Violencia. El verbo del narco

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Si este odio y agresión hacia el prójimo tienen su origen en un espacio simbólico que siempre alude a la muerte, y es precisamente este el espacio donde una persona encuentra su lugar, el lugar donde se posicionara y pretenderá vivir desde esta función que niega algo del orden de lo simbólico del propio yo y que por lo tanto responderá a negar algo real en cuanto a la percepción que se tiene respecto del otro y que posibilita o habilita al sujeto a percibir al otro como objeto y a aniquilarlo si es necesario.

Las demandas de una función paterna de la que por la vía imaginaria, podemos ver sus efectos en los crímenes y en la forma como se ve expresada la violencia en las diferentes dimensiones sociales. Es el complejo de Edipo lo que puede poner freno a la pasión narcisista del sujeto; él es lo que frena ese goce incestuoso y los conflictos entre semejantes. el padre representa un llamado al orden, cuya función es impedir una relación del sujeto con la primera imagen del yo, es una función de castración.

El estado ya no funge como una figura paterna, y es la inexistencia de este padre lo que deviene en el caos actual y el lujo de violencia que se vive actualmente en México. Quiroz y Patiño (2016) refieren que el hecho de que la violencia no sea, o no responda únicamente ante fines de supervivencia o como respuesta a un ataque, nos remite a la pulsión de muerte, y en términos culturales, se tendría que buscar la obligación desde la cultura civilizada de dosificar esta violencia, el uso de la fuerza a situaciones muy específicas, que no generen un malestar en la sociedad por la conciencia del abuso de la violencia.

Evidentemente, se encuentra más unión por los conductores y la masa que forma parte de una narcocultura, de alguna manera esta se puede pensar como una masa de un nivel mas elevado y con mayor unión en comparación con la masa en general que los civiles representan, El estado no puede más que intentar manejar la situación o en el mejor de los casos encontrar acuerdos que permitan la coexistencia de estado y cartel, eso claro si lo que se buscara fuera la seguridad de las personas civiles, y se aceptara que la prohibición por parte del estado respecto del uso, venta y consumo de algunas drogas, va en contra de una satisfacción que no se ha podido hasta la fecha separar de la naturaleza humana, lo cual me hace pensar en que ocurriría si en lugar de una prohibición surgiera una autentica regulación, y si en lugar de considerar el consumo de sustancias como algo irreconciliable se viera como una oportunidad de atacar el punto de origen del enorme poderío que posee el narcotráfico, y por lo tanto una oportunidad de erradicar la violencia sin mas violencia.

Bibliografía:

- Freud, S. [1927-35] (2005). El porvenir de una ilusión, el malestar en la cultura y otras obras. Obras Completas. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

- Martín A. (2016) La pasión narcisista de la violencia tirana del narco. Ciudad de México Editorial Porrúa.

- Jeannet Quiroz, Margarita Patiño (2016) Agresividad territorial. Ciudad de México Editorial Porrúa.