Reflexiones sobre el principio de las mayorías en la democracia
Enviado por Daniel Posada Pérez • 23 de Noviembre de 2018 • Tarea • 1.323 Palabras (6 Páginas) • 456 Visitas
Reflexiones sobre el principio de las mayorías en la democracia.
Daniel Posada Pérez.
Muchos pensadores se han cuestionado la manera en la que se debería gobernar y la forma en la que se debería elegir decisiones en una sociedad donde existen desacuerdos. Ha existido numerosos debates sobre estos interrogantes, y hoy aún continúa esta discusión. Siendo la democracia uno de los sistemas de gobierno más presentes, y cuya concepción todavía es un desafío para sociedades y gobiernos, me dedicaré a reflexionar sobre qué se entiende por democracia, los mecanismos que utiliza para la toma de decisiones y especialmente la forma en que lo hace, centrándome en los beneficios que genera y las falencias que presenta. Además, me encargaré de opinar sobre la mejor manera de decidir en una sociedad democrática, teniendo en cuenta las reflexiones que se han generado en los últimos siglos.
Hay que hacer énfasis en que la democracia es más que una forma de gobernar. Alexis de Tocqueville, uno de los más importantes pensadores políticos del siglo XIX, introdujo la consideración de esta como un estado social, es decir, un conjunto de relaciones sociales del que derivan las costumbres, creencias, opiniones, e instituciones de un pueblo. En sus reflexiones sobre la democracia en América considera a Estados Unidos como el modelo a seguir, pues este estaba fundado en la igualdad de condiciones, ya que consideraba que todos los hombres eran iguales por naturaleza, es decir, nadie era privilegiado. Entonces para el francés la democracia es aquella forma de sociedad que decide vivir en igualdad de condiciones por la voluntad del pueblo. A pesar de su asombro por esa sociedad, él advirtió que había peligros. De tal manera que la mayor amenaza que puede surgir de una democracia es el despotismo o tiranía.
Al momento de tomar decisiones en una sociedad compuesta por millones, necesitamos un sistema que nos facilite todo el proceso de elección, es decir, un mecanismo que nos ayude en el procedimiento de toma de decisiones colectivas. En las democracias suele utilizarse el principio de la mayoría, que decide en una sociedad donde es imposible que exista una sola opinión, y se basa en que la mayoría elige e impone su decisión. Pero, ¿A qué nos referimos cuando hablamos de mayoría? Nos dirigimos a aquella parte de un conjunto que representa el mayor o el más alto porcentaje de todo el grupo, en palabras coloquiales, el pedazo más grande de la torta. Pero lo importante aquí no es quiénes toman la decisión, sino cómo llegan a ser los que eligen, es decir, cómo se forman las mayorías.
Según Adela Cortina, hay tres maneras de formar una mayoría; deliberando, agregando y manipulando. La primera utiliza un debate calmado, con buenos argumentos, la segunda usa la agregación de intereses y opta por la voluntad de la mayoría, y la tercera manipulando los sentimientos. Estamos ante distintas formas de decidir y las vemos mezcladas en nuestro diario vivir, pero ¿Cuál utilizamos y cuál deberíamos?
En la mayoría de los casos usamos el anteriormente mencionado principio de la mayoría, este se justifica por criterios específicos; la elección de la mayoría es lo más cercano a una decisión general, es lo más parecido a una voluntad de todos, puesto que representa los intereses y opiniones de una mayor parte. Entonces según lo anterior, esta regla beneficia a la mayor cantidad de personas, es decir, genera el mayor bienestar posible al mayor número de personas. También nos dice que es la decisión que tiene más posibilidades de ser la correcta, pues es la más compartida entre un grupo de personas, por lo que se podría determinar que es la mejor. Por lo tanto el “pueblo” (y por este me refiero a la mayor parte, puesto que la otra está en contra y el resto parece no importarle el futuro del país al ser un ente ausente en las participaciones democráticas) puede elegir a sus representantes, y es capaz de seleccionar la mejor decisión que le genere el mayor bienestar, aunque en la mayoría de los casos le genere malestar a algún sector de todo el conjunto.
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