Y finalmente en la parte inferior central se muestra una cesta de frutas con naturalidad y tono casi muerto, su tonalidad es muy obscura.
Enviado por Eric • 26 de Abril de 2018 • 1.203 Palabras (5 Páginas) • 341 Visitas
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Del cuerpo no vemos la totalidad, sino lo que permanece al desnudo y al margen del manto drapeado.
Por otro lado, la finura de los miembros, en especial las manos, poseen una delicadeza poco viril. Los dedos son largos y estilizados al extremo y, en la mano izquierda, advertimos el brillo de las uñas. La manera en que sostiene la copa es marcadamente femenina: solo tres dedos bastan para mantener en equilibrio la bebida, en tanto los otros dos son relegados y permanecen erguidos en la periferia. La mano derecha, redonda y rosada, entierra sus dedos en un moño negro. El contraste con la copa de vino es notorio. Mientras con una mano Bacco- Caravaggio nos invita al placer, con la otra nos recuerda la caducidad de la vida. Esta presencia de la muerte es un elemento típicamente barroco y forma parte de un claroscuro metafórico, en el cual no hay goce sin fin ni luz sin oscuridad.
La copa de vino es parte de la iconografía tradicional. Sin embargo en este caso marca una clara alusión al nivel social del personaje. Es de cristal fino, posee una forma peculiar y genera un interesante juego de luz tanto en el cristal del cual la toma la mano de Baco como en la bebida misma. A través del cristal libre se deja ver el claroscuro de los pliegues del manto, estudiados visualmente en su cambio óptico debido al elemento interpuesto. Lo mismo sucede con el cristal libre de la botella de vino.
La cesta de frutas es un elemento recurrente en Caravaggio. En sí misma forma lo que se denominaría una “naturaleza muerta”. En este caso no es específicamente una cesta sino más bien una frutera. Algunos han pretendido encontrar en la cesta de frutas una alusión al pecado original. Sin negar dicha teoría creemos que la significación de esta figura vendría a reforzar en la presente obra aquello que resaltábamos en relación al moño negro: la advertencia de la caducidad de la vida, evidenciada en la madurez y casi putrefacción de ciertas porciones de fruta, en tanto que simultáneamente asociamos el alimento colorido, perfumado y sensual que ella implica con lo que despierta Bacco en sí: el desenfreno, el apetito sensual, etc. La corona de uvas y hojas sigue la línea tradicional de representación que coronaba al dios de esta manera. Al igual que en el caso anterior, tanto las uvas como las hojas indican que el placer y la vida conllevan también la caducidad y la decadencia.
Por su disposición el manto drapeado y los juegos de luz y sombra que generan las pleguerías, otorga a la imagen un cierto dinamismo. La luz de la obra proviene del centro virando hacia la izquierda del espectador, y desde la altura. No es natural sino artificial. Se refleja en la botella y, debido a su inclinación diagonal, produce una proyección de sombra por parte de ésta última.
Análisis Iconológico:
Su datación no es segura, dándose por algunos autores la fecha entre 1596 y 1597 y situándolo otros hacia 1598.
Baco fue pintado poco después de que Caravaggio se uniera a la casa de su primer patrón importante, el cardenal Del Monte, y refleja los intereses humanistas del cultivado círculo del cardenal.
Parece que el cardenal lo encargó para regalarlo a Fernando I de Médici con ocasión de las celebraciones de las bodas del hijo Cosme II. La imagen aludiría irónicamente a la conocida frugalidad del Gran Duque, que era incluso abstemio.
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