DE LA VIOLENCIA AL ECOTURISMO: UNA NUEVA PERCEPCIÓN DEL PIEDEMONTE LLANERO COLOMBIANO

ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

APT CETAP VILLAVICENCIO - PRIMER SEMESTRE

ESCUELAS FILOSÓFICAS Y CAMBIOS PARADIGMÁTICOS I

CAMILO ANDRÉS PRETELT GALARZA

ENSAYO

DE LA VIOLENCIA AL ECOTURISMO:

UNA NUEVA PERCEPCIÓN DEL PIEDEMONTE LLANERO COLOMBIANO

Uno de los elementos preponderantes en el devenir histórico del departamento del Meta ha sido, de manera recurrente, la violencia como hito o detonante de los procesos de crecimiento poblacional y económico, pues ha sido el origen de los movimientos migratorios relevantes y de las tensiones sociales que perfilaron la colonización de los llanos orientales y la conformación de la mayor parte de los asentamientos poblacionales que hoy se constituyen en las ciudades eje del desarrollo del departamento.

El alto nivel de inequidad social, la desigualdad en la distribución y uso de la tierra, entre otros, son elementos que de manera cíclica y permanente han conformado el carácter psicosocial y las estructuras mentales de los pobladores de la Orinoquía quienes han estado enfrentados a constantes procesos de conflicto por el abandono del Estado principalmente. Tales procesos han sido generados por un número importante de acontecimientos, entre los que se destacan las colonizaciones que, desde mediados del siglo XX, moldearon de manera sistemática los esquemas de violencia que posteriormente se han venido desarrollando, primero con el surgimiento de las guerrillas, a través de la colonización armada , luego la institucionalidad que fomentó el ingreso de los empresarios con un alto impacto en el campesinado de la región y finalmente las colonizaciones intermitentes principalmente por fenómenos como los cultivos de coca, el posterior surgimiento de las autodefensas y sus disputas territoriales con la guerrilla y finalmente el auge de la explotación de hidrocarburos. Estas condiciones han generado que el agro y la tenencia de la tierra se vean altamente afectados ocasionando una concentración de la propiedad de la tierra, el desplazamiento de los campesinos como base productiva y una subutilización del suelo, (PNUD, 2015).

Los pobladores del piedemonte llanero, quienes han vivido por tres o más generaciones esta problemática, no obstante, han encontrado dentro de los procesos de reinvención en el uso del suelo, al agroturismo como una fuente válida y sostenible de ingreso y un acercamiento del turista y del nuevo colono hacia el llano, la exuberancia de sus fuentes hídricas, y diversidad ecosistémica como un escape a la realidad agobiante de las urbes.  

Durante la primera década del 2000, el gobierno nacional dedicó recursos significativos para recuperar militarmente, en un primer momento, el territorio de los llanos orientales, especialmente la zona del sur del departamento, donde se intervino de forma directa a través de varias estrategias coordinadas apoyadas en recursos del Plan Colombia, para la retoma del control en las zonas más altamente afectadas por el conflicto y los actores armados, guerrilla, autodefensas, narcotráfico y sus variadas combinaciones. Luego se han desarrollado actividades e intervenciones encaminadas a la recuperación social del territorio, como lo menciona el estudio Meta: Análisis de la Conflictividad, (PNUD, 2010) el cual indica que la estrategia implicó una fuerte inversión en infraestructura de vías y escuelas, salud y electrificación, entre otros con una presencia constante del aparato militar y que pretendió generar un proceso de formación a las comunidades en participación ciudadana y generación de proyectos productivos. Sin embargo, esta estrategia también generó un nuevo tipo de tensiones pues afirma que,

“…El tema de debate es cómo articular la acción militar con la acción civil, sin que una quede supeditada a la otra y para que se respeten los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Para muchas organizaciones, el motivo de tensión reside en introducir a la institución armada, en tiempos de conflicto, en la producción del desarrollo para la paz, que por definición es una producción no armada y esta por fuera de los instrumentos, las normas y las disciplinas y estrategias de la guerra.” (PNUD, 2010).

Por otra parte, se encuentra el auge del sector de los hidrocarburos, pues el departamento del Meta se convirtió en el principal productor del país con un 50.7 por ciento de la producción total de del año 2015 y el sector minero representa cerca del 67 por ciento del PIB departamental (Malagón, Ruiz, & Montoya, 2016), propiciándose una nueva oleada de desplazamiento de población del sector productivo primario, ya latamente afectado por la actividad agroindustrial, hacia los campos petroleros, y una burbuja inmobiliaria evidente en el alto crecimiento de la vivienda no vis (DANE, 2016) con lo cual, nos ha llevado a que, ante la fuerte caída de los precios internacionales del petróleo, una gran cantidad de esa inversión en bienes inmuebles, fincas de recreo, y terrenos b no productivos estén ahora disponibles para actividades diferentes, que requirieron de un cambio de perspectiva tanto de los propietarios de estos inmuebles y de esas tierras como de los habitantes de este territorio.

        Es así como, de manera paralela a todas las problemáticas planteadas someramente en este escrito, se puede considerar que el agroturismo y el ecoturismo se han venido constituyendo en alternativas viables aún en medio de las tensiones vigentes en la región y los altos niveles de conflictividad que sus procesos de colonización han implicado, pues sus gentes han respondido a algunos procesos de planeación de mediano plazo en los que de manera paulatina, en medio de la dificultades presupuestales y de infraestructura el sector turístico a presentado un mediano grado de planificación y ha logrado consolidar algunos hitos que lo convierten en destino turístico relevante a nivel nacional e internacional; entre estos se destacan le Parque Nacional Natural de la Macarena con su principal atractivo Caño Cristales que luego de la conformación de la oficina ecoturística (Vergel, 2001) se ha fortalecido como destino a considerar para los principales operadores turísticos nacionales e internacionales.