuando llegamos a puerto y desembarcamos, nos encontramos en Rio de Janeiro. Decidimos ir a tomar un café, y en este bar nos encontramos con Freire; quien se encontraba de casualidad en ese mismo lugar manteniendo una conversación con Jurgen Habermas; pudimos escuchar que Freire le comentaba a este último, la importancia que para él tenía dentro de las instituciones el desarrollo de las relaciones interpersonales como influencia de la educación dialógica, a la que llamo pedagogía liberadora que propone el dialogo para educar sin manipular a través de una actitud de consenso y solidaridad. Habermas, por su parte, hizo hincapié también en la acción comunicativa para explicar la intersubjetividad, es decir la relación que entablan sujetos, capaces de lenguaje y acción, cuando se entienden entre sí sobre algo.

Ambos autores coinciden en la importancia del dialogo en las relaciones entre los sujetos dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Freire durante la conversación, hablaba sobre una “educación problematizadora” que parte del reconocimiento del otro del oprimido como sujeto igual a mí, y con el cual a través del dialogo hay que buscar el consenso y el acuerdo. La pedagogía moderna por ser una pedagogía del silencio, convierte a los hombres en medios para mantener la desigualdad distribución de la riqueza, así se refiere cuando habla de los países de América Latina.

Luego de haber presenciada esta charla, decidimos volver al barco. Para nuestra sorpresa, el viaje estaba llegando a su fin. Durante el regreso, nos cegó un rayo de luz, y al cesar al mismo nos despertamos en el puerto de Buenos Aires. Nos sentíamos desconcertados, y atrapados por los conocimientos vistos, y advertimos la diferencia entre estos y la educación de hoy, llegando a la conclusión que todo lo observado hasta al momento, fue un proceso que dio como resultado el sistema educativo que tenemos hoy por hoy.

Nos dimos cuenta, que este viaje nos abrió puertas, para lograr adquirir una posterior formación, nos abrió la mente. Y nos sentimos privilegiados al recibir esta oportunidad, para poder ahondar sobre estos temas que nos serán de gran utilidad para el desarrollo profesional.