CREACIÓN DE UNA COMUNIDAD DE ESTUDIANTES PREOCUPADOS POR EL BIENESTAR DE LOS DEMAS.
Enviado por Ledesma • 14 de Mayo de 2018 • 2.979 Palabras (12 Páginas) • 269 Visitas
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Una historia de dolor, sufrimiento y esperanza
En 1989, durante los trabajos de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) definía al niño de la siguiente manera: un niño es un ser humano que tiene pocos años, inexperto, irreflexivo. Es un afortunado que recibe trato afectivo, sin importar su raza, color, sexo, idioma, religión, nacionalidad, si es rico o pobre, si tiene o no padres o impedimentos físicos o mentales. Los niños -para la ONU- son primero y están por encima de cualquier otra consideración.
En México, hablar de la infancia es hablar de historias de dolor, sufrimiento, pobreza, abandono, injusticia, miseria, humillación y desprecio. Es hablar de miles de menores que viven en las calles luchando por sobrevivir. Es hablar de niños acusados, señalados, estigmatizados, reprimidos, marginados, torturados y encerrados injustamente. Es hablar de leyes arbitrarias, prepotentes, represivas, injustas y contrarias a derecho. Es hablar de niños a quienes se les ha negado el derecho a la dignidad, al juego, a la justicia, a la libertad. Es hablar de niños golpeados, maltratados, extorsionados, violados, explotados. Es hablar de niños que abandonan la escuela porque tienen que trabajar. Es hablar de niños que duermen en las calles, que se drogan, roban y se prostituyen. Es hablar de niños que tienen hambre, están desnutridos y enfermos, con pocas probabilidades de tener un desarrollo físico, intelectual, afectivo y emocional adecuado. Es hablar de niños condenados al fracaso y a sobrevivir con serias desventajas y limitaciones para enfrentar su vida como adultos.
Hablar de México es hablar de un estado que no piensa en sus niños, que no quiere ni le interesa hacer nada por ellos; de autoridades irresponsables e insensibles frente al sufrimiento de miles de menores. También es hablar de una sociedad que olvida y margina a los niños que ella misma produce, y con cuyo silencio y contemplación se vuelve cómplice de la injusticia en la que los menores viven.
El año 1994: un contexto necesario
Con el levantamiento indígena en Chiapas desde enero de 1994, en México se vive una nueva época. El saldo del proyecto económico impulsado por Salinas de Gortari quedó al descubierto y quedó en evidencia cómo la mayoría de la población de México se ha hundido en un situación de pobreza no recordada desde hace mucho tiempo.
En 1994 los datos oficiales ya nos hacían ver que el panorama económico estaba lejos de ser como lo quería pintar el gobierno. La balanza comercial era deficitaria, la deuda externa se incrementaba en gran medida al tiempo que el poder adquisitivo del trabajador mexicano mermaba y correspondía apenas a una tercera parte de lo que había sido hace diez años.
Esta caída brutal del ingreso económico familiar obligó a que más miembros de cada familia se dedicaran a actividades remunerativas, de manera que el número promedio de personas ocupadas pasó de 1.59 personas en 1984 a 1.63 personas en 1992. A pesar de esta mayor contribución en cada familia al ingreso familiar, datos del Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI) muestran que para agosto de 1993 el 73 por ciento de la población mexicana era pobre. De esa población, 17 millones vivían en extrema pobreza y 36 millones apenas lograban cubrir sus necesidades básicas de alimentación.
La política neoliberal adoptada durante estos últimos años ha provocado una sociedad con desigualdades abismales. Veinticuatro mexicanos son poseedores de 44.100 millones de dólares -una tercera parte del total de la deuda externa- mientras que la mayoría de los mexicanos vive en una situación económica y social cada vez más degradante.
El incremento de la pobreza ha dejado huellas profundas en la población infantil. Los niños que han sufrido las consecuencias han sido gravemente afectados en su desarrollo. De 1988 a 1994 las estadísticas oficiales daban cuenta de las profundas carencias de recursos y atención hacia el sector infantil. Por ejemplo, en 1990 los datos oficiales hablan de casi 460 mil niños trabajando en el país. En cuanto a la educación, de los 10.8 millones de niños entre 6 y 14 años que existen en el país, sólo el 10.5 por ciento logra terminar la pri maria. El 75 por ciento queda sin instruc ción alguna o con la primaria incompleta .
Algunos datos sobre la infancia en México
En México existen más de 31 millones de niños. Por lo menos 40 por ciento de ellos tienen que trabajar y dejar de lado las condiciones de salud y educación que todo niño debe tener para desarrollarse plena mente.
Durante los tres primeros meses de 1994, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social expidió más de mil 629 permisos de trabajo a menores de edad. Sin embar go, según datos de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal (ARDF), tan sólo en el Distrito Federal el número de niños que trabajan en las calles rebasa el millón. Estos niños, a una muy temprana edad -cuando tienen menos de nueve años- se ven en la necesidad de apoyar el ingreso familiar con su trabajo.
La educación y los niños
La deserción durante el periodo de educación básica alcanza el 46 por ciento; es notable el creciente porcentaje de niños que en edad escolar no son presentados por sus padres o tutores para su ingreso a la escuela primaria, obligatoria y gratuita. Tan sólo en la zona metropolitana de la ciudad de México, alrededor de 224,519 niños entre 5 y 14 años de edad no asisten a la escuela. Así, del total de la población comprendida entre seis y catorce años, por lo menos dos millones 300 mil niños no saben leer.
CONCLUCIÓN:
Si bien no es suficiente mostrar datos que revelan la situación de dolor, sufrimiento y marginalidad en la que viven miles de niños en este país, ni lo es saber que muchos de ellos no cuentan con las condiciones mínimas para desarrollarse adecuadamente, creemos que difundir esta información podría poner en alerta a ciudadanos, especialistas, organizaciones civiles y autoridades.
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