Violencia Subversiva

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Es en este momento donde debemos detenernos y detallar el tipo de violencia de la cual hablamos, pues no estamos frente a un tipo de violencia represiva aplicada por el virreinato hacia el pueblo mexicano, sino que por el contrario, se trata del tipo subversiva. Reflejada en expresiones tales como el “asedio, ataque y ocupación de una localidad, a lo cual le seguía la amenaza y las injurias, el saqueo y la destrucción, y finalmente el asesinato, sobre todo de los peninsulares” (Landavazo, 2008). Pero ¿no es acaso condición necesaria de un Estado-nación moderno el monopolio estatal de la violencia? Desde esta visión weberiana podemos afirmar que la imposición de este monopolio tiene dos facetas: (1) la expropiación física de los medios de violencia de la sociedad civil, y (2) la validación de narrativas que hagan “natural” y “necesaria” esta expropiación (Dabove, 2005). En el caso de la violencia subversiva ejercida por los bandidos, pero no únicamente por ellos,como figura en el Archivo General de la Nación de México “en estos actos no sólo participaban los guerrilleros, pues a menudo muchos vecinos, sobre todo de las clases bajas, se les unían en el pillaje, como ocurrió por ejemplo en Valladolid, San Luis Potosí y reiteradamente en Guanajuato”(citado por Landavazo, 2008), consideremos además las constantes pruebas imperialistas que mandaba España, como el traslado del dinero de acreedores mexicanos (incluyendo a la Iglesia) al Estado para financiar la Guerra contra Inglaterra (1804-1809), lo cual provocó un descontento generalizado de la sociedad mexicana. Más aún si el dinero recaudado ni siquiera lafinanció, pues llegó en 1808-1809 cuando ésta ya había terminado. Luego de este suceso el enojo criollo se enfrentó a la administración española, encuentro durante el cual se supo de la captura de Fernando VII y comenzaron los cuestionamientos respecto a la residencia de la soberanía. Cabe recordar la proposición de Hobsbawm “el bandolerismo como fenómeno de masas, es decir, la acción independiente de grupos de hombres violentos y armados, aparecía sólo donde el poder era inestable, estaba ausente o había fallado” (Bandidos, 2001), es decir en este preciso momento.

Sería iluso pensar que no existió una ofensiva española, en defensa del poder voluble por medio de la violencia represiva, de hecho no constituyó respuesta a algún estímulo físico de los insurgentes, si no que una reacción preventiva. lo curioso es que la naturalización de ésta no fue en beneficio del Estado, si no que de los subversivos. Como bien apoya Dabove “la disputa material y cultural en torno a la definición de violencia legítima y a la propiedad y administración de esa violencia marcó el entero proceso posterior de la independencia de América Latina” (Dabove, 2005).

Por último es preciso señalar que el bandidismo no profresa ideologías, más que la del campesino. En palabras de Hobsbawm:

Son activistas y no ideólogos o profetas de los que quepa esperar nuevos enfoques o planes de organización social y política. Son dirigentes en la medida en que este papel pueda ser desempeñado por hombres rudos y seguros de sí mismos, provistos a menudo de una fuerte personalidad y de talento militar; pero incluso en este caso su función es la de desbrozar el camino y no la de descubrirlo (Bandidos, 2001).

En este desbroce de camino procuran terminar con los abusos, eliminar y vengar la justicia, haciendo uso de un criterio imparcial, especialmente entre clases dominantes y dominadas, el reflejo de esta concepción moral se vislumbró en como mencionamos anteriormente; darle a México lo que merecía, en este caso el principio de su revolución.

Bibliografía

Brading, D. A. (1975). Mineros y comerciantes en el Mexico Borbonico 1763-1810. Cambridge: Fondo de Cultura Económica.

Dabove, J. P. (2005). El bandido social mexicano, entre el bárbaro y el soberano ilustrado: El caso de "Astucia," de Luis Inclán (México, 1865). México: Latin American Literary Review.

Hobsbawm, E. (2001). Bandidos. Barcelona: Crítica .

Hobsbawm, E. (1998). Historia del siglo XX. Buenos Aires: Grijalbo Mondadori.

Landavazo, M. A. (2008). Guerra y violencia durante la revolución de independencia de México. TZINTZUN , 20.

Lynch, J. (2001). Las revoluciones hispanoamericanas 1808-1826. Barcelona: Ariel.