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ZEUS EL DIOS DE LOS CIELOS

Enviado por   •  14 de Abril de 2018  •  2.411 Palabras (10 Páginas)  •  317 Visitas

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Con respecto al derrocamiento del titán Cronos, se muestran distintas historias, por ejemplo, del libro Enciclopedia de los Mitos (2008), se habla de cómo Zeus es ayudado por su madre Rea, en el artículo “Cronos en la mitología griega” nos muestran que es la abuela de Zeus, Gea, quien la ayuda a derrocarlo con un veneno que le es entregado para regurgitar a sus hermanos: Poseidón, Hades, Hestia, Deméter, Hera y la piedra sustituta de Zeus. Al contrario de éstos últimos documentos en la tesina Mito e historia: Zeus, sus mujeres y el reino de los cielos, se plantea la intervención de la diosa de la noche Nyx, que antes era la protectora de Cronos, pero que cambiando de parecer decide desviar su poder hacia Zeus, y así éste pudo derrocarle.

Al tener el dominio de todo, Zeus lo repartió con sus hermanos: para Poseidón quedaron los océanos, el dominio de los caballos y los terremotos, también se le relaciona con cualquier símbolo marino y es representado montando un carro rodeado de peces, delfines, animales marinos de cualquier clase y arrastrado por monstros mitad caballo mitad serpientes. Para Hades el inframundo, se le refiere como el dios de los muertos, que custodia las almas en su reinado, impidiendo que éstas regresen al mundo de los vivos. Y se reservó para él la soberanía sobre los dioses y los hombres.

Ahora bien, el gobernante de los cielos regía pacíficamente la tierra cuando Atlas, decide combatirlo junto con la ayuda de los Titanes. Éstos acumularon montañas sobre montañas, la Osa sobre el Pelión y el Olimpo sobre la Osa, queriendo así formar una especie de escalera para subir a los cielos. En el primer combate Zeus fue derrotado brutalmente, pidió ayuda a los dioses pero éstos se la negaron por temor a los titanes y huyeron a Egipto convirtiéndose en animales, árboles y plantas. En el pasado un oráculo predijo que los dioses sufrirían postergaciones hasta que un mortal los socorriera. Zeus, pidió ayuda a su hijo Hércules y con él los dioses regresaron de su escondite forjando sus armas para derrotar a los titanes, los Cíclopes se encargaron de fabricar los rayos, el tridente de Poseidón y a Hades le ofrecieron el casco que lo hacía invisible, armas que permitieron su victoria.

Por otro lado Prometeo, hijo de Japeto, había modelado y refinado en barro una estatua de hombre y la había brindado la vida y el movimiento, arrebatando una partícula de fuego al carro del Sol. Zeus envidió siempre su obra y ordenó a Hefesto, también llamado Vulcano por los romanos, que formara a una mujer y se la diera a Prometeo como esposa. Esta mujer, la primera en existir sobre la tierra, fue llamada Pandora y era tan bella que todos los dioses quedaron maravillados con ella y la colmaron de dones.

Atenea, le brindó la sabiduría, Mercurio la elocuencia, Apolo el talento para la música y Zeus añadió a todos estos presentes una hermosa caja cuidadosamente cerrada que Pandora debía ofrendar a su esposo como regalo de boda, así pues, colmada de dones espirituales y de encantos físicos fue llevada a Prometeo, pero éste al ser astuto por naturaleza dudo de tan maravilloso presente y lo rechazó de inmediato.

En cambio, Epimeteo, hermano de Prometeo, quedó de inmediato enamorado de Pandora y al desposarla abrió la misteriosa caja, en la cual se hallaban todos los males que pueden afligir a la raza humana, éstos eran las enfermedades, guerras, hambres, querellas y calamidades, que se extendieron muy pronto por toda la tierra.

Prometeo buscó venganza y sacrificó dos bueyes, introdujo en la piel de uno de ellos la carne de dos de las víctimas y en la piel del otro sólo puso los hueso; inmediatamente ofrendó los presentes rogándole a Zeus escogiera uno, éste escogió la piel que contenía sólo los huesos y estalló en cólera, ordenando a Hermes que se apoderara de Prometeo, lo llevara hasta la cima del monte Cáucaso y lo dejara atado, añadió también a su castigo un buitre que debía devorarle las entrañas durante treinta mil años. La parte devorada se renovaba constantemente, con lo cual el sufrimiento de Prometeo no tenía fin posible.

En la Tierra, existía un hombre llamado Licaón, el cual se complacía en ofrecer sacrificios humanos a los dioses y en amedrentar a cualquier extranjero que pasaba por su reino. En cierta ocasión Zeus abandonó el Olimpo y bajo a la tierra para ser testigo de todas sus maldades; se dirigió a Licaón pidiendo hospitalidad y éste al ser incrédulo de la presencia de este dios, ordenó a sus sirvientes servir en el banquete un niño cortado en pedazos para cerciorarse de si su huésped era en verdad un dios. Este horrible acto produjo que Zeus prendiera fuego al palacio y más tarde por situaciones semejantes enviara a la tierra un diluvio, el cual convirtió las tierras en un mar inmenso.

Sobre todas estas aguas, en medio del caos, una pareja de esposos fieles y virtuosos, Deucalión y Pirra, flotaban en un pequeño barco. Fueron guiados por una mano protectora quien los guió hasta la cima del Parnaso, donde quedaron a salvo de la destrucción. Las aguas fueron desapareciendo poco a poco y fueron apareciendo las colinas y algunas llanuras.

Esta hermosa pareja se dirigió a Delfos para consultar el oráculo de Temis y conocer el medio de repoblar la tierra, éste les mandó a cubrirse los rostro con un velo la cara y arrojar detrás de ellos los hueso de su abuela. Deucalión se horrorizó ante tal mandato pero después de reflexionar que la Tierra es nuestra madre común y que las piedras que ella contiene pueden ser consideradas sus huesos, recogió unas cuantas y las arrojó religiosamente detrás de él cerrando los ojos. Estas piedras fueron poco a poco tomando forma de humano y se tornaron en hombres; las piedras lanzadas por la mano de Pirra se tornaron en mujeres y de esta manera se repobló de nuevo el mundo.

Zeus, fue un dios supremo ampliamente popular que asumió la autoridad de diversas áreas: era el patrón de la hospitalidad y los invitados, vengador de injusticias, vigilante de los juramentos, vigilaba los negocios y castigaba a los comerciantes deshonestos, era portador de la libertad, entre otras cosas y fue veneradísimo en diversos e importantísimos puntos de Grecia: Creta, Caria, Etna, Isla de Cefalonia, Esparta.

Sus santuarios estaban ubicados en las cimas de las montañas y los centros principales de su culto se encontraban en el monte Liceo de Arcadia. Se le representaba de muchas maneras, pero a mediados del siglo V, fue esculpido sentado en un trono, con una Victoria en la derecha y un cetro coronado por un águila en la izquierda. Este cetro, era un emblema de la soberanía y el poder, y se encuentra relacionado con la varita mágica de Circe.

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